Emma Corrin y los retos de transformarse en Diana para The Crown

Diana Spencer, mejor conocida por el mundo como Lady Di, se integró a la cuarta temporada The Crown para robarse el show. La interpretación de Emma Corrin en The Crown revivió para las nuevas generaciones uno de los pasajes más controversiales y mediáticos de la historia reciente de la corona británica: el ascenso de una princesa solitaria que capturó la imaginación y los tabloides del mundo.

Platicamos con la actriz Emma Corrin, ganadora del Globo de Oro 2021 y nominada a un Emmy, sobre el proceso que la llevó a descubrir el corazón de Lady Diana.

¿Cuánto investigaste en preparación para el papel?

Tuve una relación realmente interesante con el proceso de investigación porque estaba abrumada en el inicio por tanto ruido de los tabloides alrededor de su vida. Me frustró mucho toda la iconología, porque siento que cuando alguien se convierte en un ícono eso inmediatamente significa que no los puedes conocer porque se vuelven una representación de ellos mismos, entonces realmente luché por hacerme una idea de quién era ella, eso es lo único que necesitaba saber. Pero leí biografías y vi pietaje documental. Y luego todo cambió cuando obtuve el guion porque, claro, lo tuve, y me di cuenta: “Oh, esta es la manifestación de la investigación de Peter [Morgan], la cual es brillante”, y de repente tuve un arco para interpretarla. Lo que ves es mi interpretación de Diana y eso me dio tal libertad como actriz, el poder empezar a explorarlo repentinamente en una forma que me fuera útil.

¿Qué fue lo que más te sorprendió sobre ella?

Creo que nunca había pensado lo extraño que debe ser representar tanto para tantas personas y tratar de, no sé, aceptar quién eres para muchos, pero también, ¿quién eres para ti misma? Creo que mucho de lo que The Crown hace bien es explorar esa lucha interna que muchas de estas personas tienen con quiénes son y cómo se relacionan con las personas que aman. Y creo que eso es muy triste. Pero sí, creo que sí, también admiro su labor.

Y, partiendo de ahí, ¿te pusiste en sus zapatos?

Sí, empecé a divertirme mucho porque estuve trabajando con Polly Bennett, quien es maravillosa. Ayudó a Rami [Malek] con Bohemian Rhapsody, y básicamente sólo teníamos este estudio en Londres, esta especie de estudio de drama, y pasamos horas y días interminables ahí jugando e intentando capturar sus manierismos y su comportamiento [de tal forma] que para cada cosa pensábamos, ya sabes, ¿por qué ladea la cabeza? O ¿Por qué hace eso con sus ojos? Lo queríamos justificar, queríamos saber por qué lo íbamos a hacer, si es que lo íbamos a hacer y, creo que, de cierta forma, adentrarnos en las razones psicológicas [por las cuales hacía] esas cosas, lo cual fue divertido.

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¿Cómo te sentiste al ponerte ese icónico vestido?

Fue increíble. Sí, esa escena en la que usé su vestido y estábamos filmando eso fue surreal. Cuando filmamos esa escena todos se quedaron callados porque hubo como una extraña reverencia alrededor de ese momento y se sintió como: “Wow, esta es ella”, porque esta es nuestra interpretación en simultáneo, pero ellos son personas reales y en especial Diana era un ícono que no puedes olvidar. Me hizo entenderla más, creo, ya que tengo una apreciación de lo que yo supongo que ella atravesó, hasta cierto nivel.

¿Hubo un vestido con el cual te quisieras quedar y hubo uno con el que te conectaras en particular y que te ayudara a entrar en personaje?

Dios mío, digo, creo que [me quería quedar] con todos. Me quería quedar con todos los vestidos, particularmente con uno que era el floreado, para el funeral de Hugh Lindsay. Creo que muere en la escena de la avalancha. Y Diana usa este increíble vestido de seda negra, como un vestido con falda con una maravillosa chamarra negra de cuero y un amplio sombrero negro con borde, y me sentí tan poderosa y sombría al mismo tiempo. Fue fenomenal, pero amé los vestidos de cuando era más joven, porque creo que me fascinó interpretar a Diana más joven, había tanto para jugar en ese sentido. Fue muy interesante. Sí, y amé que lo suyo no era realmente el estilo, no era mucho de estilos, pero tenía sentido de la moda cuando era más joven, y eso es divertido, sí.

¿Qué crees que Diana diría de la racha de rebelión de su hijo Harry y de que haya puesto el amor y el matrimonio antes que su labor?

Creo que, por lo que he aprendido, ella estaría muy orgullosa de él. La Familia Real es una institución muy interesante, es algo anticuada en el sentido de que no aclaran esas cosas, y por eso supongo que era naturalmente inevitable que, en cierto punto, eso sucediera. Creo que tal vez Diana se dirigía hacia ese tipo de cambios.

¿Qué cualidades tenía ella para ser amada por todos alrededor del mundo?

Me parece que sabía cómo conectar con la gente y sabía cómo demostrar que le importaba de una manera incondicional y amorosa que la gente no había visto. Creo que era una época antes de que hubiera celebridades como se conocen hoy, entonces creo que las personas sienten que ella los conocía, ya sabes, si estaba en una multitud y tú como niña le dabas unas flores o estrechabas su mano o algo, ella te miraba a los ojos. Creo que, de cierta forma, sabía cómo hacerte sentir como si fueras la única persona en el mundo, y no de una manera engañosa. Creo que genuinamente era una persona muy cariñosa. Tengo algunos [que son] así, que cuando estás con ellos hay una sensación de entendimiento, una sensación de conexión que es increíblemente— es desconcertante al punto de que te sientes realmente apreciado, y creo que por eso la llamaban “la princesa del pueblo”, porque simplemente le gustaba la gente.

Y a veces demostraba tanta alegría…

Sí. Eso ha sido algo interesante, encontrar los momentos de felicidad, porque de lo que estábamos al tanto era de no representar el final porque, obviamente, sabemos lo que pasa, pero es muy importante que, en esos momentos, como en cualquier relación, creo, haya instantes de completa felicidad e instantes de absoluta tristeza. Y realmente te vas moviendo por todos estos sentimientos.

Si Diana estuviera aquí hoy, ¿qué le preguntarías?

Creo que— es interesante, realmente no tengo preguntas específicas para ella, pero lo que me encantaría hacer es sentarme y cenar con ella o ir al cine con ella o salir a caminar con ella y ver y entender su mirada del mundo. ¿Sabes? Como cuando conoces a alguien y crees que lo conoces, pero conviven y la forma en la que comenta un libro que ambos leyeron o la forma en la que hablan de alguien que ambos pasaron de largo es entender ese punto de vista acerca del mundo, y amaría ver lo que piensa del mundo en este momento y sí, creo que [me gustaría] conocerla de una forma en que probablemente nunca lo haré.

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Vera Anderson Es escritora, fotógrafa, cineasta y vive en Hollywood con su esposo y su traviesa cachorrita Airedale. Promete estar más activa en Twitter y espera que el guión que escribió con su hermano se convierta en película.