High Life – Crítica

El estilo erótico, silencioso y el ritmo lento que caracteriza la filmografía de Claire Denis le vino bien a una película que se desarrolla en el espacio. Aunque la mayor parte de la historia se desenvuelve dentro de la nave espacial, la lejanía con la Tierra es el elemento clave para mostrar los oscuros deseos del ser humano, así como el comportamiento desesperado ante la supervivencia.

El punto de partida de la historia nos muestra a Monte (Robert Pattinson) y a un bebé tratando de sobrellevar la soledad y frustración de no encontrar la manera de comunicarse a la Tierra. No sabemos más. Sin embargo, a lo largo de la historia, por medio de flashbacks, se irán revelando las causas de la inestabilidad emocional del joven.

Más allá de que la narrativa disruptiva pueda generar confusión en el espectador, provoca intriga. De esa manera, el ritmo lento de la película no entorpece la tensión y suspenso de la historia. Aún cuando la principal causa del nudo de la trama es revelada –las personas abordo llegaron hasta ahí como parte de un experimento científico para investigar los hoyos negros–, las interrogantes continúan con cada uno de los personajes.

El gobierno estadounidense le ofreció a un grupo de criminales que estaban tras las rejas y con la sentencia a muerte en deuda que, a cambio, sirvieran al servicio de la investigación científica. Podrían partir como delincuentes y regresar como héroes. Ésa era la mayor recompensa. No obstante, la negociación fue turbia y tras una gran falta de claridad en el contrato, fueron engañados. Jamás regresarían a casa y los mensajes que intentaran enviar hacia la Tierra tardarían años en llegar.

Por eso una vez que Claire Denis explora los recuerdos de Monte para contar la causante de su paradero, comienza la incertidumbre sobre los delitos por los que fueron encarcelados. 

Además, el ritmo de la historia permite que el espectador reflexione sobre el comportamiento natural humano fuera de su entorno. El deseo sexual, las reacciones egoístas de supervivencia y la necesidad de afecto del otro, son algunos de los temas sobre los que se indaga en la cinta. Sin embargo, es el acto sexual mismo, la principal tesis en la que Denis profundizó en High Life.

Hay escenas que el público difícilmente podrá olvidar. Algunas de ellas por el impacto emotivo o incómodo que generan, pero todas relacionadas con la sexualidad: abusos, violaciones, embarazos. Sin embargo, es un tema tratado con delicadeza y respeto, sin ninguna pretensión morbosa. Por el contrario, parece ser una invitación a la reflexión.

High Life es una exploración de dos universos: el más íntimo de la sexualidad y el espacial. Incluso, visualmente asemeja el brillo del cosmos y las estrellas, en una escena en la que uno de los personajes, Dibs, logra dar vida a un nuevo ser humano en el espacio por medio de una gestación artificial. 

Habrá algunos huecos en la trama de la historia o en la construcción de los personajes que sólo cada espectador podrá llenar. Pero incluso eso, suma a la reflexión evidente de High Life.

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Susana Guzmán De la O Escribir y el cine son mis más grandes amores. Admiro a Tarkovski, pero lloro cada que veo Up.