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Cine

La momia

03-06-2017, 11:41:43 AM Por:
La momia

La momia sufre de indecisión, no sabe qué tipo de película quiere ser.

Cine PREMIERE: 2.5
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El llamado Dark Universe está en problemas. Los monstruos de Universal empiezan con un pie tambaleante en esta reinvención caótica, reiterativa y parchada de su legendaria criatura del Antiguo Egipto, que pierde una buena oportunidad de resucitar la fascinación suficiente hacia su propio monstruo y también hacia el universo al que pretende abrirnos. La momia, dirigida por Alex Kurtzman (guionista de Transformers 1y 2, El sorprendente hombre araña 2) tiene un problema principal del cual nunca se libra: su argumento parece no decidirse entre ser una “película de Tom Cruise” (es decir, en donde todo está dispuesto a fin de que Tom Cruise pueda correr y ser precisamente eso: Tom Cruise), una historia de origen para introducir algo parecido a la Liga Extraordinaria, una película con un héroe a la Indiana Jones, o simplemente un mero cimiento para una futura franquicia.

En otras palabras, y para utilizar un término oportuno en cuanto al universo, el guion –escrito por un grupo de seis personas– tiene una cualidad a la Frankestein, que, a diferencia de la criatura creada por Mary Shelley, no logra cobrar vida del todo.

La cinta sigue a Nick Morton (Tom Cruise) un ladrón de antigüedades afiliado por alguna razón al ejército de EE.UU. que, durante uno de sus atracos a un aldea en plena guerra de Irak, se topa con la tumba de Ahmanet, una princesa egipcia borrada de la historia por las atrocidades que cometió. Annabelle Wallis interpreta, por su parte, a la arqueóloga sensata, el personaje femenino que pensábamos ya habíamos superado: la mujer a la que hay que estarla salvando de todo y que sólo está ahí para recordarle al héroe que debe ser mejor moralmente hablando (además de que este tipo de contraste ya lo habíamos visto, y con más química, con Rachel Weisz y Brendan Fraser en la trilogía de aventura anterior).

Una vez que Tom Cruise tiene la oportunidad de mostrarnos en pantalla sus acrobacias en esa famosa escena de gravedad cero –y que da pie a la liberación por londres del monstruo egipcio–, la trama se convierte en una sucesión de escenas de acción que no pueden más que percibirse algo desarticuladas, insertadas en un trama zombie, que avanza sin mucha consciencia, pero, eso sí, con mucho ímpetu y sin pedir disculpas. El director expresa su deseo de hacer homenaje al clásico de Boris Karloff –y a ese tono de horror ligero, pero fascinante– en la forma en que presenta a su villana (encarnada por Sofia Boutella) en el mundo moderno: respeta el look legendario en un inicio (la criatura envuelta en vendas y acechando a los desprevenidos); sin embargo, se despega por completo conforme va develando giro tras giro de un argumento voluntarioso y que se complica caprichosamente. Éste incluye otra zona de tumbas londinenses (pero de cruzados medievales) pseudorrelevante a la historia, un ritual para traer a un ente malévolo a la Tierra, una organización secreta de monstruos y a Russell Crowe como el doctor Jekyll y líder de la misma (sí, EL doctor Jekyll, que en realidad no es monstruo principal de Universal). Él es presentado como una suerte de Nick Fury, que le sigue los pasos a las criaturas en este mundo.

Boutella, a quien vimos como Gazelle en Kingsman y como Jaylah en la pasada entrega de Star Trek, tiene la oportunidad nuevamente de mostrar las habilidades físicas que le ha dejado su anterior carrera como bailarina profesional. Sigue siendo lo que ya era antes: una promesa a la Zoe Saldana para Hollywood. Sin embargo, y aunque es de lo más intrigante de esta cinta, su participación como la primera momia femenina (en cuanto a villana principal se refiere) no constituye del todo ese proyecto destinado a mostrar ese talento que intuimos. El guion no le deja mucha opción. Su personaje cae en el lugar común, compuesto de elementos que ya hemos visto antes: una mujer que roba vidas a través de besos, una villana resentida, muertos vivientes como secuaces que nos hacen pensar más de una vez en Evil Dead

Como proyecto individual, La momia es una sucesión de referencias a otras películas de terror, aventura o ciencia ficción (la más obvia y de la que todos han hablado ya es aquella que hace un guiño a Un lobo americano en Londres). Sin embargo, como inicio de franquicia, tiene aún más problemas. Simplemente existe demasiado ruido: la trilogía protagonizada por Brendan Fraser aún está fresca en la mente de la audiencia: al menos la primera de estas tres cintas fue bastante divertida. En comparación, a la entrega de Alex Kurtzman le falta carisma y no se adivina en ella algo novedoso que aportar al legado de las películas de los 30 y 40 –además de la escala de producción, claro está-. Aún así, La momia se esfuerza por recordarte frecuentemente que esto es un universo compartido, colocando guiños a otras criaturas. Trabaja demasiado en asegurarse de que no se nos olvide que vienen más. El resultado comprueba lo que nos temíamos: quizás este monstruo no era el indicado para arrancar el Dark Universe (sobre todo con otros que hubieran resultado más interesantes y frescos, como el Monstruo de la Laguna Negra o incluso la Novia de Frankenstein, que será la siguiente entrega).

Y en cuanto a Tom Cruise… sigue siendo Tom Cruise. A sus 54 años continúa teniendo una gran habilidad para vender cualquier tipo de situación, por más inverosímil que parezca. Existen momentos en los que casi lo logra. Sin embargo, lo cierto es que existen otras franquicias más entretenidas para verlo correr incesantemente. 

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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