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Cine

La espía roja – Crítica

13-09-2019, 12:33:54 PM Por:
La espía roja – Crítica

Como bien lo anticipa su nombre, este es un filme de espías. Sin embargo, carece del factor clave que caracteriza al género: el suspenso. 

Cine PREMIERE: 2.5
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En 1999, una mujer llamada Melita Norwood de 87 años dio una conferencia de prensa en el patio delantero de su casa y se enfrentó a la prensa y al público británico que la tachaban de traidora. Melita, apodada la “abuelita espía”, había sido acusada de filtrar información clave sobre el desarrollo de tecnología nuclear de los aliados a la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, y su nombre se encontraba en boca de todos. La espía roja, basada en la novela homónima de Jennie Ronney, es una cinta inspirada vagamente en la historia de vida de Norwood y las razones que la llevaron a “traicionar a su país”.

En el libro de Ronney y en el guion adaptado de Lindsay Shapero, Melita se convierte en ficción a través del personaje de Joan Stanley. Nuestro primer contacto con Joan es cuando la policía la va a buscar a su casa y la arrestan. En la sala de interrogación, comienza a contar su historia, la cual nos lleva a sus años de estudiante en Cambridge en la década de los treinta. Trevor Nunn, director de la película, construye la trama de la cinta a partir de estos saltos de tiempo que nos permiten descubrir a Joan de joven (interpretada por Sophie Cookson) y a la Joan octogenaria (interpretada por Judi Dench).

De entrada, lo primero que llama la atención de esta cinta es el hecho de que Joan no es la típica espía al estilo mujer fatal que porta un aura indestructible que muchas vemos en la pantalla grande. En realidad, la tímida Joan cae en el mundo del espionaje casi por accidente mientras intenta hacer amigos durante su primer año como estudiante de física en Cambridge. Así es como conoce a Sonya (Tereza Srbová) una glamorosa y extrovertida estudiante de idiomas que la introduce a su círculo de amigos comunistas. Ahí, Joan conoce a Leo (Tom Hughes), el primo de Sonya, y mientras este duo la politiza, Joan se enamora del joven revolucionario. Mientras Joan comienza a verse envuelta en un mundo de intrigas y peligro, el ritmo de la cinta hace muy poco por evocar estos mismos sentimientos en la audiencia y generar suspenso. La trama romántica entretejida al conflicto principal es la culpable de esta pasividad en la trama que no logra entregar ese clímax explosivo que tanto promete. A pesar de que los saltos de tiempo le aportan diversidad a la narrativa, el peso de la cinta lo lleva realmente Sophie Cookson. La joven actriz conocida por su papel en la saga Kingsman está a la altura del reto,  sin embargo, el tiempo en pantalla de Judi Dench es realmente muy poco y está mal aprovechado.

El aspecto más interesante de La espía roja es su estudio sobre el papel de la mujer en la guerra. En un mundo regido por la testosterona, los actos silenciosos y aparentemente pasivos tuvieron de hecho un impacto colosal, hasta el punto de cambiar la historia. En muchos sentidos, más que un relato de espionaje, es una historia sobre mujeres que siempre se vieron iguales a los hombres a pesar de vivir en un mundo donde constantemente se les discriminaba por su género. La batalla de Joan comienza desde las aulas de clase, cuando era la única mujer cursando la carrera de Física. Después, cuando consigue un empleo en la Asociación Británica de Investigación de Metales No Ferrosos, sus colegas la ven simplemente como una asistente encargada de traer el café a las juntas, cuando, en realidad, Joan resulta ser un arma incluso más mortífera que la bomba nuclear que estaban desarrollando al utilizar su propia ignorancia y este sentido de supremacía masculina contra ellos mismos para lograr su misión.

Sin embargo, esta mirada feminista se queda corta y presenta varias incongruencias. Cuando conocemos las razones por las cuales Joan filtró esta información, no resulta creíble, y sus acciones a lo largo de la cinta nos hacen creer que más bien existía una motivación romántica detrás de sus decisiones. 

Como bien lo dice su nombre, La espía roja es un filme de espías. Sin embargo, carece del factor clave que caracteriza al género: el suspenso. 

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autor Comunicóloga para quien el cine y la fotografía son las mejores maneras de ver la vida. Es fan de Sofia Coppola y la estética de Wes Anderson, añora décadas pasadas y piensa que todo el mundo debería irse en un road trip por lo menos una vez en la vida.
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