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Cine

Los extraños: Cacería nocturna – Crítica

04-05-2018, 5:47:49 PM Por:
Los extraños: Cacería nocturna – Crítica

Los extraños: Cacería nocturna es entretenida, pero se queda corta frente al potencial de la franquicia.

Cine PREMIERE: 3.5
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La primera película de Los extraños en 2008 prometía un horror diferente. Una pareja que recién había roto su compromiso se veía acechada, en medio de la noche, por tres misteriosos individuos. Era un juego del gato y el ratón en el que tres asesinos acosaban a la pareja hasta que la dinámica se volvía emocionalmente agotadora, tanto para los personajes como para la audiencia. La cinta era un slasher, pero no caía en el subgénero del gore y era escalofriante sin tener un suspenso frívolo. Algunas personas incluso la describían como «lenta» y de cierta manera es cierto: el filme original era bastante contemplativo. El ritmo y la experiencia en general de la cinta, aumentaban lentamente de intensidad hasta el clímax de la cinta.

Diez años después, Los extraños regresan, pero un poco diferentes. De hecho, son totalmente opuestos a los asesinos que se enfrentaron a Liv Tyler y Scott Speedman. En esta ocasión, sus víctimas son una familia fracturada que está compuesta por cuatro integrantes. Kinsey (Bailee Madison) es la típica adolescente rebelde –con todo y playera de los Ramones incluida– que está enojada porque sus padres (Christina Hendricks y Martin Henderson) planean mandarla a un internado lejos de casa mientras su hermano mayor, Luke (Lewis Pullman), sufre las consecuencias de esta decisión. En menos de 20 minutos, ellos están a merced de los asesinos en un parque de remolques, donde son recibidos con la conocida rutina de: «¿Está Tamara en casa?».

A pesar de sus muchas fallas, Los extraños: Cacería nocturna es entretenida. Quizá sean los mismos disfraces, pero el modus operandi de los villanos y su reacción a las acciones de sus víctimas, son distintos. Los fans de la cinta original no deben preocuparse, Dollface y The Man in the Mask siguen acechando a sus presas desde la distancia en algunas escenas, pero la mayor parte del tiempo, la secuela sólo tiene como objetivo acumular cadáveres y cuando la matanza empieza, no se detiene en absoluto.

Al ver la película, es imposible no pensar en los homenajes que el director Johannes Roberts (Terror a 47 metros) hace a los slashers de la década de los 70 y 80, específicamente al trabajo de John Carpenter en Halloween (1978). La casi nula iluminación, las transiciones que se desvanecen en la siguiente escena, los close-ups a los personajes e, incluso, las indicaciones narrativas que da la banda sonora, transportan a la audiencia a otra época en la que el público era mucho más fácil de satisfacer. En aquel entonces las audiencias no eran tan escépticas ni cuestionaban tanto el modo de actuar de los asesinos seriales. Nadie se preguntaba por qué las víctimas no tomaban las mejores decisiones. Como público, simplemente estábamos dispuestos a pasar un buen rato en la sala de cine. Y eso es lo único que Los extraños: Cacería nocturna pide a su espectador: creer, durante hora y media, que las víctimas hacen todo lo que está a su alcance para sobrevivir.

Por supuesto, lo anterior no absuelve al proyecto de algunos errores básicos imperdonables. Bailee Madison, la scream queen de Los extraños: Cacería nocturna, entrega una actuación poco creíble como la adolescente rebelde y protagonista de la historia. Su idea de rebeldía consiste en fruncir la boca, fumar varias cajetillas de cigarros y voltear los ojos a todo lo que otros personajes hacen o dicen. Con esto, lo único que logra es que el público sienta poca empatía por ella. Eventualmente, su personaje mejora cuando es hora de gritar y correr, pero para este punto ya es demasiado tarde para estar de su lado.

El uso de ciertas canciones de los 80 también es algo que, sin duda, dividirá a los fans del terror. Habrá quienes encuentren divertido que las letras de ciertas canciones tengan relación con la matanza que estamos viendo en pantalla, mientras que otros podrán encontrar este recurso un tanto cansado y redundante. No obstante, hay que destacar la coreografía que ocurre al ritmo de «Total Eclipse of the Heart», la cual es la mejor de toda la película por el excelente trabajo que hubo detrás de cámaras y en la edición de dicha secuencia.

Lo más cuestionable de Los extraños: Cacería nocturna es la rapidez con la que la secuela le da la espalda a aquello que hizo especial a la cinta original: los asesinos ya no dan miedo y, por el contrario, a veces existe un humor involuntario en sus acciones. Asimismo, es desconcertante que después de 10 años se haya hecho una secuela que arruina cualquier posibilidad de una franquicia, y aunque en Hollywood siempre hay maneras de exprimir cualquier concepto, éste probablemente ya caería en lo inverosímil o en una parodia de sí mismo.

Tras la última escena de Los extraños: Cacería nocturna, la película nos deja con la sensación de haber subido a una montaña rusa: es una experiencia divertida y definitivamente tenemos ganas de ver más de estos misteriosos asesinos seriales, pero la historia de la secuela también nos hace sentir nostálgicos por un género y una época donde el terror no sólo era entretenido, sino también escalofriante.

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autor Soy fan de los slasher y me gustaría vivir en una película de terror. De grande quiero ser como Sidney Prescott. Algún día escribiré un best seller. Me gustan los libros, las series y obviamente, el cine.
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