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Cine

FICM 2019: «La pureza es la enemiga del cine», Luc Dardenne

21-10-2019, 2:08:19 PM Por:
FICM 2019: «La pureza es la enemiga del cine», Luc Dardenne

Luc Dardenne habla sobre la empatía, su próximo proyecto de violencia de género y la importancia de la riqueza de miradas en el cine.

El director belga Luc Dardenne inauguró el 17 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM 2019) con unas cuantas reflexiones sobre fanatismo y el miedo que tienen las sociedades más excluyentes de desaparecer ante la modernidad: el miedo a perder su pureza.

Su película El joven Ahmed, dirigida en conjunto con su hermano Jean-Pierre Dardenne, muestra la caída (literal y metafórica) de un adolescente musulmán radicalizado, cuya infancia ha sido secuestrada por el tipo de ideas religiosas que incitan a matar al otro, al «impuro», al infiel. En el caso de Ahmed, ese enemigo es Inés, su propia maestra, quien a pesar de haber sido parte importante de su niñez se atreve a enseñar versos árabes con canciones, no usa el hijab y está casada con un judío.

La película, ganadora del premio a Mejor dirección en la pasada edición de Cannes, nació en la mente de los realizadores a partir de los recientes ataques en Europa a manos de terroristas, pero se rehusa a mostrar cómo sucede ese tipo de radicalización. Ahmed ya es un niño radicalizado cuando la lente lo enfoca por primera vez, por lo que los hermanos Dardenne exploran más bien el regreso: ¿es posible salir del fanatismo? Ahmed limpia su cuerpo «sucio» frecuentemente y anhela ser puro, a pesar de que la vida lo llama de forma constante.

Nos reunimos con el director para platicar sobre esto, sus próximos proyectos y el poder del cine para alcanzar al otro.

Ayer platicabas sobre cómo la película era una suerte de respuesta a la pregunta: ¿cómo se podría salir del fanatismo y qué condiciones lo permitirían? En este sentido, ¿qué elementos clave encontraron?

Ahí está toda la cuestión, porque damos una respuesta que contiene muchas preguntas en sí misma.  Nosotros como directores nos encontramos en la misma situación que su madre: no entendemos bien qué sucede, y nos preguntamos si, tal vez, a través del amor, de la benevolencia o de la atención podríamos sacarlo de ahí. ¿Quizá otro personaje podría venir y sacarlo? Y en cierto momento viene esta chica que lanza la pregunta silenciosa: ¿quizá ella podrá? Quizá lo logre a través de su deseo de vivir que es un deseo erótico, primer amor, primer beso. Tal vez esa sea la respuesta. Pero desgraciadamente, la consciencia del pecado en un fanático es algo muy fuerte, entonces dijimos: nuestro personaje va a tener que encontrar una solución solo. Tratar de volver, porque él piensa que morir  en nombre de la religión es casi nada, que es como un piquete de mosco. Pero la muerte no es eso, la muerte duele y es el cuerpo –justamente lo que es impuro– lo que lo trae de vuelta. En ese momento, como cualquier niño haría, llama a su mamá, como también les pasaba a muchos soldados en la guerra. Se vuelve un poquito ese niño que era antes.  

Pero por eso busqué con mi hermano gente que ha trabajado con este tipo de personas radicalizadas. Nadie, ni los psiquiatras, ni los psicoanalistas, ni los educadores, ni los psicólogos, ni los padres nos pudieron decir qué es lo que habían hecho para tener éxito con alguien que ya había cometido un gesto de fanatismo. Parece ser que los que aún no han cometido algún gesto o acción, como un asesinato, aún podían ser rescatados de eso. Pero los que ya lo han hecho es muy difícil devolverlos.  Pero la película es justo para eso. Quizá a algunos les dé risa, pero para mí es una película de esperanza. 

 

Luc Dardenne morelia

La idea de la pureza como lo opuesto a la vida es interesante, ¿la pureza sería la enemiga del cine también?

La pureza es la enemiga del arte, por supuesto, y de todo lo fecundo. Es opuesto a la vida y no es casualidad que para este tipo de pensamientos el enemigo sea también la mujer. La mujer es siempre «la impura». Por eso yo diría que, de alguna manera, el cine en general está del lado de las mujeres. De la señora Inés, de la madre de Ahmed, de la niña en la granja, Louise, porque la impureza para el Imán viene de ahí. La mujer es para este tipo de ideas machistas y absolutas «lo impuro dentro de lo impuro». Porque ellas nos llaman hacia la vida. 

Hablando de la experiencia femenina, has mencionado que producirán próximamente una cinta sobre violencia de género ligada a México, ¿cómo surgió este proyecto?

No quisiera hablar mucho de eso, porque me gustaría que sea la misma cineasta la que lo haga. Pero digamos que esta cineasta que lo dirigirá es rumana y vivió en México. Ahí conoció a un joven escritor mexicano y ahora los dos viven en Bélgica. El cineasta rumano Cristian Mungiu nos presentó y él también va a producir. Creo que es importante hablar de estos temas, porque están sucediendo. 

Luc Dardenne morelia

Luc Dardenne asistió como invitado de honor al Festival Internacional de Cine de Morelia para presentar El joven Ahmed.

 

Debido a nuestro contexto y las dinámicas de poder y de violencia que existen en México y en la industria cultural, hay muchas conversaciones sobre los peligros de contar historias que quizá deban ser contadas por sus propios protagonistas. El joven Ahmed es un acercamiento en clave de pregunta, ¿pero crees que toda historia puede ser realmente accesible a todo cineasta?

Espero que El joven Ahmed logre ser una cinta de empatía, por supuesto. El arte se dirige al otro y permite la identificación. Creo que el cine nos permite, al creador, al director, al actor y al espectador, identificarnos con el otro, sea cual sea ese otro: homosexual, heterosexual, negro, europeo, blanco, hombre, mujer. Pero estoy de acuerdo también en que si yo hago una película sobre una familia mexicana que vive en la pobreza hoy, mi mirada no será la misma que la de Iñárritu cuando hace Amores perros. Pero yo también puedo aportar una mirada que no es más condenable que alguien que conoce la realidad de primera mano. 

Creo que es muy peligroso pensar que hay que ser asesino para filmar a un asesino, o una mujer para filmar a una mujer. El artista, si es grande, debe poder morir: olvidar quién es, incluso si no se le olvida nunca del todo. Debe morir un poco para amar a su personaje y eso es lo que es cansado. Un escritor diría lo mismo. Vivir con Ahmed no fue fácil. Todos los días me levanto y me digo: ‘Me cae bien, pero hace cosas que odio’. Y eso es lo que permite que yo lo ame y, más importante, que otros lo amen. Pero entiendo estas conversaciones de las que hablas, son las mismas que están teniendo en Estados Unidos ¿no?

Así es…

Hay personas que incluso hablan de apropiación cultural y a ellas les respondo que efectivamente no soy musulmán, y sé que por lo mismo proyecto cosas mías en Ahmed, pero también soy capaz de verme semejante a él, porque él no es algo incomunicable. De otra forma estaríamos diciendo que X no se puede poner en el lugar de Y porque éste último tiene diferencias tales que se han vuelto incomunicables, y eso me parece muy peligroso. Yo creo que siempre es posible establecer contacto.

Ahora, también es muy cierto que usted es mexicana, no tiene mi edad, yo nunca he vivido en México, entonces lo que usted mire y cómo lo comunique no será lo mismo que lo mío. Y por eso es importante que ambas miradas coexistan. Que todos puedan hacer sus historias. Por ejemplo, hay una cineasta árabe que hizo una película sobre una niña y una bicicleta. Nunca me hubiera podido imaginar lo que ella hizo y le doy las gracias.

Luc Dardenne morelia

La bicicleta verde fue primer largometraje de la cineasta árabe Haifaa al-Mansour.

 ¿La respuesta sería entonces que los que tienen el poder de hacer historias ayudaran a quienes no lo han tenido para tener esa riqueza de miradas?

Claro. Desde el poder y la política es importante que las personas que no tienen acceso a la expresión del arte tengan acceso. Nuestro papel es compartir ese poder. Por ejemplo, Bélgica decidió enviar a los Oscares una película guatemalteca con producción belga: Nuestras madres [de César Díaz], pero el gobierno guatemalteco dijo que no, que porque criticaba al poder. El gobierno mismo está prohibiendo que se conozca. Bélgica ayudó a este realizador guatemalteco a realizar su visión, y el gobierno es el que está frenándolo. Lo que quiero decir es que los dominantes no son siempre los blancos, los mismos. También hay otras luchas de poder a las que tenemos que prestar atención. 

¿Cuál es la situación en Bélgica en cuanto a esta riqueza de miradas en el cine y a representación femenina?

En Bélgica no podemos hablar de industria, ya que solo hacemos 15 películas por año que son realmente belgas. Entonces diría que hay diez hombres, para cinco mujeres, lo cual indica que sí hay un problema, pero menos apremiante. Pero tuvimos a Chantal Akerman, maravillosa, con su excelsa contribución al ritmo del arte cinematográfico. 

Luc Dardenne morelia

Fotos: Eduardo Islas

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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