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La Llorona: Una entrevista fantasma con Jayro Bustamante

29-07-2021, 5:02:17 PM Por:
La Llorona: Una entrevista fantasma con Jayro Bustamante

El cineasta guatemalteco platica sobre su adaptación de La Llorona en presencia de un reportero que, para fines de esta entrevista, se convirtió en espectro.

La Llorona es una película en la que el cineasta guatemalteco Jayro Bustamante apuesta por el cine de género para hacer una reflexión sociopolítica ambientada en la época actual. La historia sigue a un general retirado, enfermo, que es llevado a juicio por genocidio. Aunque es declarado culpable, el proceso se anula, por lo que unos manifestantes se atrincheran afuera de su casa, mientras el general y su familia se encierran en su residencia.

El siguiente texto es producto de una plática virtual con Jayro Bustamante, quien llevó a la pantalla grande la leyenda mexicana en un contexto actual con alcances universales. Jayro es director de Ixcanul (ganadora del Oso de Plata en Berlín 2015) y del drama LGBT Temblores. Las palabras siguientes son suyas. Léanse preferentemente con «La Llorona de los cafetales” de fondo, esa excelsa versión interpretada por Gaby Moreno y hecha especialmente para esta película. Este tecleador ha decidido convertirse en un fantasma, tal y como ocurre con los manifestantes en el filme, que al fin se estrena en la cartelera comercial mexicana.

la llorona jayro bustamante
La llorona, de Jayro Bustamante

«La Llorona hace parte de un tríptico fílmico, en el que quería hablar de los tres insultos más fuertes de Guatemala, que son ‘indio’, que se refiere a más del 70 por ciento de la población guatemalteca, o sea es una autodiscriminación; ‘hueco’, que es la palabra que se utiliza para los homosexuales hombres y que más allá de demostrar que es una sociedad homofóbica es una muestra de lo machistas que somos, y ‘comunista’, término que se implantó en los 50 para referirse a todos los enemigos del Estado. Hoy los enemigos ya no son los de ideología comunista, sino los defensores de los derechos humanos o los progresistas o todos los que quieren hacer cambios sociales. Ese era el gran concepto por el que yo quería iniciar».

«Y luego, en mi país no se respetan los derechos humanos y eso es lo normal, que un genocidio pasa, lamentable pero se puede esperar. Acababa de pasar el juicio por genocidio contra Ríos Mont. Lo condenaron y lo disculparon diez días después, y luego murió impune. Surgió esta idea entonces de que no se murió, sino que se lo llevó la Llorona. Trabajamos bajo el concepto de que Guatemala es una Madre Tierra cansada de ver a sus hijos desaparecidos y la Llorona caía como anillo al dedo. En ese momento pasó a ser el elemento principal de la historia. Nos dimos cuenta de que nos servía para otro montón de cosas: para establecer o revisitar una leyenda, quitarle todo el lado misógino de una mujer que llora por un hombre para hacer que llorara por algo trascendental. E hicimos que todas las mujeres de la película se convirtieran en lloronas bajo esta gana de hacerle honor a todas las mujeres que siguen después de este tipo de desgracias buscando justicia y buscando a sus desaparecidos. Con todos esos elementos se fue generando el concepto de la película».

“Tuvimos muchísimas influencias, pero digamos que en algún momento nos alejamos del cine. Seguramente The Shining fue una de las primeras, y The Witch. Queríamos utilizar como ese nuevo género de horror: el encierro, pero también el miedo iluminado. No partir de una película de horror en la que es de noche todo el tiempo, sino una película de horror que fuese de día y que el horror también pudiese pasar por la luz. Después nos fuimos hacia las sombras, mucho hacia la pintura española oscura. Nos gustaba mucho buscar esos cuadros, hablando un poco de esta herencia. Igual todas nuestras guerras en América Latina, y todo lo que estamos viviendo hoy, nuestros problemas, están muy ligados a lo que nos pasó en la Conquista. No hemos logrado superar eso. A mí me gusta pensar que si bien nuestros pueblos mesoamericanos tampoco eran los más pacíficos, cuando te das cuenta que los españoles llegaron a Mesoamérica y casi que el 90% de la población se enfermó y murió durante los primeros cincuenta años, quiere decir que todo lo que se construyó de aquí para allá es herencia española y eso es lo que estamos perpetuando».

“A mí me pareció una cosa muy loca cuando sucedió el verdadero acto de disculpar al genocida. Y es que Guatemala no hizo nada, nadie fue a protestar, nadie se levantó en contra de eso. El grupo de defensores de los derechos humanos claro que sí, pero somos una minoría y entonces yo empecé a decirme que los únicos que seguramente se fueron a manifestar a la casa del dictador fueron las almas de las víctimas. Y entonces de ahí nació esta idea de hacer que los manifestantes, en su arco dramático, se estén convirtiendo después en estas almas, que no se supiera si eran manifestantes o no».

La Llorona, de Jayro Bustamante

“La idea era hacer una cámara que volara como un fantasma. Igual María Mercedes [Coroy, quien interpreta a Alma] y todos los trabajadores de esa casa están tratados como si fuesen fantasmas. Así como les gusta a nuestra sociedad de oligarcas tratar a los empleados domésticos, porque quieren que sean transparentes y que no existan pero que hagan las cosas de la casa. Entonces la idea era que la cámara flotara un poco, pero sin darle este movimiento tan intencional, entonces trabajamos casi todo con dollys y con grúas para darle un movimiento fluido y nos gustó mucho la idea de hacer corredores, de meternos en muchas habitaciones y hacer realmente que ese espíritu se metiera en lo más íntimo de la casa de estos personajes».

“Todo el diseño sonoro del ruido de los manifestantes, el afuera, tenía que ser un personaje aparte. Empezamos todo con un artista que hizo una instalación en un lago con bambús con muchos agujeritos. Los bambús creaban una especie de llanto. Este llanto nos gustaba mucho para crear el de la Llorona en el exterior y lo llevamos a las manifestaciones. En las manifestaciones yo no quería tener extras. Yo creo que las manifestaciones en cine son dificilísimas. Lo que hicimos fue llamar a los grupos de familiares que siguen luchando por la justicia, que siguen buscando a sus desaparecidos y teníamos 500 personas que están implicadas en el movimiento, que son las que vinieron a hacer de extras. Entonces, sus cantos y su presencia para mí eran super necesarios, porque necesitaba que le dieran realidad a lo que estaba pasando. Entonces, esa mezcla de música de horror, más las manifestaciones políticas, más esos detalles de los bambús y de la chirimía y de todos los instrumentos precolombinos fueron los que lograron darle esta magia. Incluso la canción de “La Llorona” al final la reescribimos con Gaby Moreno, la letra y la música la reescribimos con Andrea Bravo y logramos hacer que toda la instrumentalización fuese con instrumentos precolombinos».

“Yo vengo trabajando con María Mercedes desde 2014, cuando filmamos Ixcanul y la descubrí en una comunidad maya del volcán de agua. Yo normalmente cuando trabajo en Guatemala no es que haya actores, porque la industria es muy chica. Cuando empiezo una película formo una academia de actuación y formo a los actores. Y así encontré a María Mercedes. Y luego llegó ese momento en el que decíamos: esta gente se convirtió en profesional y no me gustaría que fuera un one shot actor sino queríamos seguirlos. Entonces nos volvimos agentes de los actores que nosotros formamos. Y luego, bajo la premisa de alejarme del machismo de nuestra sociedad, empecé a analizar a los monstruos, la manera en que la Llorona era presentada, te das cuenta de que el Conde Drácula siempre es presentado con mucha elegancia y la Llorona siempre es presentada como un monstruo sucio. Entonces, la idea era volver a la Llorona mesoamericana y hacer de ella una princesa maya. Y María Mercedes queda perfecta para el rol”.

La Llorona, de Jayro Bustamante

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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