Pasaporte a Pixar: el mundo visto a través de la animación
Descubre los espacios a través del tiempo y el espacio a donde Pixar nos ha llevado y nos llevará.
Una de las posibilidades más grandes y atractivas del cine es que logra transportar a su público a lugares increíbles de manera instantánea. En el caso particular de Pixar, sus películas son como un pasaporte que nos ha permitido conocer diversos escenarios del globo, a través del tiempo y el espacio. Desde la Escocia medieval, las cataratas de Venezuela, el París moderno, o hasta las grandes llanuras del espacio en el marco de un futuro fatalista en donde la Tierra está poblada por nada más que basura.
Cuando Pixar incursionó en la animación para cine en compañía de Disney, lo hizo con la historia de un grupo de juguetes que tenía vida y sentimientos cuando su dueño no estaba con ellos en la misma habitación. En Toy Story, gracias a Woody, Buzz y compañía conocimos los recovecos del cuarto de Andy, un lugar icónico que hasta la fecha ha quedado recolectado en la memoria colectiva. Millones de niños -ahora adultos- recuerdan y anhelaron tener en su habitación un tapiz azul con nubes blancas. Más tarde los juguetes nos llevaron a una enorme juguetería, al backstage de un aeropuerto e incluso a un jardín de niños.
Como si fueran un personaje más, los espacios en las películas de Pixar siempre han jugado un papel muy importante. Nadie podría imaginar Ratatouille sin las características luces nocturnas de París, o sin el empedrado de las calles parisinas. La recreación en el diseño del urbano y sus colores del atardecer, junto con los sonidos de la ciudad, e incluso la precisión de las cocinas, son factores determinantes para que el público pueda inclusive saborear los olores y sabores de la comida.
El mismo caso ocurre con la ciudad de San Francisco en Intensa-Mente. A pesar de la precisión en el atractivo de sus calles empinadas, la majestuosidad del Golden Gate, y las pizzas vegetarianas, para la historia es más importante introducirnos en el mundo abstracto de la mente. Los animadores resolvieron esto poblando dicho universo con el inconsciente de una niña en sus diversas etapas de maduración. A nadie se le escapa cómo la biblioteca de recuerdos es usada para hacer memes sobre las cosas importantes que decidimos olvidar en pos de conservar aquellas nimiedades (como el jingle de un comercial).
Pero de abstracciones ninguna más grande que la que vimos recientemente en Soul. Aparte de explorar brevemente las calles bulliciosas de Nueva York y los clubs nocturnos de jazz más vibrantes de la Gran Manzana, la película tomó como misión el darle forma a la teorizada existencia que ocurre fuera del mundo material. El Gran Antes y el Gran Después en donde las almas de los vivos pasan a otro plano de la conciencia fueron resueltos con líneas y patrones muy a las usanzas del surrealismo de Dalí y los maestros cubistas del siglo XX.
La imaginativa visual de Pixar también resolvió adecuar espacios para un mundo poblado por automóviles, otro por monstruos asustadores –Monsters Inc– y otro más para criaturas fantásticas con vidas civilizadas –Unidos-. Con Cars conocimos el oeste de los Estados Unidos, pero con Cars 2 recorrimos el mundo entero. Paris, Tokio, Italia y el Reino Unido, pero adecuado para un mundo sobre ruedas. Con mucho detalle familias enteras se enteraron cómo serían los hoteles para automóviles, o los baños públicos llenos de funciones interesantes que dan mantenimiento a los motores.
Espacios vastos de la naturaleza también han sido explorados por Pixar en sus películas. Desde la gran profundidad del océano y sus diversos ecosistemas en Buscando a Nemo, hasta el espacio exterior que conocimos cuando Wall-E salió de la atmósfera terrestre para perseguir al amor de su vida. Ni qué decir de las regiones selváticas de Venezuela y sus grandes cataratas –inspiradas en la vida real– en las que aspiraban vivir Carl y Ellie Fredicksen de UP: una aventura de altura.
El reino animal en su forma microscópica también ha sido visto gracias a Bichos. Viajamos a la estética moderna de los años cincuenta con la familia Parr en las dos entregas de Los increíbles, pero especialmente nos aventuramos en los siglos anteriores en compañía de Merida. En Valiente conocimos los pormenores de la Escocia medieval y algunas particularidades de la cultura celta, como las competiciones con arco y otras actividades como la música y la danza escocesa.
Pero si de explorar la cultura se trata, Coco se erige como uno de los más grandes homenajes a la cultura de una región que ha hecho Pixar en su historia. Las costumbres mexicanas, sus comidas, su música y sobre todo las raíces de sus creencias más profundas fueron materializadas a la vida cuando Miguel cruzó al Mictlán -el inframundo mexica- para conocer a sus antepasados, redescubrir a sus ídolos y sobre todo aprender a valorar las costumbres de su familia, en el marco del Día de Muertos.
Ahora Pixar oferta un nuevo destino en su pasaporte de lugares: el pueblo ficticio de Portorosso. La riviera italiana y sus extensas campiñas, serán exploradas en Luca, mientras descubrimos la leyenda de los habitantes humanoides del mar que ocasionalmente visitan a la gente de la superficie. Más que un promocional turístico, Luca es un relato sobre la amistad y los lazos que se entretejen entre aquellas personas pertenecen a mundos distintos.
Toma el pasaporte mágico de Pixar para visitar el mundo de Luca que ya está disponible en Disney+.
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