No One Left Behind, la nueva película de Guillermo Arriaga, va a Venecia

La cámara que relata cada segundo de No One Left Behind enfoca las botas de una persona, negras y pulcras, mientras unas manos masculinas ajustan las agujetas. El lente sube y esas mismas manos ajustan los botones de una camisa. Más arriba vemos la cara de quien se coloca una boina para dejar intacto el uniforme de teniente coronel, aunque un gesto de preocupación o de incertidumbre atraviese el rostro. Afuera, varios soldados lo esperan parados frente a tres camionetas lujosas. El convoy parte entre un camino de tierra hasta llegar a un patio en el que personas vestidas de negro platican y esperan entre coronas de flores marchitas por un calor que se percibe sofocante.

Lo que sigue en No One Left Behind, película escrita y dirigida por Guillermo Arriaga (Fuego, 2008), es un intercambio de palabras que sienta el tema de esta historia. Al interior de la casa a la que llegan los soldados se encuentra un ataúd de madera. El teniente pide permiso para rendir honores al difunto. “Un héroe”, lo llaman. La familia acepta, pero la tensión crece con una nueva petición, a pesar de la cual la escuadra militar estadounidense se queda en territorio mexicano, en espera del funeral de la persona que los convoca ahí.

“Más que una visión crítica, es una visión humana de la relación entre México y Estado Unidos», señala Arriaga al presentar su película de 29 minutos de duración, la cual formará parte del Festival de Cine de Venecia en una función especial. «Quería encontrar puntos de convergencia en este momento tan crítico [en nuestro país]”.

El guionista de Amores perros y 21 gramos contó que presentó este nuevo material dos semanas después de cerradas las inscripciones de la Mostra, pero tuvo la suerte de ser aceptado de inmediato, aunque fuera de competencia.

Esta historia migratoria del nominado al Oscar por Babel cuenta con las actuaciones de Jorge A. Jiménez (Historia de un crimen: Colosio), Isabel Aerenlund (Ingobernable) y Danny Huston (El jardinero fiel; El aviador), quien se sumó al elenco –conformado en su mayoría por actores no profesionales– en el último momento, luego de que otro histrión se bajara de la producción un día antes de iniciar el rodaje, por temor a la inseguridad en México. 

Pese a ello, el director encontró un equipo de producción que fue capaz de soportar todo, incluso trabajar a 51°C en Zaragoza, Coahuila, lugar de donde es originario Jorge Jiménez. Fue el propio protagonista quien se apoyó de un amigo militar para encarnar a la perfección a un soldado –para aprender desde los comandos básicos hasta cómo doblar banderas– así como para ayudar al resto de su elenco a portar apropiadamente los zapatos de un militar. (Unos zapatos, por cierto, idénticos a los que utiliza el Ejército mexicano ya que la vestuarista ganadora de tres Arieles, Gilda Navarro, mandó confeccionar la ropa de esta historia en una tienda utilizada por los militares de nuestro país).

La intención de Arriaga es que No One Left Behind sea la primera dentro de una serie de televisión que aborde los problemas fronterizos. “Yo creo que ahorita estamos viviendo situaciones complejas a raíz de la globalización. Marx previó esta caída del capitalismo, pero siempre pensó que era la izquierda la que iba a llenar esos huecos y ha sido la ultraderecha. Creo que es importante reflexionar qué está sucediendo, porque la globalización empujó a abrir los mercados, sin pensar en que también se iba a abrir el intercambio de personas. Sobre esos temas queremos reflexionar”, dijo sobre la serie, que estaría compuesta por episodios unitarios, con historias independientes.

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Fabiola Santiago Periodista y crítica de cine. Le interesa la diversidad de miradas en películas y series. Habla y escribe sobre cine hecho por mujeres, por cineastas indígenas y latinoamericanos.