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Cine

Ocean’s 8: Las estafadoras – Crítica

08-06-2018, 11:41:45 AM Por:
Ocean’s 8: Las estafadoras – Crítica

Cuenta con un claro diferenciador dentro de la franquicia pero obedece a las mismas reglas y estructuras ya presentadas.

Cine PREMIERE: 2.5
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Tras once años de silencio por parte de la familia Ocean –Ahora son 13 se estrenó en 2007– y 17 desde que sus maquiavélicos planes de asaltar sigilosamente casinos de Las Vegas fueran revitalizados en el cine –Danny Ocean se dio a conocer originalmente en 1960 en La cuadrilla de los once, de Lewis Milestone, donde fue encarnado por Frank Sinatra–, conocemos a otro miembro del delincuencial clan: Debbie (Sandra Bullock), en el spin-off Ocean’s 8: las estafadoras. Tal como su hermano –interpretado por George Clooney en la versión de Steven Soderbergh–, se codea con sagaces mentes criminales de talentos estafadores y quienes corren a cargo de algunas de las mayores celebridades en Hollywood y la industria musical: Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Sarah Paulson, Mindy Kaling, Rihanna, y la rapera y comediante Awkwafina.

Su plan es combinar las habilidades de estas damiselas para robar un diamante Cartier en forma de collar usado por la famosa Daphne Kluger (Anne Hathaway), una ingenua y voluble actriz sin vela en el entierro. La película guarda numerosas semejanzas con la trilogía antecesora y revisita lugares comunes de la fórmula empleada por la mancuerna Soderbergh-Clooney, pero tiene lugar en el evento de beneficencia y moda más exclusivo del orbe: la Gala del Met. Ahí se posan los ojos de fashionistas, prensa, y gracias a la presencia de la extravagante joya de más de $100 MDD, la más sesuda y acechadora seguridad.

Si bien cada protagonista tiene momentos para destacarse del ensamble, pues debe realizar una hazaña con precisión quirúrgica y resolver vacilaciones o percances que vuelven compleja la velada, Bullock y Hathaway tienen mayor oportunidad para brillar. La primera por ser la autora intelectual de la jugada, la segunda porque porta la deslumbrante joya; el artefacto es un personaje más al cual tanto protagonistas, como antagonistas y audiencia siguen expectantes.

Hay un aire de glamour palpitante a través de fastuosos vestuarios e inesperados cameos, tanto de viejos conocidos de la franquicia como de estrellas que suelen desfilar en este tipo de eventos de élite. Este aspecto recubre a la producción con un halo publicitario de claras intenciones mercadológicas y divertimento masivo hábilmente explotadas, pero esta comedia criminal no se atreve a ir más allá de los terrenos previamente explorados.

El mayor diferenciador de Ocean’s 8: las estafadoras, dirigida por Gary Ross (Los juegos del hambre), es tener a mujeres como protagonistas, con una trama claramente encaminada a minimizar la importancia masculina en el desarrollo profesional y personal del sexo femenino. No obstante, mucha de su estructura obedece a la misma fórmula de la franquicia a la cual pertenece. Tanto la aventura de Debbie como de Danny arranca con su salida de la cárcel, con secuencias con puestas semejantes, un emplazamiento de cámara y composición de cuadro similares. Los puntos en común –pantallas divididas, giros de tuerca, tácticas coordinadas y hasta un personaje con afición por la comida– son constantes y cuantificables a tal grado que aunque entretienen, dejan la sensación de haberse visto antes sólo que sin los tacones ni la alta costura.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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