La familia Mitchell vs las máquinas – Crítica de la película
Una entretenida y aguda oda a la familia disfuncional, que se nutre de humor referencial durante un apocalipsis robótico.
La rebelión de las máquinas contra los humanos ha sido retratada en el cine desde Tiempos modernos (1936) de Chaplin hasta Ella (2013) de Spike Jonze. Y más allá. Así de grande el espectro y así de vastos los antecedentes con que el equipo detrás de la película La familia Mitchell vs las máquinas juega para ofrecernos un mordaz comentario en torno al núcleo familiar, las diferencias generacionales, así como las redes sociales y el rol de la tecnología en nuestras vidas.
En pos de su vocación profesional, Katie Mitchell emprenderá una repentina e involuntaria vacación familiar. Se trata de un viaje en carretera con la intención de forzar la convivencia entre padres e hijos, mientras se dirigen de su hogar en Kansas a una universidad en California.
MIentras eso sucede, el evento de lanzamiento del nuevo teléfono inteligente de una empresa multinacional sufre un monumental revés: la inteligencia artificial se subleva contra su creador y pretende dominar al mundo. ¿Serán los Mitchells la última esperanza de la humanidad?
Si bien los escritores y directores de filmes como Lluvia de hamburguesas (2009) y La gran aventura Lego (2014) fungen en esta ocasión como productores, el enorme y eficiente peso de
humor y eficiencia argumental de Phil Lord y Christopher Miller, se perciben a lo ancho y largo de la película.
Los materiales promocionales hacen mayor referencia a una de sus producciones más recientes, Spider-Man: un nuevo universo (2018). Y efectivamente ahí están esos toques de saturación visual e informativa. Pero en el fondo, la película sobre los Mitchell tiene muchos más puntos en común con las cintas previamente citadas.
De Lluvia de hamburguesas reconocemos el estilo y diseño de los personajes y la alienada relación entre padre e hijo, así como la dificultad para entender las aptitudes y afinidades entre ellos y la genialidad incomprendida. También la obsesión por aquellos carismáticos líderes de compañías visionarias, pero intrusivas y monopólicas, muy al estilo de Steve Jobs. De La gran aventura Lego, está la punzante e incisiva crítica social hacia el consumismo y la manipulación mediática. Y en ambos casos, aquel individuo que renuente pero contundentemente se erigirá como salvador.
Todos estos elementos los podemos encontrar en la película La familia Mitchell vs las máquinas, donde además se exalta la normalidad de la disfunción familiar, en contraste con las apariencias expuestas en las plataformas sociales, en un entorno apocalíptico de ciencia ficción.
En la anécdota de la película La familia Mitchell vs las máquinas (que ya está disponible en Netflix), se deslizarán incontables alusiones que resultan muy disfrutables para el público adulto, insertado en un caleidoscópico estilo visual que disfrutarán todos los espectadores. Pero sobre ese mosaico hipnótico y divertido, lo que en verdad destacan son las oportunas reflexiones sobre los encuentros y desencuentros familiares.
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Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
