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Columnas

En el corazón de las tinieblas.

28-02-2009, 9:44:36 AM Por:
En el corazón de las tinieblas.

 O lo que es lo mismo: un descenso a los infiernos, esa espiral descendente a la que se refiere Trent Reznor en el magnífico álbum de NIN The Downward Spiral. Como muchos saben ya, Apocalypse Now no es sino una adaptación de la novela de Conrad que lleva ése mismo título: El Corazón de las […]

 O lo que es lo mismo: un descenso a los infiernos, esa espiral descendente a la que se refiere Trent Reznor en el magnífico álbum de NIN The Downward Spiral. Como muchos saben ya, Apocalypse Now no es sino una adaptación de la novela de Conrad que lleva ése mismo título: El Corazón de las Tinieblas. Ambas, novela y película, son la crónica de una travesía "hombre adentro", como diría Arreola; un viaje que nos lleva a los más recónditos rincones del alma humana, a ese infierno de todos tan temido: el que se incuba dentro de nosotros mismos.

Dos películas que vi esta semana en FICCO hacen, cada una a su manera, el relato de una de tales expediciones. En el drama Génova (Michael Winterbottom, Reino Unido, 2008), la trágica muerte de una madre de familia mueve a su esposo e hijas a desplazarse a la ciudad de Génova, Italia, para intentar poner distancia entre su duelo y una vida ahora desdibujada, despojada de sentido.

Tan alejados del hogar como apartados entre ellos mismos, los miembros de la familia —Joe, un maestro al que le han ofrecido chamba en la Universidad local, su hija adolescente y la pequeña Mary, sobre todo— deberán enfrentar a sus fantasmas, a la culpa y el resentimiento que han sido condenados a cargar.

Exactamente la misma odisea es aquella en la que se embarcan los protagonistas de Vinyan (Fabrice Du Welz, Francia/Reino Unido/Bélgica, 2008). Tras perder a su hijo Joshua en el tsunami de 2004, Janet y Paul —Emmanuelle Béart y Rufus Sewell— deciden aventurarse en las peligrosas aguas y junglas de Burma, convencidos de que su hijo se encuentra vivo aún. Sin embargo, y a diferencia de la cinta anterior, aquí ese infierno del que hablábamos toma tintes bien literales, encarnado como se encuentra en la hostil geografía de la selva y en sus siniestros habitantes.

 Para los nativos de Tailandia, un vinyan es un espíritu vagabundo, que no encuentra el descanso. Y para Janet y Paul, al igual que Joe y su familia en la cinta anterior, esos fantasmas habrán de guiar su paso por territorios de los que no siempre se sale con bien.

Se han extraviado en las tinieblas.

—Antonio Camarillo.

 

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