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Cine

La fiesta de las salchichas

02-10-2016, 8:19:38 PM Por:
La fiesta de las salchichas

Aunque no será del gusto de todos, Sausage Party es una irreverente comedia animada con una sorpresiva profundidad y crítica social.

Cine PREMIERE: 4
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Primero un par de recomendaciones: si quieres ver la comedia para adultos más hilarante del año, ésta es tu película. Pero si te ofendes demasiado rápido o te asqueas con facilidad, piénsalo antes de comprar tu boleto.

La fiesta de las salchichas es lo que promete el título: una fiesta totalmente absurda que, no obstante, ofrece muchísimo más de lo que se puede esperar. De entrada, si alguien pensaba que el humor escatológico no puede escalar cada vez más y más, aquí tiene el ejemplo de que eso siempre es posible. Más teniendo a la mancuerna de Evan Goldberg y Seth Rogen (acompañados por Kyle Hunter y Ariel Shaffir) como parte del equipo de guionistas, quienes ya habían dado muestras de sus alcances en Éste es el fin (2013), su comedia apocalíptica.

Ahora sin ninguna contención, tal vez debido a que se trata de un filme animado en el que pueden poner en pantalla cosas inimaginables en acción real, hacen un relato desmesurado que, más allá de lo obvio, se vuelve un inteligente comentario sobre la confrontación entre creencias religiosas y facciones. Porque si hay algo que todo el tiempo se cuestiona en esta película dirigida por Conrad Vernon y Greg Tiernan, es la existencia de Dios y lo que hay en el más allá. Algo inesperado pero que, abordado sin las sutilezas de lo políticamente correcto, se vuelve francamente esclarecedor gracias a que Rogen y compañía nunca se detienen a ver si han llegado demasiado lejos.

Frank (voz de Rogen) es un creyente, tal como todos los demás abarrotes de un supermercado, de que cuando alguien los toma y los saca del lugar es para llevarlos al paraíso, o a la idea que de este tiene cada grupo (los cuales están separados por clasificación: en el caso de la comida, china, mexicana, italiana, etcétera. Cualquier parecido con la realidad no debe ser coincidencia). De hecho, a diario todos los consumibles (hay jugos y condimentos también, así como productos higiénicos como esa memorable villana) cantan al unísono una especie de himno para alabar a los dioses (¡los humanos!) y lograr que los elijan para llevarlos al más allá. Frank intuye que se aproxima el día en que será ungido con el favor de los dioses, por lo que debe consumar su relación con el adorable panecillo Brenda, de quien está enamorado, pero juntos hacen el terrible descubrimiento de lo que en verdad ocurre con los productos, y en especial con los alimentos, cuando están en manos de quienes ellos creían dioses.

Así que Frank, Brenda y su amigo Barry emprenden la tarea de avisar a todos lo que realmente ocurre al cruzar las puertas del supermercado. Sin embargo, se enfrentan a la cerrazón de grupos de escépticos y facciones encontradas por sus creencias y por la lucha por el control de los otros grupos. Sin duda, La fiesta de las salchichas es una sátira social sin finura pero con bastante humor. Nadie sale ileso de esta fiesta de pesadísimas bromas en que lo mismo se critica la industria alimentaria que la religión, el fanatismo y la hipocresía moral. La película es ofensiva, sin duda, pero con el reparo de ser una historia inesperadamente bien hecha e inesperadamente inteligente. Una de esas sorpresas que no sólo destaca por su cuidada manufactura, sino por todo lo que pone sobre la pantalla, aun y cuando aquellos de estómago susceptible no podrán pasar ni un alimento desde los primeros minutos de la proyección. 

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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