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Cine

No se metan con mi vaca

03-11-2016, 7:16:09 PM Por:
No se metan con mi vaca

Un relato carismático de temática relevante: la aceptación de los migrantes.

Cine PREMIERE: 3.5
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Comedia francesa de corte casi fantástico, simple, llana, franca, pero rebosante de un encanto exquisitamente logrado por una narrativa sin pretensiones, que convierte lo aparentemente intrascendente —la travesía de un campesino argelino para llevar su vaca a concursar en el Salón de la Agricultura en París— en un cautivador relato gobernado por su bien contada sencillez. Eso es la cuestionablemente titulada en español No te metas con mi vaca (La vache): una película de Mohamed Hamidi que habla sobre la amistad, el amor y las convicciones, al tiempo que toca temas tan trascendentales como la aceptación de los migrantes y la integración de las culturas. Sin, por ello, ponerse a dar mensajes.

La película sigue a Fatah (Fatsah Bouhyamed), un maduro campesino que prodiga excesivos cuidados a su vaca Jacqueline, a la que aparentemente quiere más que a su esposa y sus hijas. Como cada año, ha enviado su inscripción al Salón de Agricultura de París, y por fin, debido a su insistencia, su solicitud es aceptada. Como su pueblo en Argelia lo considera un logro comunitario, la junta de gobierno decide apoyarlo y darle el dinero para trasladarse en barco hasta Marsella, atravesando el Mediterráneo (hoy una de las principales rutas migratorias en aquella región). No obstante, tiene que recorrer a pie los casi 775 kilómetros que hay de Marsella hasta la capital parisina.

Es aquí donde comienza el viaje por una Francia mostrada de forma apacible y tranquila, dode el ingenuo pero convencido Fatah se convierte en un personaje encantador. su viaje, mientras el hombre y su vaca avanzan hacia su destino, se vuelve nota del día y trending topic en las redes sociales. Y en su pueblo, el hombre es visto casi como héroe nacional. La franqueza de Fatah gana adeptos y amigos, principalmente cuando recibe ayuda de desconocidos que le permiten superar sus dificultades.

Divertida y amena, la cinta está construida con momentos memorables, como esa escena en la feria con el mago y sus amigos, la cual deriva en una parranda que le acarrea problemas a Fatah con su esposa. Además de los temas ya mencionados, Hamini enfatiza en los problemas y virtudes de la comunicación actual, pero sobre todo, en las relaciones personales, de amistad y familia, que vuelven superables las dificultades, por más complicadas que parezcan.

Así, Fatah recibe ayuda de un conde venido a menos (Lambert Wilson) y también de su cuñado (Jamel Debbouze, actor recurrente de Hamidi), quien primero lo corre de su casa y finalmente le ayuda a llegar a la feria; así como de un montón de desconocidos que, gracias a un noticiero de televisión, se identifica y sigue el viaje de este hombre ingenuo pero convencido de lo que quiere. Al final, la historia de Fatah demuestra que lo mejores viajes son los que nos realizan y aumentan el amor al lugar de inicio, nuestro pueblo, donde están nuestras raíces y amores.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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