Buscador
Ver el sitio sin publicidad Suscríbete a la revista
Cine

El insulto – Crítica

30-08-2018, 4:42:26 PM Por:
El insulto – Crítica

La cinta nominada al Oscar como Mejor película extranjera, presenta a un Líbano didáctico para todas las audiencias.

Cine PREMIERE: 2.5
Usuarios: 4
Votar ahora:

Es fácil entender por qué El insulto (L’insulte, 2017) fue nominada al Oscar como Mejor película extranjera. No es una cinta subversiva, es abiertamente política y, lo más importante, es didáctica en la exposición de sus temas. Si a ello le agregamos una serie de giros melodramáticos muy similares a los que le han dado fama al director iraní Asghar Farhadi, podemos pensar que el libanés Ziad Doueiri tiene frente a sí un futuro prometedor en el cine con aspiraciones hollywoodenses.

Situada en el Líbano contemporáneo, donde el fantasma de Bachir Gemayel se manifiesta en la televisión y en las conversaciones, la película nos muestra cómo un pequeño conflicto por una tubería se convierte en una crisis nacional. Un libanés aparentemente xenófobo se niega a reparar su desagüe, que tira agua sobre un trabajador palestino debajo de su departamento. El reclamo pronto culmina en violencia y la necedad provoca consecuencias imprevisibles.

el-insulto-critica

El hecho de que la película abra con un mitin político donde se exalta a Gemayel –su asesinato provocó las masacres de palestinos en Sabra y Shatila en 1982, a manos de falangistas cristianos– nos expone los temas de manera bastante clara: lo que venga a partir de esta escena es un resultado de la historia libanesa. No es un mecanismo sutil pero logra dar a entender los temas a los espectadores menos versados en ese periodo. En ese sentido, El insulto es una película incluyente que busca ser comprendida por todas las audiencias; sin embargo esta noble intención provoca que la película constantemente nos esté explicando lo que sucede y cómo se relaciona con los turbulentos 70 y 80. Es una estrategia que llega a la obviedad.

el-insulto-critica

Es importante decir que los temas de la película son pertinentes a nuestros tiempos porque buscan en la complejidad del resentimiento la posibilidad de la compasión. Aunque Doueiri no es sutil, sí es profundo en su comprensión del odio y logra darle una dimensión humana a personajes que, en los medios y en redes sociales, son juzgados inmediatamente como villanos. En cierta forma, la película es más un acto de reconciliación que una obra de ficción que la anhela.

Desafortunadamente, entre momentos inverosímiles y una estética que se atiene a las convenciones del cine de abogados, Doueiri no logra crear una película singular sino un apéndice de lo que ya hemos visto antes en el género. Esto limita el alcance de sus reflexiones y, al menos en mi caso, me hace recordar con más admiración Vals con Bashir (2008).

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Comentarios