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Cine

El callejón de las almas perdidas – Crítica de la película y dónde ver

25-02-2022, 8:18:00 PM Por:
El callejón de las almas perdidas – Crítica de la película y dónde ver

El callejón de las almas perdidas es la película más ambiciosa de Guillermo del Toro a la fecha.

Cine PREMIERE: 4.5
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En los primeros minutos de El callejón de las almas perdidas un hombre arrastra un cuerpo inerte con gran esfuerzo. A su alrededor no hay nada más que un sombrío lugar. El silencio ensordecedor de aquel sitio es interrumpido por el ruido de la bolsa rozando con la duela. Con las manecillas de un reloj sonando más fuerte que nunca, el individuo logra colocar el bulto al interior de una zanja. Apenas basta un cerillo para que las llamas comiencen a eliminar todo rastro de muerte. A pesar de las llamas que alcanzan el cielo, el hombre se aleja de este lugar sin mirar atrás. Él deja que sus memorias sean consumidas por el fuego, pero éstas avivan, sin darse cuenta, la brutalidad de sus pesadillas. 

Hablar del cine de Guillermo del Toro, y mencionar que en él los seres humanos son siempre los verdaderos monstruos, es caer en un lugar común. Se trata, desde luego, de una afirmación muy cierta a la hora de hablar del imaginario del responsable de El laberinto del Fauno (2006). Sin embargo, apenas nos coloca en la superficie de un mundo de lecturas y enseñanzas que han conformado una brillante filmografía. 

Desde Cronos (1993), el ganador del Óscar ha confrontado a sus criaturas con el lado más despiadado de los hombres de carne y hueso. Ahora, en su decimoprimer largometraje, Guillermo del Toro sorprende a su público con algo que jamás creímos ver en su cine: una historia que deja a un lado a sus seres de fantasía y libera a los monstruos dentro de los corazones resquebrajados de los protagonistas. 

Basada en la novela homónima de William Lindsay Gresham de 1946, en El callejón de las almas perdidas, la desesperanza funge como la peor anfitriona de la gala. Bradley Cooper da vida a Stanton Carlisle, un hombre atormentado por su pasado. Aquí, su miseria encuentra resguardo en un carnaval rural, bajo unas carpas que parecen respirar por sí solas y tras bambalinas del entretenimiento ajeno. 

Rooney Mara en El callejón de las almas perdidas.

Ahí, Carlisle se acompaña de un grupo de inadaptados que también ocultan sus verdaderos rostros en las máscaras que les da la vida circense. En este sitio, la felicidad efímera que da un pequeño show es suficiente para ignorar la inmundicia que los rodea. Estos artistas, que atraen las miradas del público a partir de alguna malformación física o peculiaridad histriónica, le comparten a Stanton los secretos de un buen espectáculo. Pero también le hablan de lo peligroso que puede resultar, para él y para todos, jugar con la mente de la audiencia. 

En un sitio que se convierte en uno de los escenarios más impactantes de la filmografía del mexicano, el brillante diseño de producción de Tamara Deverell (Star Trek: Discovery) lleva a la pantalla ese bagaje que ha nutrido la mente de Guillermo de Toro a lo largo de su vida. Ese «gabinete de curiosidades», esos elementos que habitan en Bleak House o que conformaron la exposición En casa con mis monstruos dan la sensación de estar presentes aquí, en esta feria habitada por mujeres araña, con espectáculos de clarividencia y en uno de los mejores homenajes a los Freaks de Tod Browning (1932) que se haya visto en la pantalla. 

Con un elenco espectacular, que incluye a Toni Collete, Willem Dafoe, Richard Jenkins, Rooney Mara, Cate Blanchett y a su inseparable Ron Perlman, Del Toro pasa del carnaval a la exploración exitosa de un género prácticamente desconocido en su filmografía: el cine negro.

A casi cuatro décadas de Doña Lupe (1985), el cineasta hace de El callejón de las almas perdidas un fabuloso homenaje al film noir de los 40 y 50. Este mundo, donde las carpas son sustituidas por cabarets, y donde la desolación es acompañada de vestidos de gala y gabardinas abultadas, se las ingenia para ser un digno representante de su brillante filmografía. 

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Bradley Cooper y Cate Blanchett en la película El callejón de las almas perdidas.

Con su cámara, el cinefotógrafo Dan Laustsen (John Wick 3: Parabellum) logra capturar encuadres estremecedores. Desde una cabaña en llamas que se pierde en el firmamento, hasta un carnaval acechado por una feroz tormenta eléctrica. En estos ambientes, en los que el abrigo rojo de Molly Cahill (Rooney Mara) es capaz de contrastar con la desgracia a su alrededor –y que prometen ser una experiencia alucinante en su versión en blanco y negro–, el ojo del creador de La cumbre escarlata (2015) nos muestra una vez más que sabe perfectamente cómo guiar nuestra mirada desde la pantalla. 

Hay una secuencia entre Bradley Cooper y Cate Blanchett –como la doctora Lilith Ritter– en donde la cámara se queda fija el rostro de Carlisle. A pesar de que la imponente y misteriosa mujer le está diciendo algo difícil de ignorar, el encuadre se centra en este personaje masculino. Al no cambiar al otro emplazamiento, el director prefiere mostrarnos en un plano cerrado la reacción de este hombre. Su mirada es la que se encarga de decirnos lo que estas palabras han provocado en él. 

En 150 minutos –su cinta más larga a la fecha–, Del Toro se toma su tiempo para desnudar en cuerpo y alma a sus personajes. Como en el resto de su filmografía, aquí tampoco los juzga. Él deja que esa línea difusa entre el bien y el mal, acompañada de nuestros prejuicios, sea la que determine el lugar que ocupan. El guion escrito por él y Kim Morgan construye una serie de retratos que muestran las consecuencias de la soledad, la nostalgia y el vacío emocional sobre sus personajes… y también en nosotros.

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Bradley Cooper en la película El callejón de las almas perdidas.

Lo anterior es palpable en cualquier secuencia de esta cinta, especialmente en las que ocurren entre Carlisle y Ritter. En sus encuentros al interior del consultorio de la doctora –rodeados de un ostentoso art decó que se esfuerza por ignorar la miseria aún palpable de la Gran Depresión–, ambos personajes ofrecen un verdadero duelo de actuación, lleno de una gran intensidad que traspasa la pantalla. 

Con el enorme talento que poseen Bradley Cooper y Cate Blanchett, ambos actores logran dar vida a personas realmente maquiavélicas y dantescas. Él, ya convertido en todo un maestro del engaño –maravillosamente similar al Arturo de Córdova de En la palma de tu mano (Roberto Gavaldón, 1951)–. Y ella, como una fría y calculadora psicoanalista –una femme fatale por excelencia–, discuten y pasan por alto los dilemas éticos de jugar con el lado más vulnerable de los seres humanos. “Tú no engañas a la gente, Stan”, le dice ella con una mirada y una sonrisa misteriosa, imposible de olvidar. “Son ellos los que se engañan a sí mismos”.

Arturo de Córdova y Leticia Palma en En la palma de tu mano.

Con su maldad, ambos personajes terminan por darnos una de las lecciones más grandes de la cinta. Con este desfile de almas perdidas, Nightmare Alley muestra lo peligrosa que es una vida que sólo aspira a la fama y al éxito. Esta película se convierte en una metáfora perfecta de las consecuencias de una ambición vacía, perfectamente palpable en el mundo desolador en el que vivimos. Aquí, como allá, la vida se las ha arreglado para hacernos sentir como los espectadores de la miseria, cuando realmente somos nosotros los que la estamos viviendo.

El callejón de las almas perdidas constantemente nos habla de lo que ocurre cuando a un artista se le nubla la visión. A casi 30 años de su primera cinta, y con una filmografía en constante reinvención, la mirada de Guillermo del Toro está lejos de empañarse. En ésta, su película más ambiciosa a la fecha, el cineasta mexicano nos muestra el desenlace más impactante de toda su filmografía. Y, de paso, nos deja con una macabra reflexión al salir de la sala de cine. Después de sufrir la vida y la desgracia de sus personajes, es inevitable recordar la palabras de Clem Hoatley (Willem Dafoe) y cuestionarnos qué tan diferentes somos a esas personas que pagan por ver la miseria de cerca… sólo para sentirse bien consigo mismos.

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Willem Dafoe (Clem Hoatley) en la película El callejón de las almas perdidas.

El callejón de las almas perdidas llegará a Star Plus el 16 de marzo.

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autor Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.
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