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Cine

FICM 2020: No son horas de olvidar – Crítica de la película mexicana

02-11-2020, 6:11:30 PM Por:
FICM 2020: No son horas de olvidar – Crítica de la película mexicana

Un sensible relato sobre el exilio de la memoria y el amor como la única forma de recuperar la identidad.

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Como parte de la naturaleza humana, la memoria y los recuerdos nos permiten mirar hacia el interior de nosotros mismos y de las personas, lugares y objetos que nos rodean. De esta forma logramos tener presente quiénes somos y cuáles son nuestros propósitos de vida. Sin embargo, en ocasiones, todo aquello que guardamos en nuestra memoria, los buenos y los malos momentos, pueden ser arrebatados por diferentes circunstancias que, sin más, nos hacen perder la identidad. A partir de esta idea, No son horas de olvidar, película que forma parte de la sección de documental mexicano dentro del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM 2020), nos sumerge en la vida de una pareja que ha caído en los abismos del olvido, pero con fuertes anhelos para reconstruir su historia de vida.

No son horas de olvidar FICM 2020

La película No son horas de olvidar, dirigida por el mexicano David Castañón Medina, nos ofrece un íntimo y desgarrador acercamiento hacia la vida de Jorge. Él es un hombre de la tercera edad que vive con el miedo constante de que su esposa Juana lo termine olvidando para siempre. Juana ha perdido la identidad en dos ocasiones: la primera, forzada por la dictadura en Chile; la última, por la enfermedad de Alzheimer .

Uno de los verdaderos aciertos de este trabajo radica en la sensibilidad y la complicidad con la que la cámara registra el exilio físico, pero también memorial de la pareja. Por un lado, vemos a Juana recluida en un centro de cuidados para adultos mayores, aguardando siempre la visita de su amado, aunque a veces no logra reconocerlo. Y por el otro, el mismo Jorge, quien pasa sus días dentro de su morada tratando de reconstruir los recuerdos de Juana. Sin embargo, él está bastante consciente de que sus esfuerzos pueden ser en vano y con el tiempo en contra. En ambos casos, el documentalista tiene la intención de empatizar e involucrarse con sus protagonistas a pesar de la difícil situación. Toda su atención se inclina en mostrarnos a una pareja que ha permanecido junta toda su vida, y que ahora se enfrenta a ese amor cayéndose a pedazos. Incluso existen partes específicas del largometraje donde Castañón se involucra de sobremanera para cuestionar directamente a Juana y a Jorge sobre su pasado, cosa que para Juana es mucho más difícil responder.

No son horas de olvidar

No son horas de olvidar es un documental que parece dividirse en dos partes implícitamente. La primera mitad se empeña en develarnos las vicisitudes que Jorge y Juana enfrentan para preservar su amor más allá de la memoria. En la segunda, la pareja emprende un viaje de regreso a sus raíces hacia Chile y es en ese punto donde la lejanía, que la enfermedad de Alzheimer supone, se desvanece. Los protagonistas entonces tratan de reencontrarse en aquellas tierras de donde alguna vez fueron exiliados por cuestiones políticas en la época de Pinochet.

El relato se hace aún más entrañable gracias al uso en pantalla de material de archivo que el cineasta va intercalando a lo largo de la película No son horas de olvidar. De repente, nos damos cuenta de que Jorge y Juana han pasado toda una vida juntos compartiendo tristezas y alegrías, pero que los años han pasado en vano. En algún punto del documental, Jorge no puede esconder su frustración y asume que Juana se ha convertido simplemente en una “entidad biológica” que ha perdido su naturaleza humana y por lo tanto su identidad.

La película No son horas de olvidar también comparte ejes temáticos con otros filmes recientes que ofrecen un acercamiento a un enfermedad mental como el Alzheimer, pero que se apegan más a la ficción. En este caso, por ejemplo, hablamos de Still Alice (2014) cuyo argumento protagoniza Alice Howland, una reconocida profesora de lingüística -profesora al igual que Juana-, quien parece que lo tiene todo, pues está felizmente casada y tiene tres hijos adultos. Sin embargo, su vida comienza a desmoronarse cuando acude al médico y éste la diagnostica con la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.

Tanto Still Alice como No son horas de olvidar muestran con mucha sensibilidad el viaje emocional, entre tortuoso y silencioso de la protagonista, quien está condenada a olvidar. No obstante, el trabajo de David Castañón Medina trasciende justamente por su carácter documental donde a través de música, escritos, imágenes y el amor intenta que la memoria de Juana no sea trastocada por una enfermedad que de cualquier manera terminará por apartarla de la persona que alguna vez fue.

No son horas de olvidar

Como parte de la programación del FICM 2020, la película No son horas de olvidar tendrá una proyección presencial en la sala 2 de Cinépolis Morelia Centro este 30 de octubre de 2020 a las 20:00 horas. De igual forma, el filme podrá disfrutarse de manera gratuita a través de Cinépolis Klic desde el 30 de octubre a partir de las 20:30 horas hasta el 31 de octubre a las 20:30 horas (aunque existe un número limitado de visionados).

Debido a la crisis sanitaria por COVID-19, en Cine PREMIERE te recomendamos revisar con las autoridades de salud las medidas sanitarias necesarias (especialmente el Lineamiento general para la mitigación y prevención de COVID-19 en espacios públicos cerrados) antes de acudir al cine a ver una película.

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autor Me encanta ver, hablar, escribir y soñar sobre cine. Mi serie favorita se llama 'La dimensión desconocida'. Siempre estoy cantando. Todo el día pienso en comida. Y no me quito mis gafas de sol ni para dormir.
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