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Cine

Competencia oficial – Crítica de la película

24-03-2022, 4:06:57 PM Por:
Competencia oficial – Crítica de la película

Competencia oficial aprovecha cada momento para hacernos ver que detrás de la magia del cine, no todo es color de rosa. Sin embargo, desperdicia toda su sátira en un tercer acto que concluye todo de forma abrupta y desconcertante.

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Las audiencias ya están acostumbradas a las sátiras sobre hacer cine. Pero lo que no se presenta comúnmente es una comedia que ahonde en las actitudes de quienes se involucran en una producción para la gran pantalla. No es fácil actuar, no es fácil dirigir. Y, sobre todo, no es fácil complacer a las personas que acuden a una sala con el fin de entretenerse o, incluso, de reflexionar. Todo eso se aborda en la película Competencia oficial, que cuenta con dos prometedores actos de inicio, pero una conclusión que, gracias a una extraña decisión, destruye en poco tiempo lo que ya había construido.

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Crítica de la película Competencia oficial.

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El filme deja en claro una cosa: sí es posible hacer una película por capricho. A estas alturas, la discusión sobre las cintas que nacen por encargo ya no está tan vigente. Las compañías productoras cada vez se muestran menos preocupadas al demostrarle al público que, muchas veces, ven las películas como meros productos mercadológicos. Los directores, Mariano Cohn y Gastón Duprat, aprovechan cada momento para hacernos ver que puede haber ocasiones en las que puede ser que haya motivaciones más simples que todo el espectáculo que se monta en un set. Detrás de la magia, no todo es color de rosa.

Aquí, es la idea de un excéntrico millonario la que se usa como símil al ámbito fílmico corporativo. El empresario Humberto Suárez (José Luis Gómez) acaba de cumplir 80 años y se pregunta qué puede hacer para que su legado permanezca vivo, aunque él algún día ya no esté. Así, se le ocurre producir lo que, a su manera de pensar, tiene que ser la mejor película que se haya visto.

Para ello, contrata a la experimentada directora Lola Cuevas (Penélope Cruz) y a los multipremiados actores Félix Rivero (Antonio Banderas) e Iván Torres (Oscar Martínez). Basta decir que las tres personalidades creativas chocan de inmediato para saber hacia dónde irá todo. Las vicisitudes que surgen cuando la realizadora y los intérpretes se encuentran son el eje de principal de la narrativa que, al momento de inclinarse hacia la hilaridad, acierta con creces, pero desconcierta cuando adquiere tonos dramáticos y serios.

Crítica de la película Competencia oficial.

La tercia protagonista brilla con una intensidad notable: Cruz es, sin lugar a duda, el alma de la cinta, pues entrega sus diálogos con muchísima precisión. De hecho, la propuesta funciona gracias a que la intérprete tiene tal habilidad para desenvolverse de forma casi inexpresiva, demostrando el hartazgo que le supone convivir con dos hombres que, sin razón aparente, han iniciado una lucha de egos ridícula. Es imposible no soltar carcajadas cada que la vemos tratar de aligerar la tensión entre sus compañeros. De igual manera, sorprende cómo puede pasar de la actitud cómica a una firme y fría en segundos. Su rol se presta mucho a este tipo de cambios y refleja que, en una filmación, hay días buenos y malos.

Crítica de la película Competencia oficial

El papel de Banderas es una especie de analogía a la carrera que el propio actor ha hecho en Hollywood. Él lo actúa con gran carisma y soltura, transitando una delgada línea entre cinismo y desinterés. Sin embargo, es necesario aclarar que, más allá de la mención al hecho de que ha triunfado en territorio estadounidense, las actitudes del personaje distan mucho de las del histrión.

Martínez es el contrapeso a lo cínico del personaje de Banderas. Al darle vida a un centrado actor de método, sus interacciones con sus compañeros son geniales. Resulta curioso verlo tan calmado en medio de tanto caos. Además, sus intervenciones fungen como una divertida crítica a las ceremonias de premiación y su relevancia –que para algunas personas es mucha, para otras es nula– dentro del séptimo arte.

Pero, de pronto, todo cambia. Y no es un buen cambio. La película Competencia oficial ofrece sólidas lecturas con respecto a los excesos y abusos que se viven al momento de filmar un proyecto audiovisual. No obstante, en sus últimos minutos, el guion coescrito por los directores junto a Andrés Duprat, se torna grotesco, macabro y melodramático. Las risas se acaban y todo queda inconcluso, dejándonos confundidos. Al final, la única buena sensación que nos deja el metraje es la de haber visto excelentes actuaciones, pero nada más.

Debido a la crisis sanitaria por COVID-19, en Cine PREMIERE te recomendamos revisar con las autoridades de salud las medidas sanitarias necesarias (especialmente el Lineamiento general para la mitigación y prevención de COVID-19 en espacios públicos cerrados) antes de acudir al cine a ver una película.

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Crítica de la película Competencia oficial.

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autor Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los "Philly Steps" y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
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