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Los días más oscuros de nosotras: una plática con Astrid Rondero

10-03-2021, 1:44:00 PM Por:
Los días más oscuros de nosotras: una plática con Astrid Rondero

La cineasta mexicana nos comparte el camino que consolidó su ópera prima, así como sus reflexiones sobre sororidad, colaboración, y la importancia de los fondos públicos para la diversidad de miradas.

Dos mujeres yacen en una cama, reconociéndose. Una de ellas, arquitecta que protagoniza un retorno a su pueblo natal, reconoce en la otra no solo el cuerpo que ha despertado su deseo sino una presencia que detona encuentros con su propio pasado. La conexión de ambos personajes, construida a base de vulnerabilidad y sororidad, brota en una actualidad que sigue siendo adversa y mortífera para las mujeres, pues trunca sus posibilidades de forma cotidiana, sistemática y, como muestra Los días más oscuros de nosotras, a veces casi sin esfuerzo.

Han pasado solo un par de meses desde que las cineastas mexicanas Fernanda Valadez y Astrid Rondero presentaron la película Sin señas particulares en el Festival Internacional de Cine de Morelia. El relato de una madre que emprende un viaje para buscar a su hijo desaparecido llegó a México con más de una decena de premios internacionales bajo el brazo, solo para cosechar aún más: se llevó el Premio del Público, el Ojito a Mejor actriz para Mercedes Hernández y el Ojo a Mejor largometraje mexicano en el certamen. Hace unos días obtuvo el premio a Mejor película extranjera en los Gotham Awards. Producida por En Aguas Cine, compañía de la que Astrid y Fernanda son fundadoras, Sin señas particulares se alzó también como una suerte de visión, de posible futuro: el de la alianza de realizadoras que intercambian roles en los procesos creativos porque crean y sueñan en conjunto.

Sin embargo, Sin señas particulares no fue la primera película nacida de las miradas de En Aguas Cine. Los días más oscuros de nosotras, ópera prima de Rondero –producida por Fernanda–, transitó con éxito por el circuito de festivales entre 2017 y 2018, después de un desarrollo que atrajo múltiples apoyos. “Todo su proceso de desarrollo estuvo muy cobijado”, nos platica Astrid. “De hecho, tuvo un apoyo de Estado Unidos que me enorgullece muchísimo porque fue de la Asociación de Cineastas de Hollywood de puras mujeres y con ese dinero pude terminar la posproducción. Como que la película tuvo muchos aliados a lo largo de su camino, de financiamiento de posproducción”.

La cineasta mexicana Astrid Rondero, en el set de Los días más oscuros de nosotras.

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Esta semana, la cinta llega finalmente a las salas comerciales mexicanas que tengan un semáforo epidemiológico que lo permita. Tres años después de sus primeras proyecciones en festivales, cuando aún no explotaban los movimientos Me Too e incluso la palabra feminismo era percibida con recelo, las conversaciones que hoy enmarcan a la película se han transformado por completo. “Ha sido radical ¿no?”, platica la realizadora. “Recuerdo el comentario de alguien respetado aquí en México, que al inicio decía que era una película ‘odiahombres’. En el momento, cuando lo escuché, pues sí fue fuerte, porque pues no era la intención. Pero bueno, por otro lado, sí hay un par de cosas que odiar del patriarcado ¿no? La intención más bien era hablar de que la realidad en la que está inserta la mujer todavía es muy adversa.

La violencia se encuentra en los detalles. Y esos detalles son los que no nos permiten a las mujeres vivir todo nuestro potencial como seres humanos”.

Los días más oscuros de nosotras se ubica en Tijuana, ciudad a la que Astrid se había prometido volver algún día para rodar, después de haber asistido en la filmación de Norteado, de Rigoberto Pérezcano, años atrás. Mientras el personaje de Silvia (Florencia Ríos) se enfrenta a su exesposo en una batalla legal por su hija y debe buscar el sustento en la vida nocturna de la urbe fronteriza, Ana (Sophie Alexander-Katz) lidia con los embates de la memoria, al mismo tiempo que trata de mantenerse a flote en la convivencia con los trabajadores de la construcción que coordina.

“Ella no sabe cómo acercarse a los demás. Eso es algo que, por ejemplo, yo viví mucho, no como directora sino como asistente de dirección”, nos comenta Astrid. «Yo tenía la obligación de controlar el set y tomar ciertas decisiones hacia subordinados, aunque yo no tenía el puesto de hasta arriba. En vez de recibir otros comentarios, venía el ‘es neurótica’. No existen los motes de ese tipo para los hombres, en estos tipos de puestos. Nosotras somos generalmente ‘groseras’, ‘histéricas’. Eso permea la película con un personaje que llega a un puesto de mando”.

Los días más oscuros de nosotros toma lugar en Tijuana, Baja California.

Los días de nosotras

Astrid Rondero y Fernanda Valadez se conocieron durante sus años de estudiantes de cine. Astrid estaba por terminar su tesis en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, Fernanda en su segundo año del Centro de Capacitación Cinematográfica. Ambas empezaron a colaborar: Fernanda terminó de producir la tesis de Astrid; Astrid coescribía y producía los cortometrajes de Fernanda. “Nos queda muy claro que el poder de nuestro trabajo es hacerlo conjunto”, afirma la realizadora.

Poco después fundaron la compañía productora, con la que también planean acompañar y producir proyectos de nuevas directoras. “Más que una obligación con nuestro género sentimos una afinidad”, explica Astrid, para quien también resulta evidente el impacto cultural que se genera con las redes de mujeres que trabajan juntas.

“Eso era una discusión que había con lo que sucedió con los fideicomisos de cine [la desaparición de FOPROCINE Y FIDECINE en 2020]. Los fondos públicos han permitido que grupos enteros de mujeres filmen», afirma la realizadora.

Porque, si no, lo que pasa cuando salimos de la escuela, en mi época al menos, y sin importar qué tan talentosa seas, es que es mas fácil que a un compañero le empiecen a ofrecer trabajo como director que a las mujeres. Entonces, había esta salida, podemos reclamar los fondos públicos. De mi generación filmamos antes las mujeres. Y eso es parte de que nosotras nos tomemos en serio mutuamente”.

El talento femenino detrás de Los días más oscuros de nosotras.

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La sororidad también alcanza en esta ocasión la pantalla, a través de los lazos con diferentes capas que germinan entre el personaje de Florencia Ríos y el de Sophie Alexander-Katz, quien de hecho fue nominada al premio Ariel 2019 por su trabajo en esta película. «Escribí el guion para una actriz, que tenía una energía que me atraía mucho para hablar justo de las mujeres en el mundo actual. Pero por azares del destino ya no pudo. Y entonces con Sophie fue un proceso casi inmediato. Yo ya la conocía por otro proyecto de corto», platica Astrid. «Sophie tiene algo muy especial, porque físicamente pareciera muy frágil, aunque no lo es, pero tiene una potencia… Esa cualidad le daba algo muy interesante al personaje. Le dio un cambio de 180 grados. No es que ella haya sido un reemplazo, en realidad, este papel era para ella».

El deseo no explicado

Los días más oscuros de nosotras ofrece un retrato de la relación entre dos mujeres rara vez visto en el cine mexicano. Un deseo homoerótico espontáneo, inmerso en la complejidad de la vida, que no necesita ser explicado a la audiencia. Como parte de la comunidad LGBTQ+, Astrid observa una evolución en las narrativas y en la forma en que el cine se ha relacionado con el tema.

«La verdad parezco disco rayado pero siempre hablo de cómo Julián Hernández abrió el panorama, al menos para nosotros», rememora la realizadora. «Todas las películas que son de descubrimiento de la homosexualidad o del deseo homoerótico tienen una carga de coming of age. Como que despiertas a un mundo nuevo y entonces está la escena típica en donde tienes que ir a un lugar donde hay muchos gays y hay todos los ritos de paso de la maduración. Pero luego lo que ha estado pasando, y que me entusiasma mucho, es que empezamos a dejar los coming of age. Ya no necesitamos contar esas historias porque ya las contamos. Yo también la conté, con mi tesis. Claro, se pueden seguir contando, pero ya no es lo único que necesitamos contar».

El coming of age ha dado paso, de acuerdo con la realizadora, a películas más complejas, con la capacidad de abarcar más temas que solo aquellos que tengan que ver con el rechazo o afectaciones por la ‘salida del clóset’ de los personajes. «Esas discusiones más complejas y humanas y menos centradas en algún tipo de género son las que están dando al cine mexicano una conversación más amplia que no tenía. Ha sido una conquista de los creadores de la comunidad LGBTQ+».

Actualmente, Astrid y Fernanda preparan una próxima película que planean filmar en 2021 titulada Sujo, que ya cuenta con guion, con un coproductor español y una actriz española de talla internacional. «Fer y yo estamos muy entusiasmadas porque es la historia de un niño que es huérfano del narco que cambia totalmente su destino. Lo vamos a ver crecer desde que queda solo, hasta que llega a la Ciudad de México. De entre todas las cosas, su sueño es entrar a la UNAM».

Estos son los cines mexicanos en donde es posible ver Los días más oscuros de nosotras.

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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