Halloween Kills: La Noche Aún No Termina – Crítica de la película

Hace un par de años el director David Gordon Green retomó la saga Halloween con mano firme. Aquella tenía el propósito explícito de eliminar cualquier rastro de aquello que hubiera perjudicado a la franquicia con malas decisiones, situaciones risibles y fórmulas recicladas. Si bien la primera aportación fue más bien una suerte de remake con un upgrade al asomo, es finalmente con la película Halloween Kills que el legado de Michael Myers alcanza un matiz distinto. 

Una de las virtudes de la nueva Halloween es que inicia exactamente en donde terminó la anterior. El espectador no debe esperar mucho tiempo en la construcción de un ambiente, o en las explicaciones de un personaje que ya conoce de sobra. Después de que Laurie (Jamie Lee Curtis), su hija (Judy Greer) y nieta (Andi Matichak) lograron encerrar al monstruo para que el fuego lo consumiera vivo, se dirigen rápidamente al hospital para atender las graves heridas de la primera. Sin embargo, el monstruo logra escapar no sin antes acabar con un escuadrón de bomberos en un acto inverosímil de un hombre contra veinte.

La cuestión es que el elemento de lo inverosímil y aquel concepto del hombre enmascarado invencible, es el sostén que deviene en una reflexión psicológica muy interesante sobre las consecuencias del miedo. Es aquí en donde la película se aparta de sus antecesoras. Así ofrece una visión novedosa y una exploración más realista de la figura de Michael Myers. De pronto el villano es más un símbolo, algo que se sobrepone a cualquier encuentro físico con él. 

Halloween ha sido celebrada durante décadas como la madre del género slasher y la cuna del arquetipo de la «chica final». Éste tan bien sembrado en el inconsciente colectivo con el rostro de Jamie Lee Curtis. No obstante, este nuevo filme se empeña en tomar otro camino. Explora al asesino en situaciones en las que no es necesaria su presencia en la pantalla, ni siquiera en la habitación, para sembrar el miedo. 

El guion toma la afortunada decisión de prescindir del personaje de Laurie durante la primera mitad del filme, para en cambio explorar el legado que el asesino ha dejado impreso en los habitantes de Haddonfield. Green toma esta nueva corriente de exprimir la nostalgia, no solamente para recrear situaciones o situar personajes conocidos en escenarios que resuenen con el pasado. En cambio aprovecha los recuerdos para mostrar las consecuencias psicológicas y el trauma que hierve en cada uno de los residentes del poblado. 

A partir de allí los protagonistas son los habitantes del pueblo y ya no una sola chica. Todos recuerdan y están marcados. A pesar del miedo están dispuestos a enfrentar el terror una vez más para terminarlo de una vez por todas. Así el guion explora situaciones de pánico colectivo. El nacimiento de las turbas desquiciadas que pasan por encima de la ley para tomar acción por cuenta propia. Las masas de gente entregándose al salvajismo. La anarquía que se produce a partir de un hecho traumático y que corrompe a las víctimas para convertirlas en su agresor. 

De alguna forma Halloween Kills es una película que escapa del molde de todas sus antecesoras, pero que a la vez respeta la esencia que le ha brindado tanta longevidad. El filme conversa sobre temas más cercanos al espectador moderno. Pequeñas muestras de un departamento de policía que le falla a la gente y fracasa en contener la crisis. Mujeres fuertes que escapan del envase de la ‘final girl’. Una pareja de homosexuales maduros compartiendo un hogar y una vida, sin chistes o gags de por medio sobre sus preferencias. 

A pesar de que la actualización viene en temáticas, perspectivas y una especie de refresher al género, la forma se mantiene intacta. Venera el cine de suspenso de los ochenta y confunde al espectador con una estética que en ocasiones dificulta distinguir la época en la que está situada la acción. Halloween Kills es muy inteligente para evitar las obviedades que mostrarían que el clásico se sitúa en la actualidad. No se usan redes sociales, los smartphones apenas tienen visibilidad y la mención del internet es prácticamente inexistente. 

David Gordon Green se vale de una puesta en escena que venera el estilo que John Carpenter convirtió en escuela. Imagen granulada, pasillos oscuros y calles desiertas. O sonidos como el crujir de la madera, escalones que truenan y música de sintetizador tan característica especialmente de esta saga. El suspenso es efectivo, pero también divertido. Los guionistas no olvidan que una de las características principales de este tipo de películas es hacer del viaje una montaña rusa. Y quizás en ese sentido, una de las novedades es el uso de la violencia más gráfica que en las anteriores aportaciones de la saga.

De pronto Myers no sólo es un asesino común y corriente, sino que es un sádico y metódico que en ocasiones apuñala más de lo necesario y que es bastante creativo para hacer de la casa crimen una fiesta. No obstante, la sangre no es gratuita y los creativos detrás de la cámara son ágiles para trazar el camino que configura cada muerte. 

Al final Halloween Kills se corona por un par de discursos, que quizás sobreexplican la tesis de la película, pero que en voz de Jamie Lee Curtis se convierten en valiosos momentos para la saga. Un estudio sobre los símbolos del miedo, que prácticamente celebra la existencia de esta serie de filmes y la de un personaje tan emblemático cuyo único rostro es una máscara blanca usada a través de los años hasta el cansancio. Una digna aportación a la franquicia, que tiene bien estudiado el género y que se permite hacer una reflexión un poco más profunda sobre el significado del miedo. 

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Luis Angel H Mora Mi relación más estable es con el cine, la fiesta y la música. Me encanta escribir sobre cine, conocer gente nueva y compartir ideas. Idealista en todo sentido, supongo que es mi rasgo acuariano de ascendente.