El nuevo Nuevo Testamento

Quizá no se trate de la mejor adaptación bíblica de todos los tiempos, pero El nuevo Nuevo Testamento logra lo que pocas: equilibrar con frescura e ingenio, el humor negro, la ironía y la visión crítica, en una decantación desfachatada, divertida e incluso reflexiva sobre la religión y la gestación de la Biblia. Dirigida por el realizador Jaco Van Dormael (responsable de Mr. Nobody), este filme nos muestra a un Dios muy diferente al que conocemos, pues lo retrata como un sujeto bastante antipático, grosero, amargando y un tanto sádico. Tiene esposa, un hijo ausente –llamado, curiosamente, JC– y una hija pequeña con la que se lleva muy, pero muy mal. Además, creó a la humanidad para entretenerse pues estaba muy aburrido, y pasa su tiempo en la computadora controlando y afectando la existencia.

Desde este «centro de operaciones», crea calamidades, destrucción y formula leyes despiadadas –entre ellas, algunas que se parecen mucho a la llamada “Ley de Murphy”–. Hasta ahí, podría decirse que para esta peculiar familia, todo transcurre con cierta  “normalidad”. Pero un día, luego de uno de los matratos de Dios, su hija decide escapar de casa dejándole un leve recuerdito: le envía a todas las personas la fecha exacta de su muerte, luego de obtenerlas de la ya mencionada computadora del Todopoderoso. Es en medio de este caos premeditado, que la niña se adentra en nuestro mundo en busca de seis apóstoles más y le da pie a un nuevo Nuevo Testamento.

Sí, la premisa es sumamente disparatada, pero resulta ideal para que este irreverente y cínico acercamiento a la Biblia resulte un encantador y entretenido ejercicio de replanteamiento de la trascendencia del tiempo, del sentido que cada quien puede darle a su paso por la vida, y de la honestidad con los propios deseos. Todo esto, además, sin tomarse demasiado en serio y dándose el lujo de jugar con los roles de género, de burlarse de ciertos prejuicios y posturas religiosas, amén de evidenciar lo absurdo de algunas interpretaciones que se hacen del libro sagrado. 

También es importante destacar la propuesta visual, la cual va de la simpleza a lo extravagante, además de la música, que toma un protagonismo extra en la trama y se convierte en uno de los elementos más entrañables y simbólicos de la película. (En específico, en una escena que evitaré mencionar para no destripar el guion). Por supuesto, no se puede dejar de mencionar el encanto y naturalidad de la niña que lleva el papel principal, Pili Groyne, quien se convierte en una de las primeras razones para quedar enganchados con el filme. 

Bien podría decirse –por el tipo de humor «mala leche» que maneja– que El nuevo Nuevo Testamento está dentro de la línea de películas como Micmacs y Delicatessen de Jean-Pierre Jeunet o, incluso, de Dogma de Kevin Smith, sobre todo por el incisivo acercamiento al tema religioso, aunque guardando ciertas distancias. Se trata pues, del estreno más recomendable dentro de la cartelera. Un disparate divertido e inteligente, que seguramente no será del gusto de los sectores religiosos más conservadores, y al que a pesar de que se le pueden reprochar algunas escenas que de pronto rayan en una innecesaria cursilería, se le agradece la transgresión y que carezca de excesivas pretensiones intelectuales. 

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Jesús Chavarría Critico de cine y cómics. Critico en Cine con Kristoff de Telehit. Fue editor de Stageone México. Colaboró con Playboy, Chilango y la edición mexicana de Archie. Hoy escribe para La Razón y Mórbido Magazine. Conduce el programa de radio y Tv, Rocket.