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Cine

Familia sumergida – Crítica

20-12-2019, 8:39:41 PM Por:
Familia sumergida – Crítica

María Alché aprovecha Familia sumergida para hablar de un dolor profundo de índole existencial.

Cine PREMIERE: 4
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La actriz María Alché vira hacia otro rubro de la creación cinematográfica. Familia sumergida es su debut como cineasta, una ópera prima en la que es imposible sacudirse la influencia de Lucrecia Martel, una de las voces femeninas más importantes del cine argentino y bajo cuyas órdenes trabajó en La niña santa (2004). Ambas comparten un interés por poner la cámara en el punto exacto para radiografiar relaciones familiares en un carril contemplativo.

Alché aprovecha su historia para hablar de un dolor profundo de índole existencial: el duelo, la pérdida y el proceso de aclimatamiento a un adiós definitivo. Marcela (Mercedes Morán, actriz marteliana) se enfrenta a la reciente muerte de su hermana en dos tenores. Por un lado, padece la ausencia; por el otro, ésta se exacerba físicamente al tener que vaciar el hogar de la fallecida y reducir su existencia a recuerdos atrapados en cajas de cartón.

familia sumergida

Lo etéreo del filme y la historia también se desprende del manejo de la luz, especialmente en esta locación.

En Familia sumergida Marcela es la madre de tres adolescentes y la columna vertebral de una casa que debe seguir adelante pese a sus disturbios internos. Para apuntalar este aturdimiento emocional, Alché enfatiza el caos hogareño. Presta particular atención a las múltiples actividades diarias: las peleas entre hermanos, la búsqueda de una camisa perfecta para asistir a una fiesta de 15 años o el colapso de la lavadora en huelga de funcionar. Aumenta los siniestros y exabruptos mediante los efectos sonoros y la mezcla de sonido. Un timbre, un teléfono o los gritos de los personajes contribuyen a la desestabilización de la protagonista.

Marcela, también, lidia con su propia crisis existencial en Familia sumergida. Hay un viento de insatisfacción y nihilismo personal a su alrededor. Inmersa en semejante sentir, un día conoce a Nacho (Esteban Bigliardi), un amigo de su hija mayor, y en él encuentra un espejo de consuelo. Ambos son almas que han perdido la noción de la vida como hasta ese momento conocían.

familia sumergida

Federico Sack es el miembro más joven del elenco, pero su profesionalismo histriónico es abrumador.

Sobra decir que Morán es estupenda en este rol de fragilidad, desconcierto y tesón; ella es el núcleo y alma de la película. Estas cualidades se desnudan abismalmente en un encuentro íntimo con su hijo, mientras repasan lecciones de la escuela. Momento inesperado, enigmático. No obstante, se encuentra apoyada por un elenco de maravilla. Destaca principalmente Marcelo Subiotto en el rol de Jorge, su esposo, el centro de uno de los mejores momentos del filme: una escena resuelta, de nuevo, inesperadamente, a través del humor y la distensión.

Familia sumergida es una ola intimista en la cual María Alché, también guionista, revoluciona los juegos de la realidad y lo espectral. Es un cuento fantasmagórico insertado en una narrativa minimalista y estéticamente realista; un bamboleo entre el tiempo real y el imaginado; entre lo que es y aquello que deseamos que sea. De ahí que cuando tienen lugar las incursiones espectrales, no queda más que dejarse envolver y quedar a merced de una artífice que, con su puesta, desboca sensibilidad artística y coqueteos oscilatorios entre la memoria, el dolor y la evasión; pues como Martel, se mantiene en el rango de la ambigüedad y la sugerencia.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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