El misterio de Soho – Crítica de la película

El misterio de Soho, la más reciente película de Edgar Wright, es difícil de definir.

Desigual por momentos, frustrante en otros y visualmente espectacular constantemente. Lo que más resalta de todo el filme es el imparable amor que le tiene el cineasta británico al proceso de hacer cine. Es una cualidad indefinible y difícil de cuantificar, pero cuando está, es muy evidente. Es un gusto por el arte y acto de hacer películas que logra colarse desde el set y hasta nuestro asiento en la butaca. Lo tienen las películas de Scorsese, de Spielberg, de Tarantino y de Guillermo del Toro. En todo momento sabes que estás viendo una película realizada por alguien que absolutamente ama lo que hace. Y, quizás aún más importante, ama lo que otros han hecho.

Sin meternos demasiado en los detalles de la trama, El misterio de Soho sigue la historia Eloise (Thomasin McKenzie), una chica del campo que sueña con volverse diseñadora de modas en la gran capital Londres. De manera muy vaga (y algo torpe por momentos, para ser honestos), nos enteramos de que ella tiene una conexión/obsesión con el pasado y en específico con su abuela. O ve su fantasma o se imagina que ve a su fantasma. No importa, esos elementos están ahí pero sólo para anunciarnos que ésta es una película en donde la realidad y la fantasía se mezclarán constamentemente.

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A su llegada a Londres para estudiar, Eloise (después de «escapar» de las chicas cool con quien le tocó vivir en los dormitorios de la universidad) encuentra un nuevo departamento en el piso de hasta arriba de una casona en el barrio londinense de Soho. Ahí, «sucesos extraños» (de nuevo, intento ser muy vago para no arruinar las sorpresas) le harán encontrarse con Sandie (Anya Taylor-Joy). Ella es una cantante/showgirl de ese barrio en los 60. Revelar si se trata de un sueño, una fantasía o un viaje en el tiempo se lo dejo a Edgar Wright. Para completar el reparto están Matt Smith como un promotor de escrúpulos cuestionables. Y Terence Stamp como un hombre con una conexión particular con ambas chicas.

Firmemente inspirado en el cine giallo (y con muchos easter eggs a descubrir para un segundo o tercer visionado), El misterio en Soho se separa de todas la fimografía de Edgar Wright. No sólo no es una comedia, sino que es la más oscura de todas: tanto temática como visualmente. Aun así, su estilo y destreza con la cámara están ahí. Los jugueteos entre realidad y sueño –en especial en los encuentros entre las dos chicas protagonistas– sobresalen por su maestría visual.

Sin embargo, El misterio de Soho se recarga quizá demasiado en sus visuales y un detalladísimo diseño de producción y deja la trama un poco de lado. La película es entretenida, de eso no hay duda, pero el misterio al centro resultará un poco demasiado fácil de adivinar. No obstante, ese enigma no es la única razón para acompañar a estos dos chicas en su viaje.

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J. Ivan Morales Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.