Nicolas Cage habla sobre su popularidad en internet y estilo de actuación

Llamémoslo explosivo, extravagante, demencial… O de plano asistamos a un curso sobre si es buen o mal actor, como ocurre en cierto episodio de la serie Community. De cualquier modo, Nicolas Cage ofrece «tiro por viaje» una actuación que deviene memorable y susceptible de viralizarse en internet, sean videos, memes, GIFs, ¡o tantas otras modalidades insólitas! Es indudable la muy vigente popularidad del californiano, aunque no siempre sea por trabajos merecedores de los más prestigiosos galardones.

En reciente entrevista con The Hollywood Reporter, Nicolas Cage opinó sobre la enorme cantidad de productos inspirados en su persona que circulan en internet. Por ejemplo, en casos extremos, imágenes de almohadas de lentejuelas con su cara. Y aunque no posee una explicación satisfactoria para este fenómeno, el quincuagenario histrión tiene sus teorías.

«Lo principal que pasa por mi cabeza es: ‘¿Por qué?’. Hay muchos otros actores que son mucho más famosos que yo y que no tienen esto», comentó. «Tal vez tenga algo que ver con los personajes que he interpretado y la forma en que Internet selecciona las expresiones faciales que decidí hacer en la película porque quería liberarme del naturalismo».

Desde los comienzos de su carrera en los años ochenta, Cage se ha caracterizado por un estilo de histrionismo que muchos críticos han tildado de sobreactuación. Pero como él mismo señala, jamás fue su intención decantarse por una mesura naturalista. De esta manera, su trabajo en los sets adquirió fama de salvaje e impredecible, a la par de que regularmente encarnaba personajes con cierto grado de inestabilidad, sin ánimos de restarles autenticidad.

«Piensa en las estrellas del cine mudo, del expresionismo alemán. Yo estaba tratando de ser abstracto. El naturalismo es un estilo, y quería ser más expresionista», continuó explicando. «En películas como El beso del vampiro o Contracara, estos personajes son más grandes que la vida y todos tienen problemas, ya sea una enfermedad mental, una adicción a las drogas o lo que sea. Hay un motor orgánico que impulsa ese comportamiento, y por eso tomé la decisión de aplicarme y experimentar. Puedo decirte honestamente que cualquier cosa que diseñé, coreografié o vocalicé, siempre me aseguré de que hubiera una emoción genuina detrás de ello».

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De los títulos anteriormente mencionados, El beso del vampiro (1988) y Contracara (1997), varios momentos con Nicolas Cage resultan hilarantes e inolvidables. Por ejemplo, un crítico literario enfurecido que recita el alfabeto o hace caras enloquecidas al describir un trabajo horrible (inspiración para el meme ‘You don’t say?). O un sociópata con indumentaria religiosa que canta y baila el «Aleluya» de Händel.

«Creo que la respuesta de Internet se debe a que estos personajes están haciendo cosas que todos queremos hacer, pero nos comportamos demasiado bien como para hacerlo en nuestras propias vidas», agregó. «Somos buenos ciudadanos, pero estoy bastante seguro de que todos queremos dejar escapar algo de vez en cuando, o cantar el alfabeto. En cierto modo, [esta popularidad] es gratificante. En última instancia, significó que hay una conexión con la audiencia, y la gente obtiene algo de ello. Eso es positivo».

¿Ustedes qué piensan de la única e irrepetible trayectoria de este ganador del Óscar? La próxima vez que lo veamos será en El peso del talento, una película de acción y comedia donde Cage interpreta una versión ficcional de sí mismo. Pasen aquí para conocer más detalles del proyecto.

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Antonio G. Spíndola Tengo muy mala memoria. Por solidaridad con mis recuerdos, opto por perderme también. De preferencia, en una sala de cine.