Fuera de mi camino – Crítica

¿Puede existir un asesinato libre de culpa? Algo como una especie de “homicidio inocente” que exonere del abrumador yugo de la culpa y que sea banalizado al punto de ser visto como un mero daño colateral de trabajo. Podría pensarse que estas reflexiones vendrían de una cinta densa y difícil, pero opuesto a ello, la fuente es esta sobria comedia serbia, la película Fuera de mi camino (Dvenik masinovodje) del cineasta Milos Radovic, que tuvo una modesta corrida por algunos festivales alrededor del mundo, teniendo una presentación especial en el pasado Festival de Cine de Guadalajara.

La película presenta al viejo conductor de trenes Ilija (Lazar Ristovski), que cuenta en su haber con más de una decena de muertos al manejar tren, homicidios de los que el Estado lo exonera por considerarse no culposos y que, más que una dolorosa carga, se convierten en una peculiar marca de distinción, que se convierte en una mórbida tradición familiar.

La situación se complica cuando en la solitaria vida de Ilija aparece el huérfano Sima, con quien comienza una relación filial que culmina en su deseo de convertirse en conductor de trenes al igual que su huraño padre adoptivo, totalmente en contra de los deseos de este. Lo que más le preocupa a Ilija es el inevitable primer homicidio que Sima cometerá.

Lo que podría convertirse fácilmente en un planteamiento de alcances absurdos, es llevado con decoro y gracia por Tanovic y hábilmente lo conduce por los terrenos de la comedia ligera de tintes hasta familiares. El tono de la película es sobrio y a pesar del tema evita todo asomo de violencia o morbo gratuito, generando una curiosa disonancia entre lo que dicen los personajes, lo que el cineasta muestra y lo que la audiencia percibe.

La película Fuera de mi camino se inscribe así en una corriente de cine serbio contemporáneo que se ha caracterizado por tocar temáticas sórdidas, tanto desde una óptica tremendista y gráficamente explicita (Klip, 2012; Un filme serbio, 2010) como desde una inverosímil y absurdista pero gentil (Los niños del cura, 2014), que es justo a la que mas se adhiere esta película.

A pesar de contar con un planteamiento original, la película Fuera de mi camino pierde rápidamente el ingenio en una serie de decisiones trilladas y giros esperados que hacen que toda la intriga central pierda fuerza y la temática de los asesinatos no culposos se diluya en un exceso de sacarina y familiaridad. La película termina por convertirse en víctima de sí misma: una película más para las anónimas estadísticas.

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Jorge Negrete Cofundador y crítico en la página web Butaca Ancha. Escribe de cine en medios como Tierra Adentro, Animal Político, Forbes y Algarabía. Considera que cada película, independientemente de donde venga y quien la haga, tiene algo importante que decir.