Moxie – Crítica de la película

“Creo con mi corazón, mente y cuerpo que las chicas constituyen una fuerza revolucionaria que puede cambiar al mundo”, lee Vivian Carter (Hadley Robinson) en voz alta en uno de los momentos clave de Moxie, la segunda película como directora de Amy Poehler. La estudiante de preparatoria está explorando una colección de fanzines feministas de entre los recuerdos de juventud de su madre, Lisa (Poehler), quien formó parte del movimiento Riot grrrl, originado en el noroeste de Estados Unidos a principios de los noventa.

Es una escena reminiscente del primer encuentro del protagonista de Casi famosos (2000), William Miller (Patrick Fugit), con la música que cambiaría su vida. En aquella cinta, un clásico del paso a la madurez en el cine hollywoodense, la epifanía venía acompañada por el rock casi progresivo de Tommy, de The Who. En Moxie, el instante en que la chispa de la revolución se enciende en la mente de Vivian está aderezado por el punk agresivo y crudo de Bikini Kill, una de las bandas emblemáticas del Riot grrrl. La voz salvaje y letras feministas de Kathleen Hanna son el refuerzo perfecto para que Vivian termine de darle forma al enojo por los micromachismos que presencia en la escuela todos los días.

A partir de esa noche, Vivian abraza con ferocidad su recién adquirida perspectiva de género. La adolescente de 16 años edita su primer fanzine anónimo, lo reparte en los baños de su escuela e inspira los primeros pasos de una revolución feminista. El camino no está exento de tropiezos y las decisiones impulsivas y egocéntricas de Vivian exhiben su inexperiencia. Entre otras cosas, pone en riesgo a sus compañeras pues a veces olvida que ella vive en una burbuja de privilegio (es blanca y sin problemas económicos en casa), mientras que otras vienen de escenarios menos favorecidos por el sistema dominante (mujeres de color, hijas de inmigrantes, disidentes de género, adolescentes con discapacidades).

Es refrescante encontrar cada vez más títulos en los que la relación que define a la protagonista no es un interés romántico. Moxie, como otras películas recientes –Booksmart (2019), Dumplin’ (2018) y Lady Bird (2017) vienen a la mente-, le da a Vivian dos relaciones que anclan parte de su identidad: su madre y su mejor amiga, Claudia (Lauren Tsai). Es a partir de su reflejo en ellas que aprende a distinguir cuando acierta y cuando falla. Esto no significa que Vivian desprecie el amor romántico, al contrario, después de Patrick Verona en 10 cosas que odio de ti (1999), Seth Acosta (Nico Hiraga) será el nuevo adolescente de ensueño para las preparatorianas: un joven sensato, deconstruido y sin miedo a mostrarse vulnerable.

Otro de los aciertos de Moxie está en su elección de antagonistas, que difiere ligeramente de la novela de Jennifer Mathieu en la que está basada la película. En ambos medios, el abusador Mitchell Wilson (Patrick Schwarzenegger) es un atleta estrella conocido por su misoginia y por ser el protegido de las autoridades escolares. Es la pesadilla con la que la mayoría de las mujeres nos hemos encontrado alguna vez en un salón de clases, una oficina o en nuestra propia sala de estar: condescendiente, machoexplicador y agresivo. En el libro, Mitchell permanece impune porque es hijo del director Wilson, un tipo igual de machista y altanero.

También te podría interesar: Películas de ciencia ficción dirigidas por mujeres.

La película rompe esta relación e intercambia el género de Wilson padre para colocar como directora a Marlene Shelly (Marcia Gay Harden, en uno de sus ya clásicos roles de mujer estricta y chapada a la antigua). Con esta decisión, los guionistas Tamara Chestna y Dylan Meyer vuelven aún más enfurecedora la protección para Mitchell, que al menos antes se justificaba con nepotismo. También refleja una situación dolorosamente real: nacer mujer no significa que nazcas con perspectiva de género.

Poehler pobló Moxie de guiños a otras películas sobre la preparatoria, uno de los géneros más socorridos del cine estadounidense. Esta cinta es heredera directa de varias de ellas, como Chicas sin freno (2009) y 10 cosas que odio de ti. Con estas comparte a protagonistas resilientes que rompen el molde y que se niegan a guardar silencio cuando es lo que se espera de ellas. Moxie incluso abreva de la película Chicas pesadas (2004) -en la que Poehler aparece como una mamá completamente diferente de Lisa- en tanto que “La lista” de la preparatoria Rockport recuerda al “Libro del mal” de Las Plásticas y en ambas cintas encontramos un momento de sanación colectiva en el compartir las historias de cada estudiante en público.

Los principales huecos de la cinta están en las tramas de sus personajes secundarios. Durante las primeras reuniones de Moxie como club social conocemos a varias jóvenes con sus propias inquietudes y búsquedas, pero cuyos arcos quedan en el olvido. Quizás esta historia se hubiera beneficiado más de ser adaptada como serie, con el espacio suficiente para desarrollar la diversidad racial y de género que presume su elenco, pero que al comprimirla en dos horas de película queda corta y tibia.

Una frase de Vivian a Seth justo antes de liberar su furia en otra acción impulsiva describe a la perfección el resultado general de Moxie: “No es la mejor idea, pero es la idea que tuve”. La dirección de Poehler no está a la altura de su ambición, sus intentos por presumir un elenco racial y sexualmente diverso quedan a medias y el guion tiene algunos puntos débiles. Además, estrenar la película Moxie la semana anterior al Día Internacional de la Mujer fue una decisión claramente oportunista y mercadológica.

Pero es, con todo, disfrutable e inspiradora: una forma agradable de presentar el feminismo tanto a las audiencias jóvenes que empiezan a desarrollar su identidad política, como a sus padres y abuelos (generación X y baby boomers) que necesitan entender de dónde viene la furia de las mujeres de esta generación.

¿Quieres ser un emprendedor o emprendedora?
Conoce Emprendedor.com el mejor contenido de Ideas de Negocio, Startups, Franquicias, e Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Marcela Vargas Fan intensa de las cosas que le gustan. Escribe diariamente sobre entretenimiento y deportes en Mexico.com y todos los miércoles habla sobre cine en Charros vs. Gángsters, por MVS Radio. Feminismo, fantasía y ciencia ficción son sus temas favoritos. Le gusta el futbol americano y su equipo son los Packers.