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Cine

Made In Bangkok – Crítica

15-09-2017, 4:40:42 PM Por:
Made In Bangkok – Crítica

El documental Made in Bangkok, a través de su personaje central, nos demuestra que todo obstáculo puede (y debe) superarse con una buena actitud.

Cine PREMIERE: 3.5
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Hace más de dos años que vi por primera vez Made in Bangkok, el documental de Flavio Florencio con la multitalentosa Morgana como protagonista. Los temas alrededor de la equidad de género, en ese momento, comenzaban a cobrar más relevancia y victorias en lo social o lo cultural. Han pasado dos años y, aunque el panorama no es absolutamente negativo, la realidad es que los pasos avanzados siguen siendo mínimos ante la urgencia.

El principal problema frente a esta suave apertura social sigue siendo la violencia. Si bien todas las personas tenemos como necesidad básica la construcción de una identidad propia, imaginar saciarla a contracorriente se antoja un martirio. Pero Made in Bangkok, a través de su personaje central, nos demuestra que todo obstáculo puede (y debe) superarse con una buena actitud.

El motivo detrás de la película de Flavio Florencio es sencillo, rayando incluso en lo superficial. Un concurso de belleza está por celebrarse en la ciudad tailandesa del título y, armado con un equipo casi improvisado, el director nos monta con él en un avión como acompañantes de Morgana, cuyas razones para hacer el viaje pronto sabemos rebasan la vanidad. De ganar el certamen, la cantante y actriz trans podría cumplir un sueño que hasta entonces no le permitía vivir en paz: Someterse a una cirugía de reasignación sexual.

Quizá la premura e inexperiencia del director, es justo decir, hacen de Made in Bangkok un camino empedrado. Deficiencias de rigor, un sentido aparentemente ausente y otros tropiezos menores hacen indeseables aunque breves apariciones en sus primeros minutos, convirtiendo su arranque en algo más cercano a un video-diario que un largometraje documental. Pero el carisma de Morgana es más fuerte y, apenas empezamos a percibir las deficiencias de realización, su historia sale a la superficie para recordarnos que siempre debemos esperar antes de juzgar.

Lo que viene después, ya enganchados con su magnética protagonista, se torna casi personal. Morgana y su director nos convierten en cómplices de hasta lo más íntimo en su travesía, derribando no sólo los estigmas de género que la historia podría despertar, sino también informando sin morbo sobre una de tantas vidas que solamente requieren de un empujón para realizar sus sueños.

Made in Bangkok cumple con uno de los cometidos básicos del cine y lo ha venido haciendo desde hace dos años que se presentó y triunfó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Es una película que nos involucra en una historia que debe ser vista y comentada. Como esta, existen miles y, aunque en este caso el brío y estoicismo de su figura central hacen de ella una muy agradable experiencia, el resultado de las demás no necesariamente suele darse en tan buenos términos. Hay mucho camino por andar y Morgana es una excelente acompañante para que muchos den el primer paso.

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autor Periodista y comentarista de cine en El Fanzine, Nylon, Puentes, Cine Premiere y quien se deje. Mi papá me puso a ver Buenos Muchachos a los diez años y "as far as I can remember, I always wanted to be a gangster".
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