Presencias del mal – Crítica

Presencias del mal es una cinta de terror protagonizada por Mackenzie Davis y Finn Wolfhard. La cinta comienza aprovechando todos los clichés y tropos de una película de terror genérica. Lo peor es que la cinta tiene un as bajo la manga: eventualmente revela un tema interesante que bajo el tratamiento adecuado podría ser efectivo. Desafortunadamente, muestra sus cartas demasiado tarde y de una forma realmente confusa, lo cual termina por matar toda posibilidad de un tratamiento de calidad.

Mackenzie Davis interpreta a una institutriz que es contratada para ser la tutora de unos niños en una misteriosa casa. Por supuesto, la casa está embrujada por un oscuro secreto. Y, claro, uno de los niños esconde más de lo que aparenta. Al principio la película hace poco para subsanar las obviedades en su premisa. Al contrario, lo complementa con jump scares sin razón e igual de evidentes: el electrodoméstico que se enciende de repente, el animal inocente que hace un ruido de golpe, el rostro malévolo que aparece en la ventana; todo es extremadamente predecible.

Hasta que de pronto ya no lo es. La premisa revela su razón de ser y por un momento resulta intrigante el camino que tomará. Sin hacer spoilers, la cinta aborda temas de acoso y los peligros de la masculinidad tóxica en la enseñanza y crianza. Y digo que los aborda porque tristemente en eso se queda. No profundiza nada, ya que este elemento de la historia aparece demasiado tarde. Para arruinarlo todo, el final de la película es confuso y mal llevado a un nivel genuinamente sorprendente para una cinta de este tamaño.

Es triste que la misma película se meta el pie y saboteé sus propios temas, sobre todo porque desperdicia el trabajo de Mackenzie Davis, que hace una gran labor como la heroína de la historia. Es lo suficientemente vulnerable para que empaticemos con sus dificultades, sin dejar de ser una protagonista fuerte al abordar las complicadas temáticas. Su actuación es, sin duda alguna, lo mejor de la película. Finn Wolfhard hace un buen trabajo en general, aunque creemos que éste no era el papel para él. Su personaje tiene algunos matices; logra los tonos positivos, pero no le creemos los negativos.

Presencias del mal es una cinta que tenía el potencial de hacer lo que las mejores historias de terror hacen: abstraer una amenaza real de una forma ingeniosa. Al final, se queda en una película con una buena actuación, sustos genéricos y poco efectivos, y una promesa incumplida de un tema interesante.

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Sebastián Valencia Apasionado de la animación y el cine de romance. Mi director favorito es David Fincher. Y me gusta el rap.