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Cine

La luz del fin del mundo – Crítica

26-10-2019, 9:50:55 AM Por:
La luz del fin del mundo – Crítica

La luz del fin del mundo es reflexiva y desasosegante. Casey Affleck dirige actúa con certeza.

Cine PREMIERE: 3.5
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El padre le cuenta una historia alternativa a la del Arca de Noé a su hija de 11 años. Están en el interior de una tienda de campaña, parecen de campamento, pero pronto nos damos cuenta que no es así y que de hecho la historia es una especie de alegoría explicativa cuando la niña, a la que él llama cariñosamente Rag, le pregunta si ella es la última de su especie pues nunca ha visto a otra niña ni a otra mujer. El padre le dice que no, que seguramente hay más.

La idea de un mundo con pocas mujeres, con la especie condenada a la extinción en un futuro distópico, no es nueva. Casey Affleck, como director, guionista, protagonista y productor de La luz del fin del mundo, su debut como director, la retoma para contar un breve instante en la historia de un padre que cuida de su hija a punto de entrar en la pubertad en un mundo donde la gran mayoría de mujeres ha muerto en una pandemia a causa de un virus letal que solamente las ataca a ellas y donde la interacción con otras personas es inminentemente peligrosa.

Del amor filial al amor fraterno, de la rebeldía a la ingenuidad adolescentes, del más vil instinto de supervivencia a la idea cristiana de ayudar al prójimo, de la burbuja de la protección paterna a la realidad desgarradora donde más vale valerse por sí mismo, el filme de Affleck es reflexivo y desasosegante. Hay quienes han visto en este relato, trabajado mayoritariamente con luz natural que permitió dotar a las escenas de tensión de un barrido inquietante, una respuesta del actor de Manchester junto al mar a las acusaciones que ha recibido. Affleck lo ha desmentido, pero es cierto que en este relato tiene un enorme peso la cuestión de género. No es que se trate de que las mujeres sean débiles, sino de que son víctimas de la depredación de su propia especie.

Este padre sin nombre está dedicado por completo a cuidar a la inteligente Rag, interpretada con una naturalidad desarmante por Anna Pniowsky, quien con una encantadora sutileza cuestiona las decisiones de su padre y hace preguntas cada vez más incisivas y desobedece indicaciones básicas que la ponen en riesgo. Inferimos que el padre ha cuidado a la niña desde que era bebé y que cada vez es más complicado ocultar su género a los siempre inquisitivos desconocidos que incluso los encuentran en los bosques nevados que han elegido como refugio.

Él, consciente del peligro inminente, ha criado a Rag bajo una serie de reglas de seguridad cada que se establecen en un sitio. Determinan rutas de escape y sitios seguros donde esconden bolsas de emergencia, además de que nunca dejan instalado el campamento. Pero con la llegada de un crudo invierno también parecen recrudecer los instintos de supervivencia que van haciendo cada vez más vulnerables a padre e hija, aunque también ella parece ir madurando y así lo demostrará en esa angustiante escena de la casa.

Así, tras ser descubierto el género de Rag en el pueblo donde recogen sus productos de racionamiento, van adentrándose cada vez más hacia la montaña, en un territorio inhóspito donde el padre recordaba haber pasado su infancia con sus abuelos, pues los hombres quieren llevarse a la niña. Se habla de búnkers y laboratorios.

Pero ahora esa casa la ocupan otras personas, tres cristianos maduros y aparentemente creyentes devotos, en las que tienen que confiar y que se dan cuenta de que Rag es una niña. La crudeza del filme radica en su realismo. La maledicencia puede aparecer en cualquier parte, catapultada por los prejuicios, el odio o vaya uno a saber qué.

Así que Rag tendrá que madurar y dar respuestas a las inquietantes preguntas que le ha planteado a su padre. Preguntas que todos quienes somos padres contestaríamos de un forma similar. Y aunque la historia se advierte, la puesta en escena de Affleck es acertada. Economía de actores cubiertos bajo una magnificencia natural que de inmediato los achica y los vuelve vulnerables, sea a través de la nieve alta o la lluvia o la nevada.

Secuencias violentas de una tensión bien lograda sin coreografías complejas de por medio (es como uno se imaginaría peleando por su vida), desasosiego con la amenaza cerniéndose cada vez de forma más peligrosa.

Affleck consigue una película que llena primordialmente con dos actores que aciertan en sus interpretaciones. Affleck confirmando que puede ser más que un tipo afectado emocionalmente (aquí también lo es, y lo vemos en los flashbacks junto a su esposa, interpretada por Elisabeth Moss) y de una voz meliflua. Y Pniowsky revelándose como una actriz que puede dar muchas facetas pues hace una interpretación magnífica. Juntos, los dos consiguen transmitir ese lazo de confianza y protección que al final se rompe para enlazarse de manera distinta y mucho más fuerte. La versión del Arca de Noé que cuenta Rag es no sólo esperanzadora, sino convincente y emancipadora. Lo que se necesita para el futuro.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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