Falcon y el soldado del invierno – Crítica del Episodio 2

Un soldado condecorado se encuentra solitario en los vestidores de un estadio de futbol americano. Sopesa sus opciones, pero, sobre todo, siente por primera vez el peso de una responsabilidad que no pidió y que le obligará a cambiar una táctica reaccionaria y violenta por una diplomática que no conoce. Con su episodio 2, Falcon y el Soldado del Invierno (puedes leer la crítica de la anterior entrega aquí) presenta en todo su esplendor al nuevo Capitán América y al mismo tiempo ahonda en la dinámica de los dos personajes titulares en su primera misión a campo abierto. Sin embargo, en el fondo la serie contempla el MCU desde una mirada realista y aterrizada que incluso lanza sutiles dardos de un discurso antiracista, contra una problemática de la que al parecer ni siquiera un superhéroe resulta indemne.

La esperada reunión entre Falcon (Anthony Mackie) y Bucky (Sebastian Stan) ocurre porque los dos comparten un par de similitudes que les obligan a estar juntos: ninguno encuentra su lugar en el mundo y ambos se sienten responsables del legado de Steve Rogers tras su dimisión como el famoso soldado estadounidense. Una vez que un nuevo Capitán América es presentado al mundo portando su famoso escudo, los problemas comienzan cuando el Soldado del Inverno encara a Sam y le reclama por haber cedido el escudo. Ninguno de ellos fue consultado y alguna lección aprenden sobre el proceder del gobierno de los Estados Unidos, pero no hay tiempo para continuar el debate. Otra situación apremia, ya que al parecer hay más super soldados sueltos por Europa, configurando una nueva organización terrorista que pretende restaurar el mundo a su estado posterior al chasquido de Thanos. Juntos se embarcan entonces a una aventura de espionaje internacional que desemboca en un encontronazo audiovisual que será el deleite para los fanáticos de Marvel.

En el episodio pasado vimos a Falcon renunciar al escudo de Steve Rogers, sin ninguna insistencia por parte del gobierno para que lo conservara o tomara el papel. Algo que ya levantaba sospechas sobre el camino que la serie tomaría con respecto a una problemática que aqueja al mundo aún en la actualidad. El racismo sistémico se ha hecho presente con tan sólo dos capítulos de la serie, en situaciones sutiles y sin un afán aleccionador que distraiga la dirección del argumento central de la serie. Aquí vemos como una discusión a plena luz del día y en exteriores resulta en un par de patrullas estacionando frente a ellos para preguntarle a Bucky -el hombre blanco- si su compañero -el hombre negro- le está causando problemas.

Se trata de una escena que resonará fuerte en el espectador y en el legado que la serie construirá a futuro. Pero más fuerte resuena en Sam –SPOILER– enterarse que desde la década de los cincuenta existió un Capitán América negro que fue mantenido en las sombras por el gobierno estadounidense y además brutalizado durante treinta años en una prisión. La trama de Falcon y el Soldado del Inverno, tan sólo en su segundo episodio demuestra un compromiso con el espectador moderno que espera profundizar en los personajes de los cómics, pero al mismo tiempo rehúye de perpetuar ideologías caducas.

Por cierto la primera interacción que vemos de los personajes titulares es uno de los elementos más afortunados de la serie. Aunque ya los habíamos visto actuar como aliados brevemente en Capitán América: Guerra Civil, aquí por primera vez vemos los frutos cómicos de su enemistad. La química entre Mackie y Stan es evidente y los diálogos diseñados por Michael Kastelein -responsable de este episodio- hacen eco del mejor estilo de comedia que tiene Marvel. El combo entre ambos personajes resulta igual de efectivo así se trate de una escena de acción o en una intima lucha de miradas frente a una psicóloga que les instiga a aclarar los puntos de su rivalidad.

Su encuentro también da lugar a una secuencia de acción digna de la pantalla grande, en donde efectos visuales, sonido, montaje y fotografía se sincronizan milimétricamente para componer una secuencia elegante, reminiscente al cine de espionaje y táctica militar. Por primera vez vemos al dúo en acción mientras tratan de detener un par de vehículos de carga en plena marcha sobre una carretera despoblada de la Alemania rural. Los Flag Smashers liderados por Karli Morgenthau (Erin Kellyman), poseen la misma fuerza sobrehumana que Bucky, pero superan en número a los héroes. Su misión, al igual que en los cómics, es acabar con la ideología del nacionalismo y los múltiples gobiernos velando por los intereses de cada país.

Por otro lado un tercero asoma en la dinámica. John Walker (Wyatt Russell) es elegido para ser el nuevo super soldado de Estados Unidos. Es presentado al mundo primero en una conferencia de prensa y más tarde sometido a diversas giras, charlas y entrevistas televisadas. Durante ésta última su entrada es triunfal en medio de un campo de futbol y la serie aprovecha para traer de regreso el tema compuesto por Alan Menken para la primera entrega de Capitán América, pero con arreglos para una banda de guerra. Walker intentará realizar una alianza con Sam y Bucky para detener la creciente amenaza terrorista, pero su proceder parece opuesto al del dúo, lo que siembra una enemistad que probablemente veremos desarrollarse por completo en siguientes episodios.

A pesar de sus secuencias de acción del tamaño de un blockbuster de la gran pantalla, hasta el momento Falcon y el Soldado del Inverno con tan sólo dos episodios ha demostrado que el corazón de su historia no son aquellos grandes momentos, sino los más pequeños. En ese sentido su ritmo y tono recuerdan a producciones más modestas como la serie thriller Homeland cuyo argumento era más visceral y el suspenso creciente a cada episodio. Tal como en aquella, por ahora así sucede con la nueva aportación televisaba de Marvel y Disney Plus, quienes mantienen la escuela del cine de espionaje clásico mientras desarrollan a profundidad a personajes que previo a esto apenas eran unos participantes más del MCU.

Ese elemento cerebral e ingenioso que se antepone a la acción física, vaticina todavía una expansión mayor para siguientes episodios, ahora que la serie nos ha regalado la que resulta probablemente la mayor sorpresa hasta la fecha. –SPOILER– El Barón Zemo interpretado por Daniel Brühl hará su regreso a las historias de Marvel, pero no como el villano principal detrás de la nueva amenaza, sino como un consultor para los héroes quienes acudirán por su ayuda. El desenlace de este episodio nos conduce hasta el interior de su celda en una prisión de máxima seguridad mientras escuchamos el Réquiem de Mozart, una oda a la muerte, como todo protagonista musical del momento. ¿Alguien dijo Hannibal Lecter?

El episodio 2 de Falcon y el soldado del inverno ya está disponible en Disney Plus y los siguientes harán aparición los viernes de cada semana.

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Luis Angel H Mora Mi relación más estable es con el cine, la fiesta y la música. Me encanta escribir sobre cine, conocer gente nueva y compartir ideas. Idealista en todo sentido, supongo que es mi rasgo acuariano de ascendente.