Artemis Fowl: El mundo subterráneo – Crítica de la película de Disney Plus

La fantasía es un género del cual el séptimo arte se ha alimentado durante muchos años. Por esa razón, es fácil que un nuevo proyecto con esa temática se pierda entre la creciente oleada de alternativas, misma que aumenta a cada minuto. Lamentablemente, lo anterior le sucede a la película Artemis Fowl: El mundo subterráneo, la nueva apuesta de Disney Plus para hacernos entrar en mundos inexplorados.

El filme está basado en la saga de novelas del mismo nombre, de la autoría de Eoin Colfer, quien fungió como consultor creativo en la producción. Sin embargo, de entrada, hay que dejar en claro una cuestión: el proyecto se puede revisar fácilmente aún con nulo acercamiento a los ocho capítulos literarios de origen. De hecho, es suficiente con revisar la novela gráfica, escrita por el propio creador, para tener una idea de lo que nos espera.

Artemis es un niño prodigio que desciende de una poderosa familia de criminales. Lo que él no sabe es que su padre, con quien tiene una estrecha relación, tiene tratos con seres provenientes de lugares lejanos. Cuando el Sr. Fowl desaparece, el joven se embarcará en un viaje que lo llevará a descubrir secretos impresionantes.

La situación con esta cinta es un tanto agridulce: estaba planeada para estrenarse en salas. Cuando se dio este anuncio, la expectativa que hubo en torno al proyecto fue bastante alta –particularmente en el Reino Unido, donde los libros tienen un gran reconocimiento–, pero al final, a raíz de la pandemia por COVID-19, se decidió que lo mejor sería hacerla pública por medio del streaming. Después de ver el resultado final, se vuelve claro que la decisión se tomó meramente con fines económicos. Al tratarse de una propiedad que únicamente es conocida y celebrada localmente, quién sabe cuál habría sido su desempeño en la taquilla.

Aquí lo que sucede es que, si bien la película Artemis Fowl: El mundo subterráneo no requiere de ningún conocimiento previo de su mitología para ser vista, tristemente, esto tampoco significa que se pueda sostener por sí sola. Lo anterior se le puede atribuir, principalmente a un factor, y ése no es otro más que el largo periodo de tiempo que el metraje tardó en ser completado y liberado. Colfer publicó su primera obra en 2001, pero para que finalmente pudiera trasladarse al celuloide, con Kenneth Branagh como director, tuvieron que pasar 19 años. En ese lapso de tiempo, franquicias como Mini espías u Hombres de negro tuvieron su máximo auge. Así, esta propuesta, que obviamente tomó inspiración de las mencionadas anteriormente, se diluye totalmente en su propia mezcla de elementos reutilizados y ya vistos incontables veces.

Tampoco ayuda nada el hecho de que el personaje principal esté pobremente delineado. Sabemos que Artemis es muy hábil e ingenioso, pero jamás se nos dice por qué, sólo sucede. Su desarrollo no está completo y, aunque el actor primerizo Ferdia Shaw hace lo que puede por dar una buena interpretación como el héroe, el material que se le da no es suficiente para levantar sobre sus hombros el peso de la producción. De igual forma, las intervenciones de Judi Dench, Nonso Anozie, e incluso Colin Farrell, se perciben innecesarias y desaprovechadas.

En contraste, quienes destacan completamente y rescatan momentáneamente el conjunto son Josh Gad y Lara McDonnell. El primero, en su papel como el vivaracho enano Mulch Diggums, es divertido y cínico por igual. La segunda, quien interpreta al hada Holly Short, tiene una chispa indudable y demuestra una seguridad en pantalla que, ciertamente, le añade mucha diversión al largometraje.

Por otro lado, la cinta brilla –literalmente– por sus efectos visuales, su paleta de colores y su cinematografía, a cargo de Haris Zambarloukos. Hubiera sido interesante experimentar la aventura en una sala de cine, ya que es inevitable notar que ciertas secuencias se diseñaron expresamente para desplegarse en formato 3D. Pesa bastante que todo se limite al formato casero.

Al final, la película de Disney Plus Artemis Fowl: El mundo subterráneo termina siendo bastante dispareja. En términos de guion y edición, deja mucho qué desear, como si hubiera muchas cosas que se cortaron porque se guardaron para una segunda entrega (poco probable, debido al panorama). No obstante, la intención general es buena y la mano de Branagh tras la cámara es sólida, como de costumbre. Es claro que hubo un error en la estrategia de liberación. Si se le hubieran dado dos años más en posproducción, todo estaría a punto, pero hubo cuestiones que no apremiaron, como el tiempo y todo un catálogo de largometrajes muy similares que llegaron antes.

No sería descabellado pensar en un reboot de aquí a diez años y, si se hace para la gran pantalla, se mantiene la sensibilidad de Branagh para los mundos mágicos, regresan McDonnell y Gad y se mantiene el estilo visual, remplazando al estelar y a los escritores, será bienvenido. Qué pena que eso jamás pasaría. ¿O sí?

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José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los "Philly Steps" y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.