El aro 3

Hace 15 años Gore Verbinski presentaba el remake de la obra de culto Ringu de Hideo Nakata, sin duda la cinta que colocó al j-horror en el horizonte. El éxito de la película derivó en una secuela de 2005 y después… nada.

Hasta ahora es que vemos su tercera parte, una cinta que por momentos se llegó a mencionar serviría como precuela de The Ring pero que al final terminó como secuela tradicional, con eventos que suceden muchos años después de la cinta original. Aunque esta vez, sin la presencia de Naomi Watts, Gore Verbinski o Hideo Nakata, quien de hecho dirigió en Estados Unidos El Aro 2, y toda esta ausencia esto se nota.

El Aro 3 comienza muy prometedora: estamos en un avión, a miles de metros alejados de la tierra y un hombre preocupado porque vio “el video” donde aparece Samara. La tensión ya está construida, pero se desvanece rápidamente. El director español F. Javier Gutiérrez sabe presentar los momentos de suspenso a lo largo de la trama pero se estropean al buscar el “susto efectivo” el brinco que de la audiencia -y que sí lo consigue a ratos, pero es totalmente gratuito–.

En la trama principal tenemos a Julia y Holt, una pareja que debe separarse por los estudios que tomará el muchacho en otra ciudad, pero ni la distancia, ni Samara, detendrán su amor. La pareja tendrá que hacer una carrera contra el tiempo para descifrar el trágico pasado de la niña arrojada al pozo… un momento, ¿qué no eso lo habíamos visto ya con Naomi Watts?

Y es que estamos ante la tendencia moderna de rehacer la misma trama original, pero diciendo “es una secuela”. Esto le ha funcionado a Hollywood con películas como Jurassic World, La Bruja de Blair y hasta El despertar de la Fuerza, pero con El aro 3 parece simple reciclaje. El hecho de que repasemos a través de nuevos personajes y ligeros cambios el pasado de Samara, puede que a los hardcore fans de la franquicia les resulte interesante, pero a quienes simplemente difrutaron de las cintas, será como la sensación de escuchar el cover de una buena canción con arreglos musicales mediocres.

Quizás un problema con el que se presentaba la cinta era el jugar con el elemento “final” pues mientras en El aro de Gore Verbinski, y hasta la original de Hideo Nakata, se construía un ritmo y una promesa hacia el último acto cuando se cumplían los siete días, detonando así la aparición magistral de Samara (o Sadako), aquí se presenta un par de veces antes de llegar a la mitad de la película, haciendo así un momento icónico para la saga misma, aquí se convierte en un recurso simplista.

El aro 3 podrá ser una opción de terror ligera para una cartelera llena de propuestas de candidatas al Oscar, sin embargo, los fans hardcore fans del género encontrarán que quizá sea mejor recordar Ringu de Hideo Nakata o de plano considerar el spin-off Sadako vs Kayako.  

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.