La comedia figura entre los géneros más populares del cine, pero también entre los más desafiantes para los realizadores, quienes deben recurrir a toda clase de fórmulas para garantizar la sonrisa del público. Tal es el caso de Edgar Wright , quien ha encontrado la clave en híbridos con distintos géneros, repartos de altísimo nivel y toda clase de referencias a la cultura popular que le han convertido en uno de los cineastas más aplaudidos de los últimos tiempos.
A continuación nuestro ranking con todas las películas de Edgar Wright , ¿con cuál se quedan?
A Fistful of Fingers (Dir. Edgar Wright, 1995)
Muchos años antes de fusionar la comedia con géneros tan variados como el terror, la acción o el sci-fi, Edgar Wright se decantó por combinarla con el western para la concepción de su ópera prima. A Fistful of Fingers es un remake de un proyecto estudiantil realizado por el propio cineasta, sobre un atolondrado vaquero en busca del peligroso pistolero que aniquiló a su caballo. Tuvo un estreno limitado en Inglaterra y tardío en Estados Unidos, pocos la toman en cuenta al momento de rememorar la filmografía del británico y carece del ingenio visto en sus cintas posteriores. Aun así, es un buen exponente del talento creativo que siempre le caracterizó y que terminaría convirtiéndole en uno de los directores más populares de los últimos tiempos.
Una noche en el fin del mundo (Dir. Edgar Wright, 2013)
Al igual que las anteriores entregas de la Trilogía del helado, Una noche en el fin del mundo no es una comedia en estado puro, sino un híbrido, esta vez con ciencia ficción, sobre cinco amigos cuyos deseos por recorrer varias tabernas como hicieran durante su juventud se ven entorpecidos por una invasión extraterrestre. La naturaleza de su trama, aunada a la experiencia de Edgar Wright al momento de su realización implicó una cinta más compleja en sus elementos técnicos, pero también en los narrativos con personajes construidos a partir de claroscuros para garantizar las risas, pero también las reflexiones del público. Como ya era una tradición, esta labor se vio apoyada por el talento de Simon Pegg y Nick Frost, esta vez complementados por las respectivas cualidades de Paddy Considine, Eddie Marsan y Martin Freeman. La arriesgada apuesta no funcionó del todo, ya que nunca igualó la popularidad de El desesperar de los muertos (2004) y Hot Fuzz (2007), no por falta de calidad, sino por un estilo narrativo más oscuro que rompió con el humor esperado por muchos.
Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños (Dir. Edgar Wright, 2010)
Muchos se sorprendieron cuando Edgar Wright pausó temporalmente sus exitosas colaboraciones con Simon Pegg y Nick Frost para incursionar en el mundo de las novelas gráficas, no con los siempre populares superhéroes, sino con la independiente Scott Pilgrim de Bryan Lee O’Malley. La historia sigue los esfuerzos de Scott Pilgrim, un joven bajista aquejado por todo tipo de inseguridades, por conquistar a Ramona Flowers, lo que implicará una serie de enfrentamientos contra las anteriores parejas de la fémina. Pudo ser una comedia romántica genérica, pero el cineasta británico la convirtió en una oda a la cultura popular con su flamante uso de la música y los videojuegos, lo que aunado a la historia base y su estupendo elenco encabezado por Michael Cera y Mary Elizabeth Winstead, y enriquecido con Anna Kendrick, Kieran Culkin, Brie Larson, Chris Evans, Brandon Routh y Jason Schwartzman, entre otros, resultó en una de las cintas más fascinantes de los últimos tiempos. Su propia originalidad generó opiniones divididas tras su estreno, pero también garantizó un estatus de culto que sigue aumentando hasta nuestros días.
Baby Driver (Dir. Edgar Wright, 2017)
Baby Driver podría sintetizarse como la historia de un habilidoso piloto obligado a trabajar con un líder criminal para saldar una cuenta del pasado, pero estas palabras serían insuficientes para describir la que bien merece ser colocada entre una de las mejores películas de acción de su década. Esto gracias a que Edgar Wright demostró una enorme madurez en su salto definitivo al género, con persecuciones dotadas de una enorme complejidad técnica al seguir el ritmo del exquisito soundtrack con el que el personaje titular bloquea sus padecimientos acústicos. Todo esto engalanado por un elenco de primer nivel integrado por Ansel Elgort, Lily James, Jon Hamm, Jamie Foxx, Eiza González, Jon Bernthal y Kevin Spacey, en el que suele ser considerado su último gran papel antes de verse sumido en el escándalo. Ocuparía la primera plaza en la filmografía de muchos cineastas, pero no en la de Edgar Wright, tanto por la gran calidad que caracteriza el resto de su obra como por el hecho que, si bien el cambio de estilo es aplaudible, el reducido uso del humor casi parece una traición a su propia esencia.
El desesperar de los muertos (Dir. Edgar Wright, 2004)
La cinta más influyente para el renacimiento zombie de los primeros años del siglo XXI junto con Exterminio (2002). La diferencia es que la cinta de Danny Boyle exaltó los horrores del subgénero, mientras que la de Edgar Wright se mofó de todos sus clichés con dos amigos cuyo plan de supervivencia consiste en rescatar a sus seres queridos para luego resguardarse en su taberna de confianza. Aprovechó el humor para actualizar las técnicas de combate contra los no muertos, ya fuera con el uso de viejos discos o con la imitación de movimientos para pasar desapercibidos, pero sin sacrificar la brutalidad propia del cine Z. No menos importante es el hecho que representó su primera colaboración con Simon Pegg y Nick Frost, quienes terminarían convirtiéndose en sus actores de cabecera para la siempre popular Trilogía del helado. Una combinación que resultó en una de las mejores comedias de todos los tiempos y que fue determinante para el ascenso de Edgar Wright como uno de los grandes cineastas de su generación.
Hot Fuzz: Super policías (Dir. Edgar Wright, 2007)
Edgar Wright suele ser etiquetado como un maestro de la comedia, cuando lo cierto es que su visión le ha permitido fusionar el humor con muchos otros géneros, siendo la acción su predilecto. Esta tendencia comenzó Hot Fuzz: Super policías, que se apoya en las bases del buddy-cop, sobre dos policías en un modesto y algo aburrido poblado británico, al menos hasta que ambos terminan involucrados en una investigación relacionada con una serie de asesinatos. Lejos de conformarse con las risas, la cinta sobresale por su hilarante/elegante uso de la metanarrativa cinematográfica, con ambos personajes burlándose continuamente de los clichés propios de la acción para luego caer en ellos de manera reiterada y excesiva. La fórmula cobra mayor efectividad gracias al talento y la buena química de Simon Pegg y Nick Frost, quienes terminarían afianzándose hasta convertirse en dos referentes del humor contemporáneo. Estas cualidades le valieron el punto más alto de la Trilogía del helado y de toda la filmografía del realizador.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.