Leonardo DiCaprio: Viviendo el sueño

Por Vera Anderson

Pasaron diez años desde que tú y Kate trabajaron juntos la última vez… ¿Cómo estuvo eso y qué tanto se han mantenido en contacto?
La verdad es que ambos hemos estamos muy ocupados. Desde que hicimos Titanic los dos trabajamos en locaciones lejanas. Hubo momentos en que no supimos nada el uno del otro, o no nos veíamos, por más de un año. Pero haciendo un película así forjamos un lazo muy fuerte a una edad temprana, casi como hermanos. Es de esas amistades que tienes en la vida, que aunque no se vean ni nada por mucho tiempo, cuando re reúnen es como si no hubiera pasado el tiempo y la unión sigue ahí. No necesitas trabajar en nada, simplemente ahí está.

Has encontrado a nuestra madrina de dije.

El tener ese nivel tan cercano de amistad, como de hermanos, ¿volvió a las escenas románticas incómodas? Especialmente porque el director fue su esposo…
¡Sabía que me preguntarías eso! Sí hubo uno que otro momento medio incómodo, pero siendo honesto, no fue tan extraño. Creo que Sam (Mendes, el director) logró crear un ambiente en el que se hacía para atrás y nos dejaba ser nuestra propia parejita en el set. En el sentido de que nos permitía apartarnos un poco y estar hablando juntos entre tomas. Realmente quería crear ese lazo en el rodaje. Pero claro, al final del día, ellos eran los casados y se iban a casa y seguramente discutían la película en su pequeño mundo. Pero cuando estábamos en el set, nosotros éramos la pareja y cualquier cosa que hiciéramos juntos, no se sentía raro. En cuanto leí el material la primera vez, le dije a Kate: “¡No puedo esperar a hacer estas peleas contigo! ¡No puedo esperar!”. Y ella igual, me decía, “Yo tampoco, ¡va a ser fantástico!”. Realmente no hay barreras entre ella y yo, y en ese sentido nunca hubo ningún miedo. Y, por supuesto, también está el hecho de que es la actriz más talentosa de su generación, y eso ayuda también.

Sólo un sueño hace un examen bastante intenso de una relación, ¿de alguna forma te hizo reflexionar un poco sobre las tuyas, tal vez sobre tus expectativas?
Pues sí es una mirada muy oscura y dura al tema. Hubo un momento en la historia norteamericana, después de la revolución industrial, en que los Estados Unidos estaba formando sus valores morales. De mucha formas, la idea de la familia ideal, la de la cerca blanca, viviendo en los suburbios, del hombre sosteniendo a la familia, la esposa en casa, toda esa visión un poco de Stepford, nació en esa época. Aquí tenemos a una pareja intentando desesperadamente aferrarse a un individualismo y no convertirse en uno de estos clichés. Creo que nadie puede negar que es una perspectiva muy pesimista sobre las relaciones. En un nivel personal, yo sólo esperaría que este tipo de situación nunca me pase a mí –ríe– porque es bastante oscura. Fue una era diferente, la cultura de hoy nos permite ser individuos y tener nuestros propios sueños.

Tú has dicho varias veces lo afortunado que eres al estar viviendo tu sueño, pero debes tener alguno que todavía no cumples. ¿Hay algún París en tu vida, como en la de tu personaje?
Creo que eso es un poco demasiado personal para contestarte. Pero entiendo la pregunta. Sólo te puedo decir que no tengo ningún sueño abandonado por ahí en ese sentido. La verdad es que sin buscarle mucho, te puedo honestamente decir que lo estoy viviendo. Cuando alguien tiene cuatro o cinco años y le dice a sus padres “Quiero ser actor”… Y luego crecer y convertirte en eso y hacerlo exitosamente durante tanto tiempo, además de trabajar con gente a quienes respetas y admiras… eso es vivir tu sueño.

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Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.