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Cine

La pequeña traviesa – Crítica

14-09-2018, 5:32:06 PM Por:
La pequeña traviesa – Crítica

La idea de refrescar el concepto de Doctor Doolittle a través de la experiencia de un niño es buena, sin embargo, la ejecución del concepto decepciona.

Cine PREMIERE: 2.5
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Liliane «Lilli» Susewind (Malu Leicher) es una niña de 12 años con un talento muy peculiar: puede hablar con los animales. Sin embargo, este don la ha metido en muchos problemas y ha provocado que su familia se tenga que mudar constantemente por todo Alemania. Pero cuando llegan a un encantador nuevo pueblito, Lili le promete a sus padres no volver hablar con animales, hacer amigos humanos y comportarse como una niña «normal». Sin embargo, en el momento en que Lili se entera que los animales del zoológico local están desapareciendo, tiene que romper su promesa y apoyarse de un nuevo grupo de amigos para solucionar el misterio. En La pequeña traviesa, la idea de refrescar el concepto del popular personaje Doctor Doolittle –creado por el autor inglés Hugh Lofting– a través de la experiencia de un niño es buena. Aún así, su ejecución decepciona.

Realizada por el director alemán Joachim MasannekLa pequeña traviesa muestra de forma latente el tema de la soledad. Aislada por su don –que el mundo lo ve más como una maldición–, Lili se refugia en la relación con su perro y fiel secuaz Bonsai, pero la realidad es que se siente muy sola. Este tema también se presenta en su mejor amigo Jess, quien es un nerd de la tecnología y es acosado en la escuela y en la chica popular del colegio que no puede estar sin sus secuaces. Un vistazo más profundo revela que, de hecho, el conflicto central de la cinta es desatado por la soledad de Tony, el cuidador de animales que cae bajo las garras de Vanessa –la villana de la historia que recuerda a Cruella De Vil–. Tony termina ayudándola en su plan malévolo porque quería sentirse acompañado.

Al final de esta odisea, uno de los mensajes que La pequeña traviesa pretende transmitir es el de ser tú mismo y aceptar a las personas tal y como son. Desafortunadamente, esta moraleja se pierde un poco en la ejecución de la cinta, ya que los personajes están construidos a partir de clichés por demás exagerados que simplemente terminan por enajenar al público. Al filme le falta calidez. Sus actuaciones y diálogos acartonados no transmiten empatía suficiente para crear una conexión con el público. El único personaje que resulta entrañable es el adorable perrito Bonsai.

Sin embargo, uno de los aspectos positivos de La pequeña traviesa es que su director se esmeró por darle un aspecto visual encantador a la cinta. El pueblo idílico donde se desarrolla la historia parece estar atrapado en el tiempo, donde se respira un aire bohemio, circulan coches viejos y todos visten como si vinieran de otra época. Tal vez, este aspecto no es muy congruente con la historia que supuestamente se desarrolla en la actualidad, pero da un toque extra de fantasía para acaparar la atención e imaginación de los pequeños.

La pequeña traviesa cuenta con muchos momentos cómicos, pero basa su humor en la comedia de pastelazo. Esto va enfocado a la audiencia infantil, pero probablemente resultará un poco aburrido para los adultos que los acompañan. La cinta también tiene problemas con el uso del CGI ya que los animales creados digitalmente no resultan muy convincentes, en especial el elefante bebé Rony.

Al final,  La pequeña traviesa es un filme efímero para niños, entretenido, pero sin mucha sustancia.

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autor Comunicóloga para quien el cine y la fotografía son las mejores maneras de ver la vida. Es fan de Sofia Coppola y la estética de Wes Anderson, añora décadas pasadas y piensa que todo el mundo debería irse en un road trip por lo menos una vez en la vida.
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