Jóvenes Titanes en Acción: La película – Crítica
La fortaleza de los titanes es su irreverencia ante el subgénero que representa, con formidable humor.
Por su propia naturaleza auto paródica, los fanáticos de los cómics están divididos entre el amor y el odio por la teleserie Teen Titans Go! de Cartoon Network, que hasta ahora cuenta con 5 temporadas y más de 200 episodios.
La realidad es que en su esencia encontramos su principal atributo. En un Siglo XXI saturado hasta la saciedad de películas y series sobre superhéroes, son pocos los esfuerzos efectivos de ironía y autocrítica. Teen Titans lo logra en la televisión y repite la fórmula con hilarantes resultados en la pantalla grande.
Ubicada entre series que se toman muy en serio eso de ser aprendiz de superhéroe, como Young Justice y Teen Titans (2003-2006), ¡Jóvenes Titanes en Acción! emana con una aparente ligereza dirigida al público infantil, pero con suficientes y contundentes referencias para el público adulto. No sólo del universo de DC Comics, sino también de otras editoriales (sí, tú Marvel) y de la cultura popular en general.
Todos estos elementos están presentes en el nuevo filme. Es cierto que también están las bromas de pastelazos y flatulencias. Pero coexisten con interesantes y entretenidas reflexiones sobre las dinámicas de Hollywood, los grandes estudios de producción y los orígenes de personajes tan icónicos como Batman y Supermán.
La elemental trama lleva a Robin en una irreflexiva búsqueda por tener su propia película. Un afán un tanto ególatra, por la apetencia de ser tomado en cuenta y –según él– ser respetado por el resto de la comunidad de heroicas figuras. Dejar de ser un segundón, pues.
El equipo de los jóvenes Titanes lo respaldará sin importar las consecuencias. Raven, Starfire, Cyborg y Chico Bestia traen cada uno se peculiar encanto y personalidad en esta extensión de sus aventuras televisivas.
El estilo visual y el sentido de humor, tanto de la serie como de la película, nos remite a otras producciones de Cartoon Network. Como las divertidas Chicas Súperpoderosas o el genial Laboratorio de Dexter.
En ese sentido, es poco lo que hace esta versión fílmica por trascender en términos de su técnica de animación. Se limita a reproducir lo que ya tiene muy bien engrasado para la TV. Que no es poca cosa, pues en su afán retrospectivo y de comicidad, refiere distintos estilos animados.
Aún así, el ritmo narrativo resulta irregular. Si bien sus dos directores se han curtido en la tele por años, no es lo mismo dirigir episodios de 10 minutos que un largometraje.
Dicho esto, es imprescindible reiterar que el fuerte del concepto es su espléndido y efectivo ingenio humorístico. Y eso lo logra. El público de distintas edades encontrará numerosas oportunidades para soltar la carcajada.
Algunas bromas -como las manitas de bebé de Robin, el truco del pulgar, los viajes en el tiempo y la búsqueda de un archienemigo- son puntos argumentales previamente tratados en la serie televisiva. Pero muchos otros más se integran, aludiendo no únicamente a los despropósitos anteriores de DC, sino también a sus aciertos.
Además de Deadpool, con gran éxito para una audiencia madura, y de Megamente, inmerecidamente ninguneada, son pocas las producciones que se pitorrearan de la sobresaturación de películas de superhéroes. Hoy sumamos una más.
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Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
