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Cine

El Cascanueces y los cuatro reinos – Crítica

03-11-2018, 1:25:44 PM Por:
El Cascanueces y los cuatro reinos – Crítica

La historia de una heroica princesa en un fantástico universo donde coexisten por igual ciencia y magia, resulta un curioso vehículo para visitar la suite musical clásica de Pyotr Ilyich Tchaikovsky.

Cine PREMIERE: 3
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El Cascanueces y los cuatro reinos comienza con un plano secuencia sólo posible gracias a la animación digital, nos lleva del castillo de Disney a un recorrido aéreo por un idealizado Londres victoriano, incluyendo el Támesis congelado y una inevitable aproximación al Big Ben.

Pareciera que la cámara nos llevara a la habitación de Wendy Darling de Peter Pan. Pero en realidad llega a la residencia de la familia Stahlbaum. Es Nochebuena y el padre y sus tres hijos aún están en duelo por la pérdida de la madre.

Como flemático inglés, el Sr. Stahlbaum (Matthew Macfadyen) cumplirá la tradición de asistir a una pomposa fiesta navideña. Su inquieta hija Clara (Mackenzie Foy) no sólo reclamará su apatía, sino que buscará consuelo en el último y misterioso regalo que le dejó su madre: una suerte de huevo metálico que requiere una llave perdida para revelar su secreto.

Con esa premisa, y la guía de su Padrino Drosselmeyer (Morgan Freeman), Clara incursionará en un peculiar universo, siguiendo los pasos de su desaparecida madre, con la suite de El Cascanueces de Tchaikovsky como telón de fondo y ocasionales montajes del ballet.

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Richard E. Grant, Eugenio Derbez, Keira Knightley y Mackenzie Foy completan el reparto de El Cascanueces y los cuatro reinos.

El Cascanueces y los Cuatro Reinos fue dirigida por el sueco Lasse Hallström, que en su trayectoria cuenta con filmes tan emotivos como ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993) y Chocolat (2000). Como no estuvo disponible para nuevos llamados a filmación (re-shoots) después de haber cumplido el plan original de trabajo, Disney reclutó a Joe Johnston, quien filmó lo que se requería durante poco más de un mes.

Fue el propio Hallström quien sugirió que el veterano en efectos especiales –cuya carrera inició con Star Wars en 1977)–, y realizador de filmes como Jumanji (1995) y Capitán América: El primer vengador (2011), compartiera en pantalla el reconocimiento como director, aunque nunca dirigieron simultáneamente.

Con la ayuda del leal soldado Cascanueces (Jayden Fowora-Knight), un inocuo personaje secundario, Clara recorrerá los cuatro reinos y encontrará juguetes que cobran vida y un sinfín de exóticos individuos. Los ingredientes de su aventura en este fantástico mundo emulará los que muchas otras princesas de cuento han vivido, incluyendo una malvada bruja, bosques encantados y hasta reclusión en una insalvable torre.

Las múltiples alusiones se superponen una tras otra. «Supongo que ya no estoy en Londres», dice Clara en determinado momento. Nuestra heroína lo mismo es la Alicia de Lewis Carroll que Dorothy de El mago de Oz. O una hermana más de la familia que llega a Narnia. Vaya, hasta hay una insinuación a la orquesta de Fantasía (1940).

Mackenzie Foy

La aventura de Clara (Mackenzie Foy) emulará lo que muchas otras princesas de cuento han vivido, incluyendo una malvada bruja, bosques encantados y hasta reclusión en una insalvable torre.

La película distingue en sus créditos que el guion de Ashleigh Powell toma elementos del cuento The Nutcracker and the Mouse King de E.T.A. Hoffmann, así como del Ballet Nutcracker de Marius Petipa. Pero al final, la historia que se nos presenta en la pantalla contiene tantísimos referentes, que todo se diluye en un un muy vistoso envoltorio, que difícilmente nos ofrecerá algo nuevo.

La serie de sencillas parábolas que ofrece la cinta quedan enmarcadas en uno de los atributos de la narración. Se trata de la interesante combinación de ciencia y magia en que se desenvuelve Clara, quien lo mismo puede citar las leyes de la física de Newton que experimentar la teoría de la relatividad de Einstein.

Uno de los aspectos que pudieron haber destacado, y que finalmente se desaprovecha, es el entorno de un abandonado parque de diversiones como escenario escalofriante y que apenas queda sugerido. Hubiese sido una deliciosa ironía, viniendo de una producción de Disney.

Extravagante y predecible a la vez, la experiencia fílmica se disfruta gracias a sus elementos visuales y la música. Pero son tantos los componentes que toma de otras fuentes, que se antoja difícil que permanezca por mucho tiempo en nuestra memoria colectiva.

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autor Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
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