El 2019 nos dejó toda clase de personajes memorables, que fueron de los grandes clásicos de la literatura universal a las más poderosas críticas sociales. También dejó unos infames, muchos de los cuales fueron creados con el único propósito de expandir grandes franquicias, pero fracasando rotundamente en el intento. Y claro, uno que otro destinado al debate sin fin…
¿Cuáles fueron los mejores y peores de todos ? Como ya es una tradición, recordamos a todos aquellos que conquistaron al público, así como a los que tuvieron el efecto contrario.
Mejor: Iron Man (Avengers: Endgame)
Iron Man nunca tuvo la popularidad de otros héroes en los comics, hasta que el talento y sobre todo el carisma de Robert Downey Jr. le volvieron un favorito del público, lo que Marvel aprovechó para convertirlo en la piedra angular de su franquicia. Tras más de diez años de aventuras, el viaje concluyó de manera brillante con Avengers: Endgame, que le concedió la anhelada paz al limar asperezas con Steve Rogers y un viaje temporal que le permitió despedirse de su padre, para luego realizar el último sacrificio en beneficio de todo el universo, pero teniendo en mente a las personas que más le importaban: su hija Morgan, su esposa Pepper y su protegido Peter Parker. El desenlace perfecto para el que ya ocupa un lugar de honor entre los grandes superhéroes cinematográficos de la historia junto con Superman de Christopher Reeve y Wolverine de Hugh Jackman.
Peor: Agentes H y M (Hombres de Negro: Internacional)
Chris Hemsworth y Tessa Thompson tuvieron una estupenda química en Thor: Ragnarok, por lo que parecían una gran opción para ampliar el legado de los Hombres de Negro, esta vez en su faceta internacional. La apuesta fracasó rotundamente, pues más allá de sus respectivas cualidades, sus personajes no mostraron el más mínimo ápice de encanto, demostraron su poca capacidad para la comedia e incluso lucieron incómodos en algunas escenas, lo que las hizo parecer innecesariamente largas. Estas sensaciones incrementaron todavía más ante las comparaciones con la dupla previa integrada por Will Smith y Tommy Lee Jones, cuyas personalidades complementarias fueron determinantes para el éxito de una franquicia que ahora parece tambalearse de un hilo.
Mejor: Amy & Molly (La noche de las nerds)
El coming-of-age, cuyas lecciones de vida parecían perderse en cintas cada vez más banales, recobró buena parte de su fuerza con La noche de las nerds, mejor conocida internacionalmente como Booksmart. La cinta nos introdujo a Amy y Molly, dos jóvenes orgullosas de que sus sacrificios escolares las llevarán a grandes universidades, hasta que descubren que sus compañeros lograron admisiones similares con menos esfuerzos. Ansiosas por enmendar su error, ambas chicas deciden vivir una noche de rebeldía que resultará en un mejor conocimiento de sí mismas, así como una mayor autoaceptación. Una de las grandes sorpresas del año y que nos deja muy en claro que habrá que seguir muy de cerca la carrera de Olivia Wilde en su faceta realizadora.
Peor: Baba Voss (See)
Las series contemporáneas han dado grandes historias, pero también algunas poco memorables. Tal es el caso de See, el primer gran esfuerzo de Apple TV+ por hacerse con el público masivo de Game of Thrones. El show nos lleva a un futuro distante en que la humanidad regresa a sus bases tribales tras perder el sentido de la vista, hasta que la esperanza renace con el nacimiento de unos mellizos sin defecto alguno en sus ojos. Una premisa tibia, pero que alcanza un punto verdaderamente bajo con unos personajes tan pobremente desarrollados que son incapaces de generar un mínimo de interés. Tal es el caso de Baba Voss, padre de los pequeños y quien debe protegerlos del interés enemigo por hacerse con ellos, lo que resulta en un guerrero sumamente básico que sólo pretende emular lo hecho por el mismo actor en el papel de Khal Drogo, pero sin darle un apoyo necesario narrativo para mejorar su desarrollo, ni la oportunidad de mostrar su carisma para conquistar al público. El personaje más lamentable que la pantalla chica dejó este año.
Mejor: The Child (The Mandalorian)
Star Wars nos ha dado personajes fascinantes por más de 40 años, que van de Luke, Leia y Han de la trilogía original al más reciente BB-8. La lista incrementó este año con The Child, mejor conocido por todos como Baby Yoda, cuya sensibilidad con la Fuerza le han convertido en un personaje sumamente codiciado por las potencias emergentes de la Nueva República, lo que ha desatado una intensa búsqueda convirtiendo los límites exteriores de la galaxia lejana en un punto tan brutal como el salvaje oeste. Y claro, a esto sumemos su tierna apariencia física que ha conquistado a incontables aficionados de todo el mundo, incluso a todos aquellos que no han podido disfrutar de The Mandalorian ante la disponibilidad muy, muy limitada que Disney+ tiene por ahora.
Peor: Hellboy (Hellboy)
Más allá de los dictámenes de taquilla, Hellboy está entre los mejores superhéroes del celuloide gracias a la profundidad que le dio Guillermo del Toro. Lamentablemente la esencia se perdió con el reciente reboot, lo que resultó en uno de los filmes más infames del año, así como uno de los personajes más deplorables del subgénero. Esto porque la complejidad implícita de un demonio caracterizado por su humanidad fue suprimida en beneficio de una acción tan absoluta que ni siquiera se preocupa por el desarrollo de su trama, ni la construcción de sus héroes y villanos. A esto sumemos la pobre dirección de Neil Marshall que no sabe sacar provecho de las mejores cualidades de David Harbour, lo que resulta en una cinta que sería fácilmente olvidable, de no ser porque condenó para siempre el cierre de la trilogía concebida por el talentoso cineasta mexicano.
Mejor: John Wick (John Wick 3)
Keanu Reeves tuvo un regreso importante hace tiempo, pero su verdadera consolidación en lo más alto no sucedió sino hasta este 2019 con John Wick 3. La tercera entrega de la franquicia puso al personaje en su punto más bajo al convertirlo en el blanco del gremio asesino al que una vez perteneció, lo que a su vez desembocó en su faceta más mortífera en sus enfrentamientos con toda clase de peligrosos adversarios. Esta labor reposicionó al actor como uno de los grandes referentes del cine de acción y más importante aún, le convirtió en el one-man army definitivo en lo que va del siglo XXI, una labor nada sencilla si tomamos en cuenta que esto implicó superar al brutal Bryan Mills interpretado por Liam Neeson en Búsqueda implacable (2008).
Peor: Maléfica (Maléfica: Dueña del mal)
Maléfica es, sin lugar a duda, la villana más popular de Disney, por lo que nadie se sorprendió cuando el estudio la eligió como protagonista de su propio spinoff para las primeras transiciones animadas al live-action. La primera cinta batalló por enamorar al público al traicionar la esencia del clásico original, pero se pensaba que el ratón podría corregir el rumbo con una secuela estrenada cinco años después. No sólo fracasó en su intento, sino que sumió aún más al hada oscura en un bache insalvable con una cinta que salta aleatoriamente del melodrama a la acción sin dar grandes explicaciones, lo que deja una trama hueca y un personaje por el que no se puede sentir gran empatía. Un triste resultado para una franquicia que pudo funcionar con un mejor tratamiento.
Mejor: Cliff Booth (Había una vez… en Hollywood)
Sólo un cineasta del calibre de Quentin Tarantino sería capaz de reunir a Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, dos de los grandes actores contemporáneos, en una cinta que aprovecha la ficción cinematográfica para reinventar uno de los momentos más oscuros de Hollywood. Ambos brillan, pero nos quedamos con el segundo por su fascinante historia, que va de un enigmático pasado a un encuentro en primera persona con buena parte de la familia Manson. Y claro, a estos sumemos unos puntos extras por la eterna compañía de Brandy, su cánida amiga que termina jugando un rol fundamental en el encuentro final. El personaje que podría darle a Brad Pitt el primer y muy codiciado Oscar histriónico de toda su carrera.
Peor: Josephine Chesterfield (Maestras del engaño)
Anne Hathaway nos ha dado varios papeles memorables a lo largo de su carrera, pero lamentablemente para todos, el de Josephine Chesterfield no es uno de ellos. Un personaje construido sobre los viejos clichés de la femme fatale, lo que le hizo lucir obsoleto y según la crítica, ofensivo para el género femenino. La actriz tampoco fue de gran ayuda, con una actuación anodina y apenas cumplidora, como si de un mero trámite se tratara. Un caso muy distinto al de Rebel Wilson pues, aunque su personaje también tuvo una construcción infame desde el guion, al menos intentó enderezarlo con la energía e irreverencia que le ha caracterizado a lo largo de su trayectoria. Uno de los papeles más triviales de Anne Hathaway, quien hace tan solo unos años fuera considerada una de las mejores y más carismáticas actrices de su generación.
Mejor: Frank Sheeran (El irlandés)
Las estupendas interpretaciones de Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci complican la elección del mejor personaje de El irlandés. Nos quedamos con Frank Sheeran, cuyo rol central le convierten en el más complejo de la tercia al tener que decidir a quién pertenece su lealtad: al hombre que le cobijó profesionalmente o al que lo hizo personalmente hasta convertirse en parte de su familia. Sea cual sea la ruta, la decisión le aquejará hasta el final de sus días. Uno de los personajes más destacados en la filmografía de Martin Scorsese y que captura perfectamente los valores más representativos de un cine criminal que parece condenado a irse para nunca volver.
Peor: Vuk (X-Men: Dark Phoenix)
Jessica Chastain es una de las grandes actrices de su generación, pero ni siquiera ella puede hacer mucho cuando sus personajes están mal desarrollados. Tal fue el caso de Vuk, quien parecía ser la villana central de X-Men: Dark Phoenix, pero que fue absurdamente relegada a un segundo plano por los conflictos internos que aquejaron a Jean Grey y los dilemas morales que esto generó entre los mutantes. El equipo de producción atribuyó el pobre desarrollo a una serie de cambios obligados en el guion con el que se buscó distanciar al ente alienígena de los skrulls presentados en Capitana Marvel (2018). Al final, el personaje logró lo que parecía imposible: convertirse en el peor adversario de la franquicia X, superando incluso a los vistos en La batalla final (2006) y Apocalipsis (2016).
Mejor: Salvador Mallo (Dolor y gloria)
El cine siempre se ha caracterizado por sus propiedades metanarrativas, aunque pocas veces con la grandeza de Dolor y gloria, aprovechada por Pedro Almodóvar para capturar su propia experiencia humana y creativa sin desechar completamente la ficción. El personaje de Salvador Mallo es clave para lograrlo, un cineasta que sufre física y emocionalmente, pero que se empeña en capturar su visión para el celuloide al considerarla la única cura para los males que le aquejan. La mejor actuación en la carrera de Antonio Banderas, quien se perfila como el rival a vencer en las ternas a mejor actor durante la temporada de premios.
Peor: Henry Brogan / Junior (Proyecto Géminis)
Ang Lee es uno de los mejores directores de todos los tiempos, pero ni siquiera él es infalible. Prueba de ello es Proyecto Géminis, que desperdicia cualquier oportunidad de profundizar en la ética alrededor de la clonación para conformarse con una cinta de acción tan banal como predecible. Ni siquiera el carisma de Will Smith es capaz de sacar adelante el proyecto con una interpretación múltiple que parece construida con retazos de personajes de poca calidad como serían Adam Gibson de El sexto día (2000) a Nemesis de Resident Evil: Apocalipsis (2004). Un personaje lamentable, que es fiel reflejo de la que terminaría siendo una de las películas peor evaluadas del 2019.
Mejor: Las hermanas March (Mujercitas)
La obra cumbre de Louise May Alcott ha sido adaptada en numerosas ocasiones y casi siempre con una estupenda aceptación, pero también con un mismo problema: la gran mayoría de ellas se centra de lleno en Jo. La dirigida por Greta Gerwig hace lo propio, pero sin descuidar lo hecho por Meg, Beth y muy especialmente Amy, convirtiéndolas así en personajes multidimensionales que permiten un mayor acercamiento con el público, además de la transmisión de mensajes más potentes para los tiempos en que vivimos: los feministas con las hermanas luchando por encontrar su lugar en un mundo regido por los hombres, pero sin descuidar los universales como la familia, el amor y alcanzar la madurez sin perderse en el camino.
Peor: Dani Ramos (Terminator: Destino oscuro)
Terminator ha batallado por mantener el nivel que una vez le caracterizó, siendo Destino oscuro lo más cerca que ha estado de una mejoría gracias al retorno de Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton, así como la atinada incorporación de Mackenzie Davis. Lamentablemente el círculo no pudo cerrarse del todo por Dani Ramos, la nueva esperanza de la humanidad para la nueva guerra contra las máquinas, pero que no aporta nada a la mitología al ser una simple combinación entre Sarah y John Connor que no funciona a nivel narrativo ni simbólico. Habrá que esperar para descubrir si James Cameron le da otra oportunidad a la fémina en una potencial secuela o si decide suprimirla con una nueva alteración temporal que salve a la franquicia de su cada vez más cercano exterminio.
Mejor: Familia Kim (Parásitos)
El cine nos ha dado numerosas críticas a las clases acomodadas, pero ha sido sumamente cuidadoso con las más desfavorecidas. Bong Joon-Ho desafía esta premisa con los Kim, una familia coreana sumida en la pobreza y cuyas mayores preocupaciones no son la falta de empleo o la escasez de alimentos, sino todas aquellas banalidades que aumentan la brecha con las élites y que les lleva a idear un complejo plan para acercarse a la vida que siempre han soñado, aun cuando son conscientes de que todo es un frágil espejismo. Un cruento reflejo, no sólo de la sociedad asiática, sino de todo el mundo y que ha convertido a Parásitos en una de las películas más ovacionadas del año.
Peor: Simba (El rey león)
Si la versión original de El rey león se ha convertido en una de las cintas más aclamadas del estudio es porque sus personajes han sido capaces de transmitir una amplia gama de emociones a sus audiencias. Lamentablemente no podemos decir nada del remake, cuyo empeño por alcanzar el máximo fotorrealismo nos dejó una película desangelada aun cuando su trama es virtualmente idéntica a la vista en 1994. El mayor reflejo de este problema es Simba, cuya nula expresividad le alejó completamente del tierno cachorro que nos conquistó en su momento, así como del trágico héroe shakesperiano en que se convirtió de adulto. Una cinta que promete ser determinante en la evolución de los VFX, pero que queda muy lejos de un clásico animado infinitamente superior y cuya técnica tradicional no le impedirá seguir conmoviendo al público por generaciones.
Mejor: Guasón (Guasón)
El cine de superhéroes cosechó grandes éxitos con filmes que se centraban de lleno en la grandiosidad y la espectacularidad visual. El concepto cambió para siempre este 2019, con un Joker que demostró el potencial de las historias intimistas para abordar los demonios internos que aquejan no sólo a los héroes sino a sus más temibles villanos, y que les han convertido en auténticos mitos del mundo contemporáneo. A diferencia de tantos personajes nacidos de los comics, su desarrollo no requirió el impulso de una enorme franquicia, sino el atinado reflejo de una sociedad cada vez más hostil, capaz de conducir a cualquiera a la locura y ansioso por glorificar a todo aquel que desafíe al poder sin importar los medios, así como la estupenda labor de Joaquin Phoenix en uno de los papeles más desafiantes de su carrera. No sólo es uno de los mejores personajes del año, sino de todo lo que va del siglo XXI, cuya brutalidad promete inspirar toda clase de análisis y debates por generaciones.
La polémica: Daenerys Targaryen (Game of Thrones)
Game of Thrones nos dio toda clase de personajes fascinantes a lo largo de sus ocho temporadas, siendo Daenerys Targaryen una de las grandes favoritas por su impresionante ascenso. Todos sabíamos que eventualmente usaría sus dragones para tomar el Trono de Hierro, pero pocos imaginaron que esto desembocaría en un arco tan brutal que la convirtió en el último obstáculo a vencer para alcanzar la paz en los Siete Reinos. Para muchos fue el cierre perfecto de un personaje que pasó de víctima a una reina/soldado; para otros una traición a la esencia de una mujer que siempre veló por el inocente; y claro, unos más pensaron que todo habría funcionado mejor con un desarrollo un poco menos precipitado. Fue así como la Madre de Dragones terminó convirtiéndose en uno de los personajes más polémicos del año y de toda la historia de la televisión.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.