Muchos consideran que el Batman de Christopher Nolan es el mejor exponente del cine de superhéroes. Después de todo, se trata de un proyecto que revolucionó el subgénero para siempre y que le valió su primer Oscar histriónico gracias al estupendo trabajo de Heath Ledger como el Joker . Sin embargo la trilogía no está exenta de la perfección y por eso te presentamos errores en películas de Batman de Christopher Nolan.
Y es que hasta el director británico comete errores, los cuales son especialmente evidentes en algunos tropezones narrativos. A continuación recordamos algunos de los más destacados. ¿Recuerdan algún otro?
La toxina del agua (Batman inicia, 2005)
La autodestrucción de Gótica implicaba un elaborado plan de Ra’s al Ghul: verter la toxina del miedo en las aguas de la ciudad para luego liberarla a través la evaporación. La idea suena realista a primera instancia, pero se torna inverosímil si la analizamos más profundamente: ¿qué pasa con el líquido evaporado previamente? Más allá de la evaporación natural, cualquier persona que haya tomado una ducha de agua caliente o una taza de café habría estado expuesto al líquido. A esto sumemos que el propio Batman señala que las reacciones pueden suceder con dosis pequeñas. Sin embargo, no hay ningún reporte previo y el caos sólo inicia en el tercer acto del filme. Parece que el agua caliente no es un elemento muy recurrente en la urbe creada por Nolan.
¿Dónde estaba Harvey Dent? (El caballero de la noche, 2008)
El primer encuentro entre Batman y Joker ocurre en una fiesta con la que Bruce Wayne busca recaudar fondos para la campaña de Harvey Dent. El payaso irrumpe en busca del político, quien es obligado a ocultarse mientras el murciélago enfrenta al invasor. Para mala fortuna de nuestro héroe, Rachel Dawes es tomada prisionera y lanzada por una ventana, lo que le obliga a abandonar el escenario para salvarla. ¿Y después? Lo cierto es que un villano como el Joker habría aprovechado la partida del vigilante para continuar su búsqueda, pero Nolan se olvida de todo para concentrarse en el romance del encapotado. Al final, sólo nos queda suponer que el payaso no encontró a su hombre y abandonó el recinto como si nada hubiese ocurrido.
La falsa muerte aérea de Bane (El caballero de la noche asciende, 2012)
La tercera entrega de la saga arranca con la introducción de Bane, un viejo elemento de la Liga de las Sombras que busca la destrucción de Gótica con un elaborado plan que antes requiere la aniquilación de Batman. Para ello, el terrorista se deja capturar por las autoridades, a sabiendas de que éstas lo transportarán en un avión que luego tomará y derribará. Todo sería perfecto, de no ser porque el villano deja atrás a uno de sus hombres para que tome su lugar entre las víctimas. Quizás esto habría funcionado en los 50, pero no en la época en que se desarrolla nuestra historia, en que la identificación de cadáveres se hace con pruebas de ADN y comparaciones de dentaduras.
La batalla del monorriel (Batman inicia, 2005)
El enfrentamiento climático entre Batman y Ra’s al Ghul es visualmente espectacular, pero completamente absurdo para el desarrollo de la trama. Por un lado, resulta incomprensible que una agrupación que ha destruido civilizaciones milenarias como es la Liga de las Sombras base su plan en trasladar un equipo evaporador por toda la ciudad en lugar de montarlo ahí desde un inicio. Este error sólo le da tiempo a su adversario para detenerlos. Bruce Wayne tampoco parece ser muy astuto, pues decide enfrentarse con un villano que de cualquier modo viaja en un tren que está a punto de ser destruido por Gordon, quien recibió la orden ¡del propio murciélago!
El escape de Bruce (El caballero de la noche asciende, 2012)
Uno de los momentos más trágicos de Knightfall es cuando Bane destruye la espalda de Bruce Wayne y lo obliga a contemplar la caída de Gótica sin poder hacer nada al respecto. El caballero de la noche asciende intentó algo similar, sólo que en esta ocasión, el villano llevó su odio más lejos al encerrar al héroe en la prisión en la que él mismo pasó su infancia, la cual no sólo es subterránea, sino que además está en medio de la nada. Esto no detiene al vigilante, quien logra recuperarse de sus heridas y escapar del encierro al escalar las paredes de la fosa hacia la libertad. ¿Y cómo regresó a Gótica? Poco importa, pues sólo unos instantes después, el personaje está de vuelta, listo para proteger su ciudad. Sabemos que Bruce Wayne es un hombre con muchos recursos, pero parece improbable que en ese momento contara con los medios necesarios para comunicarse con Alfred, comprar un billete de avión o siquiera encontrar un taxi que lo llevara de vuelta a su destino.
Los planes del Joker (El caballero de la noche, 2008)
En una de sus secuencias más memorables, el payaso interpretado por Heath Ledger se describe a sí mismo como un perro persiguiendo un auto: “no sabría qué hacer si alcanzo uno”. Sabemos que esto no es cierto y que se trata de un villano maquiavélico que busca corromper al Ángel de Gótica por todos los medios. Sin embargo, ni siquiera este perverso ingenio nos permite comprender la manera en que el Joker es capaz de orquestar planes tan elaborados que anticipan las reacciones de Batman y todas las autoridades de la urbe. El delincuente se deja capturar luego de una intensa persecución –todo bien hasta ahí–, pero también sabe hacia dónde lo llevarán y que un policía lo resguardará al interior de la celda, lo que eventualmente le permite escapar gracias a un explosivo implantado previamente en otro prisionero y a los errores del vigilante. En otras palabras, si nadie se hubiera quedado con él, el plan habría fracasado.
Identidad ¿Secreta? (Batman inicia, 2005)
Entendemos las razones por las que nadie, ni siquiera Rachel Dawes, sospecha que Bruce Wayne sea Batman. El millonario no sólo oculta su identidad tras una máscara, sino tras la imagen de un hombre superficial, indiferente y absolutamente nada heroico. Lo que no entendemos es que las autoridades políticas y militares hayan caído en el engaño, así como los altos mandos de Wayne Enterprises. ¿O es que nadie se ha dado cuenta que todo su equipo proviene de la compañía? Quizás las modificaciones del traje compliquen su identificación, pero un vehículo como el Tumbler no es fácil de olvidar y menos cuando todos lo vieron saltando por los tejados de la ciudad.
¿Dónde está Coleman Reese? (El caballero de la noche, 2008)
Coleman Reese no parecía destinado a convertirse en un personaje realmente importante, pero todo cambia cuando este deduce que Bruce Wayne es el mismísimo Batman. Hay un momento en que el personaje está decidido a revelar esta información para salvar a Gótica de la locura del Joker, pero cambia de parecer cuando el millonario salva su vida. ¿Y qué pasó después? Nadie lo sabe. El desenlace de El caballero de la noche muestra a Batman como el enemigo público número uno y, aunque la lógica indica que las autoridades habrían recurrido a Reese para obtener mayor información sobre el vigilante, el personaje no vuelve a ser mencionado en el resto de la franquicia. Quizá Christopher Nolan lo olvidó, o tal vez sólo se mudó a un destino más tranquilo como Metrópolis.
La supervivencia de Bruce (El caballero de la noche asciende, 2012)
La última entrega de la trilogía gótica concluye con Bruce Wayne realizando el último sacrificio: alejar una bomba atómica de la ciudad a costa de su propia vida. O al menos eso es lo que todos piensan en la urbe, pues sólo unos minutos después se revela que el vigilante está a salvo, retirado y disfrutando en compañía de Selina Kyle. Un premio más que merecido, aunque algo difícil de entender. Se sabe que la aeronave que transportaba el explosivo fue puesta en piloto automático y que el héroe escapó instantes antes de la explosión. Aun así, una eyección no explicaría su supervivencia a un estallido nuclear, ni la manera en que regresó a tierra tras caer a la mitad del mar. La intervención de Aquaman es improbable para una historia que siempre se caracterizó por su realismo y sólo nos queda asumir que el murciélago es un gran nadador.
Batman ¿no mata? (El caballero de la noche, 2008)
Batman siempre se ha guiado por una sencilla premisa: no matar a sus adversarios, pues está convencido en que esto es lo único que le impide convertirse en alguien como ellos. Sin embargo, pareciera que el murciélago es algo selectivo con sus políticas: no evita el deceso de Ra’s al Ghul, mata a Harvey Dent y sólo salva al Joker, quien convenientemente es su villano más icónico y parecía destinado a regresar para la tercera entrega antes de la muerte de Heath Ledger. Y claro, a esto sumemos la muerte de uno que otro villano secundario que fue aplastado por el Tumbler. Lo más curioso de todo es que nadie pareció preocuparse de ello, aun cuando fue una violación directa a la esencia del cómic. La gran pregunta es ¿por qué nadie fue tan condescendientes con Superman en El hombre de acero?
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.