La maldición de las hermanas (2009)
El “original” Los poseídos (Kim Ji-woon, 2003), lograba ser una especie de ópera summa del J-horror en su versión coreana. A través de la misma fórmula para sacar sustos que tanto éxito ha tenido en Japón, se armaba una cinta en verdad terrorífica, que contaba con el balance entre el sobresalto barato (súper efectivo […]
El “original”
Los poseídos (Kim Ji-woon, 2003), lograba ser una especie de ópera summa del J-horror en su versión coreana. A través de la misma fórmula para sacar sustos que tanto éxito ha tenido en Japón, se armaba una cinta en verdad terrorífica, que contaba con el balance entre el sobresalto barato (súper efectivo y hasta alevoso) y las implicaciones emanadas del horror psicológico, alrededor de las tensiones, resentimientos y crueldad que se propinaban entre sí tres mujeres.
Quizás su mayor logro haya sido el volver coherente la pulsión homicida, incoherente en su esencia, cosa que no logró aunque haya saqueado a Dean Koontz una cinta francesa que apelaba también al rompecabezas mental de un asesino, Haute tension de Alexadre Aja.
La enésima copia
La maldición de los hermanas (Guard Brothers, 2009), destroza el “original” sudcoreano para, de la manera más grotesca, volver lo implícito explícito y sacarse una de las vueltas de tuerca más imbéciles jamás concebida para un filme hollywoodense. Es cierto, conserva el arrebatante estilo plasticista del “original” en intensos rojos caobas y cobrizos pero ¿y qué? Fiel a la nefasta ¿moda? de refritearse todo lo del Lejano Oriente, absolutamente todo, cada giro argumental, cada motivación de los personajes, cada acción tiene que ser plenamente justificada. Qué asco y qué hueva.
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The Uninvited
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