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Columnas

FICM 2010: Crí­tica Borrar de la memoria

22-10-2010, 9:57:14 AM Por:
FICM 2010: Crí­tica Borrar de la memoria

Nuevamente la sala del Cinépolis Centro en Morelia estaba hasta su máxima capacidad, asientos reservados, fotógrafos, invitados especiales y una película: Borrar de la mermoria, cinta que marca el regreso de Alfredo Gurrola después de 20 años de ausencia tras Cabalgando con la muerte con Mario Almada. La historia de Borrar de la memoria está […]

Nuevamente la sala del Cinépolis Centro en Morelia estaba hasta su máxima capacidad, asientos reservados, fotógrafos, invitados especiales y una película: Borrar de la mermoria, cinta que marca el regreso de Alfredo Gurrola después de 20 años de ausencia tras Cabalgando con la muerte con Mario Almada.

La historia de Borrar de la memoria está basada en un hecho verídico, en él un reportero de nota roja se obsesiona con el caso de una jóven muerta partida a la mitad en 1968, días antes del 2 de octubre. Ahí comienza un juego contra el tiempo para descifrar el misterio, antes que lo callen.

Escrita por el especialista en cine Rafael Aviña, Borrar de la memoria tiene buenos aciertos en la fotografía, recreando la década de los 60s a la perfección y secuencias de Tlatelolco que enchinan la piel. Así mismo la música y la mayoría de las actuaciones logran atrapar al espectador con una historia sólida, pero que cae en algunos clichés propios del género policiáco.

Es así que tenemos la explicación que siempre escuchamos del asesino, minutos antes de dar el golpe de gracia a nuestro protagonista, aunque lo repetitivo es cuando el personaje principal en los 60s, es un fanático del cine que no repara en ofrecer todas y cada una de referencias a la cultura popular de aquella época, volviéndolo para la cuarta referencia en adelante, una verdadera molestia y obstáculo para la trama.

Al final de la proyección, la mayoría en la sala, gran parte de la prensa asistente, aplaudió la cinta, dejando en un servidor la pregunta necesaria de ¿fue realmente la misma película que vi, o será que todo era compañerismo con Rafa Aviña?

Lo bueno: una sólida cinta de género que atrapa al espectador desde el inicio.

Lo malo: el momento más absurdo tras el climáx de la cinta, en la que el protagonista habla con su hija con el mismo desenfado que un domingo cualquiera, cuando segundos antes, la sangre, violencia y balas corrian por la pantalla.

Sergio López Aguirre / Enviado Morelia

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