El verano 2019 ha terminado y con él se han ido algunas de las películas más esperadas del año. Algunas vivirán en la memoria de los aficionados por generaciones, mientras que otras parecen condenadas al olvido.
Como ya es una tradición, despedimos la temporada con nuestra selección de lo mejor y lo peor del verano, que incluye títulos tan variados como Avengers: Endgame , Historias de miedo para contar en la oscuridad y Había una vez en Hollywood , entre muchas otras.
¿Cuál fue la película que más les gustó en este verano 2019? ¿Y la que más les decepcionó?
A deber: La vida secreta de tus mascotas 2 (Dir. Chris Renaud & Jonathan del Val, 2019)
La vida secreta de tus mascotas fue divertida, pero poco aportó a una industria animada que cada vez realiza mayores esfuerzos por ofrecer cintas más maduras en su narrativa y desafiantes en su técnica. Nadie esperaba que la secuela cambiara esta perspectiva, pero se confiaba que al menos trataría de evolucionar en beneficio de la franquicia. Sin embargo, la producción prefirió quedarse en una zona de confort, con una historia que se centra en el encanto de sus personajes principales, pero que pierde parte de su fuerza al separarlos para la exploración de tres arcos distintos que conducen a un cierre forzado. Una cinta cumplidora, pero olvidable.
A deber: Los muertos no mueren (Dir. Jim Jarmusch, 2019)
Jim Jarmusch nos ha dado filmes brillantes, pero también ha padecido tropezones en el camino, pero Los muertos no mueren se queda en un tibio punto medio. La cinta resulta fascinante por su elenco integrado por Bill Murray, Adam Driver, Tilda Swinton, Steve Buscemi, Iggy Pop y Selena Gomez, por ser su debut en el cine zombie, así como por el alivianado tratamiento que da al subgénero, algo muy distinto a lo que hizo con los vampiros en Sólo los amantes sobreviven (2013). Irónicamente, esto último también implica uno de los mayores problemas del filme, pues el director experimenta tanto con el absurdo que por momentos genera la sensación de que no se toma su trabajo en serio, una sensación que incrementa ante la irregularidad de la trama. Muy lejos de sus mejores proyectos, pero como muchas de sus obras parece destinada a vivir en el culto.
Sorpresa: Aladdin (Dir. Guy Ritchie, 2019)
Muchos no esperaban grandes cosas de Aladdin, especialmente tras las primeras imágenes promocionales, destacando las del genio sin su tradicional color azul. La percepción fue cambiando con los primeros avances, seguidos de de las críticas que hablaban de un filme divertido, aunque alejado de la grandeza del original. Además de su historia base, buena parte de su éxito radicó en el carisma de su elenco estelar, destacando la labor de Will Smith, cuya simpatía le permitió construir su propia versión del genio sin necesidad de imitar lo hecho por Robin Williams. El público respondió de manera positiva, convirtiendo a Aladdin en una de las películas más taquilleras del año con una recaudación superior a los $1,000 mdd y cuyo estudio ya trabaja en una secuela que no estará inspirada en The Return of Jafar (1994).
Sorpresa: Angry Birds 2: La película (Dir. Thurop Van Orman & John Rice, 2019)
La primera entrega de Angry Birds fue divertida, pero no realmente memorable. Se pensaba que esta secuela seguiría el mismo camino, pero el cambio absoluto de todo su equipo creativo resultó refrescante al dejar atrás los viejos conflictos del videojuego para explorar una divertida tregua entre pájaros y cerdos. Esto no sirvió de mucho en la taquilla –la cinta no ha recuperado ni la tercera parte de los poco más de $350 mdd de la original–, pero sí que se manifestó en la aceptación de la crítica, con un aumento brutal que pasó del 44% en la primera parte a un 74% en esta segunda. No marcará una revolución en la industria animada y quizá ni siquiera un paso importante en la consolidación de la franquicia, pero sí que refleja el gran esfuerzo de Sony Pictures Animation por elevar cada vez más su nivel, no sólo por las exigencias de la técnica, sino por las expectativas generadas tras su Oscar con Spider-Man: Un nuevo universo (2018).
Peor: Godzilla 2: El rey de los monstruos (Dir. Michael Dougherty, 2019)
Michael Dougherty alcanzó el estatus de culto con Trick ‘r Treat (2007) y Krampus (2015), lo que eventualmente le llevó al mundo de las superproducciones con Godzilla, que continuaría la construcción de un monstruoso universo cinematográfico enlazado con King Kong. El futuro parecía promisorio, pero como ya es una costumbre, la producción norteamericana nunca pudo capturar la esencia de una criatura netamente japonesa al olvidarse de su simbolismo nuclear para centrarse en la espectacularidad visual. Un blockbuster apabullante, pero un guion sumamente frágil que no aportó realmente nada al mayor kaiju de todos los tiempos.
Peor: Playmobil: La película (Dir. Lino DiSalvo, 2019)
Los buenos resultados de La gran aventura Lego (2014) motivaron a que Playmobil, uno de sus rivales más directos en el mercado juguetero, probara fortuna con su propia adaptación cinematográfica. Las expectativas eran elevadas, no sólo por el exitoso historial de la marca, sino por su elenco de voz encabezado por Anya Taylor-Joy y muy especialmente Daniel Radcliffe en su primer proyecto animado. Sin embargo, Playmobil: La película nunca pudo plasmar la creatividad que caracteriza a sus productos, con una trama demasiado básica y que poco se preocupa por abordar temas desafiantes. Funciona exclusivamente para los más pequeños, pero parece obsoleta para en una industria animada contemporánea que ha descifrado la manera de complacer a niños y adultos por igual.
Mejor: Spider-Man: Lejos de casa (Dir. Jon Watts, 2019)
Avengers: Endgame generó la sensación de que el MCU había terminado para siempre y parecía improbable que un nuevo filme individual de Spider-Man fuera capaz de cambiarla. Pero contra todos los pronósticos, Lejos de casa lo logró, no con su blofeo del multiverso, sino con una clara demostración de que todavía quedan muchas tramas por contar al interior de la franquicia: las consecuencias directas de la Saga del Infinito, la madurez de muchos de estos personajes y la expansión cósmica tan anticipada por Kevin Feige. Mención aparte para la que muchos consideran la mejor escena poscréditos en toda la historia marvelita, con JK Simmons de vuelta al universo arácnido como JJ Jameson.
A deber: El muñeco diabólico (Dir. Lars Klevberg, 2019)
Los amantes de Chucky temblaron cuando se anunció la realización de un reboot que convertiría al viejo muñeco maldito en una figura dotada de inteligencia artificial y cuya maldad recae en el hackeo de su vengativo programador. Al final, el cambio no resultó tan dañino como se temía, al abordar horrores propios de un mundo tecnológicamente avanzado y reforzar a su personaje central con la voz del talentoso y popular Mark Hamill. Pudo ser un auténtico parteaguas en el género, de no ser porque el guion desaprovechó todo lo hecho en sus primeros actos para dar un clímax genérico y olvidable. También podría haber sido un golpe de autoridad para el destino de Chucky, pero su futuro luce más incierto que nunca y todo dependerá de lo que haga Don Mancini en la próxima serie que continuará el legado del muñeco clásico.
A deber: Pokémon: Detective Pikachu (Dir. Rob Letterman, 2019)
Una de las cintas más anticipadas de la temporada veraniega, tanto por la popularidad de la franquicia como por la participación de Ryan Reynolds, pero aun así los resultados fueron encontrados. Fue divertida e incluso al arriesgada en su utilización del noir, pero fracasó en conectar con una parte importante del público ante su construcción primordialmente infantil y la pobre construcción de los personajes humanos que casi parecían indiferentes ante los sucesos relatados. Cumplió, pero quedándose muy lejos del fenómeno que pudo ser, lo que puede apreciarse en su taquilla que apenas superó los $430 mdd y su tibia crítica de 68% en Rotten Tomatoes.
Sorpresa: Infierno en la tormenta (Dir. Alejandre Aja, 2019)
El cine que muestra el lado más feroz de los animales suele apoyarse en fórmulas muy bien establecidas, pero esto no evita que de vez en cuando llegue una película capaz de sorprendernos. Tal es el caso de Infierno en la tormenta, que si bien parece inspirarse en la premisa de Sharknado, aborda el tema con mayor seriedad y carga dramática al mostrarnos una Florida aquejada por un potente huracán y cuyo incremento en el nivel del agua ha favorecido la propagación de cocodrilos en zonas residenciales. Este tratamiento dio una historia perturbadora, creíble y sobre todo entretenida, que permitió la recaudación de $70 mdd a nivel global, poca cosa frente a otras películas de la temporada, pero un gran éxito si consideramos que su costo de producción fue de apenas $13 mdd. Más interesante aún es su buena crítica, que con un 82% en Rotten Tomatoes le puso por encima de la ovacionada Miedo profundo (2016) y su 79% en el mismo sitio.
Sorpresa: Chicos buenos (Dir. Gene Stupnitsky, 2019)
En un verano cinematográfico dominado por las grandes franquicias, Chicos buenos terminó convirtiéndose en una de las apuestas más refrescantes al mostrar los esfuerzos de tres pequeños amigos por llegar a una fiesta con los chicos más populares de su clase. Aunque está plagada de humor irreverente que implica sexo y drogas, el novel Gene Stupnitsky demuestra una enorme destreza para evitar las ofensas, abordar estos temas a partir de la curiosidad infantil e incluso sumar algunos toques de inocencia al tocar problemáticas comunes entre los más pequeños. El filme también continúa la evolución histriónica de Jacob Tremblay, quien se olvida temporalmente del dramatismo que ha caracterizado buena parte su carrera para demostrar su capacidad en la comedia.
Peor: Hombres de Negro: Internacional (Dir. F. Gary Grey, 2019)
A pesar de sus irregularidades, la trilogía original de Hombres de Negro siempre salió adelante gracias a la visión de Barry Sonenfeld, las criaturas de Rick Baker, el talento de Tommy Lee Jones y el carisma de Will Smith. Sin embargo, la expansión de la franquicia prescindió de todas estas piezas, confiando en que los recientes éxitos de F. Gary Grey y la buena química lograda por Chris Hemsworth y Tessa Thompson en el MCU serían suficiente para garantizar una buena respuesta. Los resultados fueron radicalmente opuestos: una cinta olvidable, que poco aportó a la saga y que dejó a la institución galáctica al borde del colapso.
Mejor: John Wick 3 (Dir. Chad Stahelski, 2019)
Se decía que los mejores años de Keanu Reeves habían llegado a su fin. Y entonces llegó John Wick, el mayor revulsivo del one-man army, quien lejos de conformarse con patear traseros enemigos con su peculiar técnica gun-fu, fue responsable de toda una mitología sobre un gremio asesino que sigue toda clase de reglas para garantizar el orden en medio del caos. Parabellum no sólo mantuvo los buenos resultados de las cintas anteriores, sino que expandió este sangriento mundo con la introducción de nuevos personajes, asociaciones y perros que auguran un futuro todavía más impactante. La cinta también reubicó a Keanu Reeves entre los actores más cotizados del cine contemporáneo y una de las grandes figuras del año, lo que resultó clave para la reciente confirmación de Matrix 4.
A deber: Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw (Dir. David Leitch, 2019)
Tras varios años de espera, Rápidos y furiosos finalmente se distanció un poco de su historia central para probar fortuna con un spinoff enfocado en Luke Hobbs y Deckard Shaw. Parecía una apuesta segura, por el éxito de la franquicia, la popularidad de Dwayne Johnson, su buena mancuerna con Jason Statham y la incorporación de Idris Elba como rival a vencer. Sin embargo, nada de esto sirvió para sostener una historia débil, que desaprovechó su enorme potencial para conformarse con la acción más banal y que resultó en una película explosiva, divertida, pero también olvidable. Algunos han defendido al proyecto argumentando que nadie esperaba más de una saga como Rápidos y furiosos, pero los tibios números en crítica y e incluso en taquilla dictan lo contrario.
A deber: Historias de miedo para contar en la oscuridad (Dir. André Øvredal, 2019)
La popularidad de la antología homónima de Alvin Schwartz y el apoyo de Guillermo del Toro desde la producción hicieron que la adaptación de Historia de miedo para contar en la oscuridad fuera una de las cartas fuertes del verano 2019. La película cumple en muchos aspectos, como el diseño de sus monstruos, las alusiones simbólicas logradas con las continuas menciones a Nixon y Vietnam, así como los incontables homenajes al terror clásico. Lamentablemente batalla en aspectos todavía más importantes, como el desarrollo de la historia y los personajes, lo que resulta en una cinta disfrutable, pero más bien genérica. El público no respondió del todo y con una taquilla mundial de apenas $73 mdd, la potencial secuela está en el aire.
Sorpresa: Yesterday (Dir. Danny Boyle, 2019)
Danny Boyle y Richard Curtis figuran entre las grandes mentes creativas de su generación, pero tienen estilos tan radicalmente opuestos que era fácil pensar que su alianza no terminaría de la mejor manera. Quizá Yesterday no enamorara a la crítica, no por sus tintes fantásticos ante la supuesta desaparición de The Beatles, sino porque su historia nunca supo definirse entre una crítica al capitalismo contemporáneo y una simple feel-good movie. Sin embargo, esto no evitó que el público la abrazara, lo que se manifestó en una recaudación global superior a los $130 mdd por una inversión de apenas $26 mdd, lo que la convirtió en uno de los caballos negros de la temporada veraniega.
Peor: Ma (Dir. Tate Taylor, 2019)
Octavia Spencer es dueña de un enorme talento, por lo que su incursión al terror de la mano de Blumhouse generó altas expectativas. La actriz cumplió con la atinada interpretación de una mujer que se dedica al tormento adolescente, pero esto no fue suficiente para salvar un guion que se conforma con poco y nunca es capaz de alcanzar su verdadero potencial. Con una taquilla mundial de $60 mdd, la película recuperó su inversión de $5 mdd con creces, pero aun así quedó muy lejos de los mayores éxitos de la casa productora. Esta irregularidad fue aún más evidente en la crítica, de apenas 54% en Rotten Tomatoes.
Mejor: Midsommar (Dir. Ari Aster, 2019)
Hereditary (2018) nos introdujo con los horrores de Ari Aster, mientras que Midsommar representó su consolidación con la historia de una joven cuya tragedia personal le conduce a lo más profundo de una secta nórdica. El cineasta vuelve a demostrar una estupenda comprensión del género con una cinta cuyo distanciamiento de elementos característicos como la oscuridad no le impide ser altamente perturbadora e incluso la coloca al lado de grandes clásicos que se desarrollan bajo la luz del sol como The Wicker Man (1973) y La masacre de Texas (1974). Su poderío radica en su alto valor simbólico, la destreza narrativa del cineasta que desde muy temprano en el filme nos ofrece pistas de las brutales acciones que están por suceder y una estética que le ha llevado a ser considerada la hermana menor de la propia Hereditary. Un clásico instantáneo del terror ritual.
A deber: Rocketman (Dir. Dexter Fletcher, 2019)
El cine contemporáneo ha demostrado un gran interés en las leyendas del rock, una tendencia que comenzó con Bohemian Rhapsody (2018) y continuó extendiéndose con Rocketman. La película resaltó por el buen trabajo de Taron Egerton como Elton John, convirtiéndole automáticamente en candidato para la temporada de premios. También sobresalió su creatividad visual, que nos alejó del realismo extremo para introducirnos de lleno en las emociones provocadas por los temas del músico británico, algo similar a lo que A través del universo (2007) hizo con The Beatles. Las opiniones encontradas provienen de su guion temeroso y que omitió algunos de los momentos más controvertidos en la alocada vida de Elton John en un esfuerzo por mostrar su cara más amable. Un poco más de valentía pudo hacerla realmente memorable.
Sorpresa: Annabelle 3: Viena a casa (Dir. Gary Dauberman, 2019)
El conjuro suele considerarse entre lo mejor del terror contemporáneo, pero sus numerosos spinoffs le restaron seriedad con argumentos genéricos cuyas acciones pretendían complementar los horrores vistos en los archivos Warren. Esto hizo que nadie esperara mucho de Annabelle 3, pero las expectativas empezaron a cambiar cuando la muñeca maldita recurrió a Vera Farmiga y Patrick Wilson para retomar a los demonólogos en una historia que se cruzaría de lleno con la trama central. Una jugada arriesgada que resultó en un divertido monster mash, una innovación que no se reflejó directamente en la taquilla, pero sí en la crítica que le convirtió en una de las entregas mejor evaluadas del Warrenverse, demostrando así que todavía quedan muchos horrores por explorar en la saga.
Peor: X-Men: Dark Phoenix (Dir. Simon Kinberg, 2019)
Los primeros esfuerzos por adaptar La Saga de Fénix Oscura fracasaron con La batalla final (2006), pero la importancia del arco obligó a un nuevo intento con Dark Phoenix. El resultado fue considerablemente superior, con una historia que finalmente extrajo la fuerza cósmica del espacio, abordó los dilemas internos del equipo tal y como sucede en el cómic e incluyó algunas de las mejores secuencias de acción en toda la franquicia. Sin embargo, el proyecto no enamoró al público ni la crítica, tanto por su falta de fidelidad al material fuente como por los cambios obligados en el guion para evitar cualquier similitud con Capitana Marvel. Lo peor es que la catástrofe se veía venir desde hace tiempo con los incontables rumores que hablaban de una producción caótica. Un triste desenlace para una saga X-Men que pasó a la historia como una de las grandes pioneras del cine de superhéroes y que ahora buscará nuevos horizontes bajo la batuta de Marvel Studios.
Mejor: Avengers: Endgame (Dir. Joe & Anthony Russo, 2019)
Avengers: Endgame estrenó con la firme intención de superar lo hecho por Infinity War (2018) para convertirse en el cierre perfecto de la Saga del Infinito integrada por las tres primeras fases del MCU. El crossover cumplió con creces, con una historia de enorme complejidad narrativa que implicó un arco construido por más de diez años, que sirvió como homenaje al llevarnos de vuelta por algunos de los mejores momentos de la franquicia y con un viaje temporal que abrió la puerta a nuevas posibilidades como las líneas alternativas e incluso el multiverso. Mención aparte para Iron Man, Capitán América y Black Widow, cuyas respectivas acciones fueron los cierres perfectos para sus arcos individuales. Estupendamente recibida por la crítica y las audiencias, lo que le llevó a convertirse en la película más taquillera de todos los tiempos.
A deber: Brightburn: Hijo de la oscuridad (Dir. David Yarovesky, 2019)
La premisa de Brightburn era altamente prometedora, al retorcer el mito de Superman introducirnos con un niño cuya naturaleza alienígena le dota de grandes poderes, los cuales aprovecha para hacer el mal. A esto sumemos el apoyo de James Gunn desde la producción, todo un especialista en el subgénero tras la dirección de Super (2010) y Guardianes de la Galaxia (2014). Sin embargo, la película nunca logró definir sus intenciones -¿es de terror o de superhéroes?-, un fallo catastrófico que desaprovechó una idea innovadora y la estancó como una simple promesa. El consuelo es que aún hay esperanza para rescatarla, pues la producción está contemplando una secuela para continuar la historia.
Sorpresa: La noche de las nerds (Dir. Olivia Wilde, 2019)
Quizá La noche de las nerds o Booksmart en su versión original no sea la película que uno espera ver en verano, pero esto no le impidió convertirse en una de las grandes sorpresas de la temporada. La ópera prima de Olivia Wilde, quien desde ahora se convierte en una de las directoras más prometedoras de su generación, relata la historia de dos amigas que pasaron la preparatoria obsesionadas con los estudios y que en la víspera de su graduación se percatan que debieron divertirse un poco más. Aunque puede sonar trillada, la cineasta aborda la historia con gran emotividad y frescura, lo que resulta en uno de los coming-of-age más gratificantes de los últimos tiempos. Su estreno norteamericano coincidió con Aladdin y Brightburn, pero esto no le impidió recuperar su inversión de $6 mdd con creces al acumular cerca de $25 mdd en todo el mundo. Más importante aún es que su 97% en Rotten Tomatoes la convirtieron en una de las películas mejor evaluadas, no sólo de la temporada, sino de todo el año.
Peor: Hellboy (Dir. Neil Marshall, 2019)
Tuvieron que pasar más de diez años para que el heroico demonio creado por Mike Mignola regresara a la pantalla grande, en un reboot cuyas expectativas recaían casi plenamente en la figura de David Harbour. La popularidad del actor en Stranger Things no fue de gran ayuda en un proyecto caótico, que se olvidó completamente de la esencia del personaje al centrar todos sus esfuerzos en mostrar batallas de tinte apocalíptico. La decepción fue aún mayor por las inevitables comparaciones con la obra de Guillermo del Toro, cuya pasión por los seres incomprendidos resultó en uno de los personajes más fascinantes del cine de superhéroes. A pesar de los malos resultados, tanto Harbour como su compañera Milla Jovovich confían en que los años mejorarán la percepción de la película e incluso consideran que tiene el potencial para alcanzar el estatus de culto. El tiempo lo dirá, pero de momento parece una misión imposible con un 17% de aceptación en Rotten Tomatoes y una taquilla mundial de apenas $21.9 mdd que no llegó ni a la mitad de la inversión inicial de $50 mdd.
Mejor: Había una vez en Hollywood (Dir. Quentin Tarantino, 2019)
Difícil decir si Érase una vez en Hollywood es la mejor película en toda la obra de Quentin Tarantino, pero definitivamente es la más ambiciosa, tanto por su elenco multiestelar encabezado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, como por su atrevida exploración del año 1969, recordado por muchos por el brutal asesinato de Sharon Tate. Se auguraba una cinta brutal, pero el cineasta respondió con un proyecto sumamente íntimo que le permitió manifestar su amor por los 60, su cine, su cultura e incluso su spaghetti western a partir de un actor televisivo cuya carrera está al borde de la extinción y que sueña con alcanzar el Olimpo hollywoodense a partir de su vecino Roman Polanski. El estreno veraniego con mayores aspiraciones para la próxima temporada de premios.
A deber: El rey león (Dir. Jon Favreau, 2019)
Quizá la película más controvertida del verano, pues su impresionante taquilla de X mdd no refleja las sensaciones agridulces de un público que no termina de abrazarla. La primera polémica recae su técnica visual, que llevó el realismo al extremo, pero a costa de la expresividad de los personajes, lo que complicó la conexión emocional con las audiencias. El segundo y quizá más importante fue su historia, una réplica casi exacta del clásico de 1994 que nos hace dudar sobre sus aportaciones a una industria cada vez más saturada de secuelas y reinvenciones. El resultado es difícil de definir: disfrutable porque era exactamente igual a la que que ya conocíamos, pero carente de la magia que alguna vez nos conquistó.
Sorpresa: Toy Story 4 (Dir. Josh Cooley, 2019)
Toy Story es la joya de la corona de Pixar y una de las franquicias más exitosas/queridas de todos los tiempos. ¿Entonces por qué los resultados de esta cuarta entrega resultaron sorpresivos? Simplemente por las condiciones en las que se dieron: un proyecto inesperado cuando muchos pensaban que la historia había terminado de manera perfecta; cambios inesperados al interior de Disney/Pixar tras la marcha de sus cofundadores Ed Catmull y John Lasseter, el primero por retiro y el segundo por acusaciones de acoso; así como la elección del novato Josh Cooley, en una ópera prima que bien merecía ser considerada una prueba de fuego. Un tropezón habría arruinado la franquicia entera, pero la apuesta funcionó, con Toy Story 4 convirtiéndose en una estupenda adición y en un merecido cierre para Woody.
Peor: Maestras del engaño (Dir. Chris Addison, 2019)
Nadie esperaba que Maestras del engaño se robara el verano, pero la experiencia del director Chris Addison con Veep, aunada al talento comprobado de Anne Hathaway y la simpatía de Rebel Wilson parecían ser la combinación adecuada para una cinta disfrutable. La premisa quedó muy lejos de cumplirse a causa de su guion caótico, saturado de clichés y que nunca supo aprovechar las mejores cualidades de su dupla estelar. Por si queda alguna duda, su 14% en Rotten Tomatoes la convierte automáticamente en una de las peores películas, no sólo del verano, sino de todo lo que va del año.
Lo mejor: La camarista (Dir. Lila Avilés, 2018)
El verano 2019 estuvo integrado por algunas de las películas más esperadas del año, por lo que resulta sumamente gratificante que una mexicana se convirtiera en la película mejor evaluada de la temporada con un 100% en Rotten Tomatoes. La calificación perfecta no fue casualidad, pues la directora Lila Avilés demostró un enorme talento narrativo al momento de dar visibilidad a las personas condenadas a la invisibilidad ante la sencillez y monotonía de sus condiciones laborales. Sin duda, un cierre perfecto para un año de ensueño que comenzó con la victoria en Morelia en 2018 y que nos deja muy claro que tendremos que seguir muy de cerca la prometedora carrera de la realizadora, así como de su protagonista Gabriela Cartol.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.