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CRÍTICAS

Midnight Gospel – Crítica

01-05-2020, 4:46:23 PM Por:
Midnight Gospel – Crítica

De Pendleton Ward, el genio detrás de Hora de aventura, llega Midnight Gospel: una profunda reflexión vestida de un auténtico humor.

Cine PREMIERE: 4.5
Usuarios: 5
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A primera vista, Midnight Gospel, la nueva serie de Pendleton Ward (Hora de aventura) podría parecer una serie cómica basada en un humor “para adultos” conformada por violencia desmesurada y un toque creepy: fórmula inquebrantable de producciones como South Park. Sin embargo, es una serie que ofrece un formato, historia y narrativa única. Es una producción que puede llegar a coincidir con pensamientos o reflexiones que el público se ha hecho anteriormente. No obstante, no cae en lugares comunes a pesar de tratar temas triviales como el amor, la muerte o la religión.

La serie original de Netflix cuenta la historia de Clancy, un chico de 34 años quien dejó la Tierra para mudarse a otra dimensión llamada “Lazo cromático” y, desde ahí, convertirse en un spacecaster. Durante cada capítulo emprenderá un viaje, mediante un simulador, a un planeta distinto para entrevistar a uno de los seres que habitan el lugar.

Cada capítulo profundiza en un tema en particular. En el primero de ellos, por ejemplo, se reflexiona sobre la legalización de la marihuana y el consumo de cualquier droga. “Odio la idea de las drogas buenas y malas. No hay un químico que sea bueno o malo, sólo existe porque lo creamos o por la naturaleza, y luego está la relación del humano con la sustancia. Ésa es la cuestión”, dice el entrevistado en un diálogo del primer capítulo, Malditos zombis. Desde ese momento, la historia sigue a una plática reflexiva sobre la moral infundada con la que se critica a la gente que consume drogas ilegales en comparación con personas que hacen uso de aquellas bien vistas en la sociedad como el alcohol. Aún cuando, por su uso irresponsable, corren más riesgos.

Tanto el primero, como el resto de los capítulos, tienen un profundo fundamento científico y filosófico, puesto que cada uno de ellos está basado en una conversación del guionista Pendleton Ward con un especialista en el tema. En Malditos zombis, la entrevista es con el presidente ficticio de Estados Unidos, pero el conocimiento y diálogo del personaje proviene de las enseñanzas del especialista en medicina de adicción Drew Pinsky. No es difícil para el espectador saber que el presidente representado en la serie no sustenta de ninguna manera al actual mandatario Donald Trump. Lo mismo sucede con el resto de los personajes. Ninguno de ellos es una referencia fácil a una celebridad o figura pública: una característica que se agradece después de consumir una fórmula tan desgastada en gran número de series como Los Simpson.

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A pesar de que cada capítulo explora diversos temas, la serie tiene un claro hilo conductor: la meditación. Un tema que, aunque lo hace mediante la parodia, es una invitación a que el público lo ponga en práctica ante cualquier situación para hacer más llevadero el dolor derivado de sucesos como la pérdida de un ser querido. Incluso, podría parecer a ratos que nos encontramos ante una terapia psicológica en la cual nos surgen interrogantes sobre cómo hemos llevado los momentos más difíciles en nuestras vidas, a la vez que nos dan explicaciones fundamentadas sobre cómo podríamos mejorar el control de nuestras emociones al respecto.

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Como un libro que te atrapa y no puedes parar de leer porque en cada línea te sientes “iluminado”, como diría Clancy, Midnight Gospel podría ser la inspiración para reflexionar sobre nuestra visión de temas sobre los que no podemos evitar atravesar, como el amor y la muerte. Sin embargo, podría resultar complicado lograr captar el gran cúmulo de información mientras se aprehende las joyas visuales que sirven de fondo para cada conversación. Aunque psicodélico, las formas y acciones de los personajes secundarios son elementos de burla por sí mismos, y a los que habría que prestar atención. Aunque, sin duda, es todo un reto si no se quiere perder el hilo de la charla.

Midnight Gospel podría disfrutarse un sinfín de veces. En cada una de ellas podrían encontrar elementos o argumentos que no percibieron la primera vez. Es, tal vez, una producción que sirve de anestesia en los peores momentos y una ayuda para dominar nuestras emociones. Eso sí, con un montón de risas de por medio.

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autor Escribir y el cine son mis más grandes amores. Admiro a Tarkovski, pero lloro cada que veo Up.
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