El Hermano de Mickey Rourke

¿Alguien me puede explicar cómo es que el rostro de príncipe beatnik que podemos apreciar a continuación en la pantallita, aquel rostro por el que William Burroughs habría dejado la heroína al menos durante un par de noches a cambio de hacerlo suyo; ese mismo rostro que gustosamente Jack Kerouac habría descrito con pinceladas de palabras en la más inspirada de sus noches, siempre desveladas e histéricas…

… se convirtió, luego de algunos años, en este rostro?, ¿en esta cara donde, por un lado se ve el dolor y el golpe, y por otro la mano mañosa y artificial y descarada que renovó el hocico morboso de Irma Serrano?

Cosa rara, ¿no es cierto? La culpa es del boxeo, dirán unos, o simplemente de la vanidad, dirán otros. Yo la verdad tengo una teoría que en nada impedirá que tan pronto The Wrestler aparezca en las pantallas teutonas vaya a verla corriendo: Mickey Rourke murió y en su lugar apareció su hermano. Un hermano lleno de bótox pero quizá mejor actor. Un hermano que cayó cuando subía al estrado para recibir su Globo de Oro pero lo hizo con la dignidad más digna. Un hermano de palabra corta que sin embargo, y dentro de toda la frivolidad que exudan este tipo de eventos, poseyó la humildad y la carencia de pose suficientes como para agradecer por el premio recibido a sus perros "los que están y los que ya no", para luego rematar con "a veces cuando un hombre se encuentra solo, todo lo que tiene son sus perros".

¡Salve, pues el hermano de Mickey Rourke!

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Carlos Jesús González Carlos Jesús (aka Chuy) es escritor y periodista freelance. Desde 2006 radica en Berlín, desde donde colabora para distintos medios. Sus pasiones son su familia, la cerveza, escribir relatos y el cine de los setenta.