El informante (Killerman) – Crítica

Ésta es la historia de cómo se crea un antihéroe. De los peligrosos vericuetos a donde conducen las malas decisiones y la ambición; de esas ganas de tener un “negocio” propio, incluso si es dentro de un sendero criminal. En El informante (Killerman), Moe (Liam Hemsworth) y Skunk (Emory Cohen) se dedican a lavar dinero para un importante mafioso que, descubrimos casi inmediatamente, es el tío del segundo. Primero son puestos a prueba y, como destacan en su encomienda, la siguiente hazaña involucra lavar $2 MDD diarios durante los siguientes 10 días. Un total de $ 20 MDD en menos de dos semanas. 

Los problemas se huelen a kilómetros de distancia. Como el capo se encuentra sumido en el fango de la corrupción, repentinamente pone en pausa la operación. Moe está dispuesto a esperar, pero Skunk quiere sacar tajada y usar el dinero de su tío para comprar droga e incrementar sus ganancias. Víctimas de una emboscada, terminan en posesión de la sustancia ilícita y los billetes verdes, y asediados por policías putrefactos. 

Diane Guerrero (Orange is the New Black) tiene un breve papel en El informante, pero es crucial para definir el trayecto del protagonista.

El conflicto se cierne sobre ellos cuando, durante una claustrofóbica y acorralada escena de persecución, se ven envueltos en un accidente automovilístico por el cual Moe pierde la memoria. Sobra decir que, en fiel réplica a otros filmes de acción, los problemas continúan in crescendo durante los siguientes actos, algunos de forma recatada, otros desde un ángulo poco convincente. 

Malik Bader dirige y escribe una historia de bifurcaciones y recursos interesantes, al menos en el papel. Las secuencias inaugurales son enigmáticas por el uso de una cámara clandestina y atribulada, que alcanza mayor dinamismo caótico mientras los protagonistas encuentran más y más obstáculos. La estética y el tono de guerrilla son una constante de inicio a fin, y eso, desde la butaca, es satisfactorio. 

Buena parte de la película se sostiene a partir de las acciones de Hemsworth, pero son tantos los antagonistas que el director deja algunos huecos argumentales.

No obstante, es en su traspaso al terreno visual donde ese guion, propositivo en un inicio, decrece, porque las acartonadas y estereotipadas actuaciones de la mayor parte del elenco secundario entorpecen la verosimilitud, al igual que las decisiones erráticas de ciertos personajes. El informante se tambalea igualmente en el uso de la música y la exageración que alcanza en el tercer acto; además de que confunde intriga y suspenso, con la siembra de huecos argumentales. 

Si bien el guion acierta en presentar personajes imperfectos, a veces su carácter intempestivo y la gratuidad de algunas eventualidades hacen que se pierda el impulso acelerado y enigmático del inicio. Se desvanece hasta que la odisea de Moe, Skunk, así como el viaje del antihéroe que se delinea, son derrotados por la sinrazón, escenas forzadas y la indefinición de situaciones y personajes, particularmente de los múltiples antagonistas. El informante es la historia de cómo se crea un antihéroe, pero sin el misticismo ni la emoción de su primo de profesión, John Wick. Los de Reeves son zapatos difíciles de llenar. 

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Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!