Obi-Wan Kenobi: el cliché de Star Wars – Crítica del episodio 4

La serie de Obi-Wan Kenobi ha traspasado su primera mitad con el episodio 4. Y desde entonces los fanáticos han vivido sobre todo mucha nostalgia y una velada intención de los guionistas por aportar un capítulo desconocido del personaje, al lore de la saga. Sin embargo, algunos problemas que se han manifestado a lo largo de sus entregas en esta ocasión se hicieron más evidentes. Desde convenciones y lugares comunes, hasta resoluciones apresuradas que saben a poco.

A pesar de que la serie durará sólo seis episodios, se percibe como si esta cuarta iteración perdiera el tiempo con una trama que hemos visto una y otra vez en la saga galáctica. La infiltración, el rescate, el escape, y desde luego esas resoluciones con muchos puntos absurdos, que hacen del paso de nuestros héroes por un lugar tan peligroso, casi como un paseo por el parque. Alejado del peligro y un verdadero suspenso efectivo es como el antiguo Jedi entra de lleno en el terreno del enemigo. 

Si recordamos, el anterior episodio concluyó en un aura de fracaso. Algo que le viene bien a un personaje que va encaminado a aprender lecciones importantes y evolucionar en sí mismo. Por segunda ocasión, la princess Leia fue raptada por el enemigo. Luego de que el héroe ya lograra rescatarla en una ocasión, uno esperaría que para el segundo intento las defensas sean más fuertes y pensadas. Sin embargo, este capítulo le hace honor a la tradición warsie en la que los recursos humanos del enemigo son todo, menos astutos.

Quizás podamos conciliar lo anterior y seguir adelante. Pero obras anteriores han acariciado esta fórmula de una forma mucho más efectiva. Precisamente una de las gracias de Rogue One es que construía la totalidad de su historia alrededor de una misión imposible. Con cierta profundidad en los personajes y situaciones mejor planteadas acorde a las dificultades y defensas de los lugares a vulnerar, aquella cinta brillaba por su personalidad alidada a la escuela cinematográfica del espionaje. Aquí, sin embargo, no existe aquella chispa.

Lo que se logró en dos horas, difícilmente podría lograrse en cuarenta minutos de capítulo. Razón de que el episodio 4 de Obi-Wan Kenobi se perciba desangelado. Con ayuda de Tala (Indira Varma) el maestro entró el complejo de los inquisidores en donde incluso estaba presente Darth Vader. Fueron varios los momentos en donde el proceder de los personajes por los pasillos de la instalación fue bastante dudoso. 

Y en general poco o nada de lo sucedido en esta entrega ayudó al desarrollo de la historia o a los personajes. Una vez más, una historia de infiltración y escape en la nave enemiga invadió la narrativa de Star Wars. Pero aquí se sintió como un intento desesperado de cubrir la cuota de un episodio y sobre todo de introducir algunos guiños a personajes y lugares que los fanáticos deseaban conocer en un live action. 

Lo anterior nos lleva a reflexionar sobre los límites de la nostalgia y lo necesario que es simplemente complacer a los espectadores por el camino fácil, en lugar de presentar algo nuevo. A pesar de los defectos, lo que no se le puede reprochar a la serie de Disney Plus, es su método para entretener a la audiencia. Este cuarto episodio en sí resulta entretenido y nos muestra la dinámica de Kenobi con otros personajes que todavía oponen resistencia al imperio. 

No obstante, todavía se sienten aquellas fallas en la dirección y la puesta en escena. Uno no puede evitar preguntarse por qué la dirección no logra aprovechar a Ewan McGregor en pantalla. Su interpretación de un héroe cansado y crepuscular es atractivo por sí mismo. Pero aún hace falta aquella intensidad en la puesta en escena que nos recuerde que son apenas un puñado de personas las que se enfrentan a una facción política inmersa y ultra malvada.

Obi-Wan Kenobi está disponible en Disney Plus.

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Luis Angel H Mora Mi relación más estable es con el cine, la fiesta y la música. Me encanta escribir sobre cine, conocer gente nueva y compartir ideas. Idealista en todo sentido, supongo que es mi rasgo acuariano de ascendente.