10 razones para ver La 4ª compañía

Finalmente llegó a los cines La 4ª compañía, que arrasó en la 59 entrega del Ariel al cosechar 10 galardones de las 20 nominaciones por las que contendía y entre las que destacan las categorías de Mejor película y actor para su protagonista Adrián Ladrón, o “el joven de la falda” como le llamó Isela Vega en la ceremonia. El filme construye una fundamental denuncia social y política sobre la corrupción al interior del sistema carcelario que tomó 10 años en completarse, su número cabalístico al parecer.

Se basa en escabrosos hechos reales bañados de corrupción

La historia sobre un grupo de reos que forman parte del equipo de americano del penal de Santa Martha Acatitla y por las noches cometen robos con amparo policial, requirió de un arduo trabajo de investigación documental para sustentar los hechos. “Fuimos a archivos, a la Hemeroteca, a bibliotecas; a buscar a gente que hubiera estado durante esa temporada en prisión, tanto autoridades como internos, así enriquecimos el retrato inicial que existía, y le empezamos a dar forma de ficción”, comentó la directora Vanessa Arreola.

Es una producción de época

La 4ª compañía se ambienta a finales de los 70 y hasta el final del sexenio de José López Portillo, por ello todos los departamentos, el de diseño de producción, vestuario, fotografía, se esmeraron por confeccionar una atmósfera propicia para la época.

La 4ª compañía está adaptada a la ficción

Con la intención de que la historia de La 4ª compañía llegara a más gente, los directores Vanessa Arreola y Amir Galván optaron por trasladarla al terruño de la ficción. “Era muy cinematográfica. Tenía un potencial de imágenes interesantes y muy atractivas, que con el poder del cine para transmitir y comunicar nos parecía ideal para que llegara al gran público. También buscamos un lenguaje cinematográfico que apelara a muchos espectadores y no sólo a un grupo más acotado, como podría ser el espectador del documental o de un cine más experimental”, agregó Arreola. Para Amir Galván, “resultó una película de género de autor que aquí hay muy pocas en términos comerciales”.

Está filmada en una cárcel real: Santa Martha Acatitla

Requirió que los cineastas se involucraran en las actividades culturales de la cárcel y diseñaran una estrategia para el rodaje. “Hay presos reales que aparecen en la película y actores profesionales que trabajaron con actores presos”, explicó Arreola.

Contaron con asesoría sobre americano

Además de tener un coach de americano, contaron con todo un grupo de jugadores en activo que ayudaron a diseñar el aspecto deportivo, a hacer coreografías. “El propio equipo que aún existe de Los Perros de Santa Martha también colaboró de forma cercana y activa con la filmación”, agregó Arreola. “Se logró algo atípico: de pronto internos estaban colaborando como personajes, pero también había otros que habían ganado cierta confianza y podían ayudar en cuestiones de staff, vestuario o en otros puestos”.

Las buenas actuaciones del elenco “no profesional”

Durante dos años Arreola y Galván tallereraon al grupo de teatro de la prisión. “Tuvieron un primer taller de apreciación cinematográfica, de cuál era su sensibilidad artística, de comprender el proceso fílmico y cerrar con un taller de actuación para cine con los actores, donde se enriquecían y retroalimentaban actores con no-actores en calidad de iguales. Los internos tenían la propia experiencia de la vida para sugerir qué resultaba veraz y qué no”, profundizó la cineasta.

Recrearon escenarios de la cárcel fuera de ella

“Tuvimos que recrear atmósferas de la cárcel fuera de ella. Hay muchas cosas que están filmadas fuera de la cárcel pero debe parecer la cárcel misma, porque hay otras secuencias que sí están filmadas al interior”, apuntó Galván.

La fotografía

“Es la colaboración del fotógrafo, del diseñador de producción, del colorista, el arte, el vestuario. Todos ellos en conjunto logran que la imagen tenga potencia”, acentuó Arreola. Convirtieron la prisión en un valor de producción y consiguieron imágenes poderosas pese a que debieron sortear varios obstáculos: un horario limitado para trabajar, no podían dejar el set listo un día anterior, y constantemente estuvieron presionados por el tiempo, ahondó Galván.

Su temática e ideología

Filmar en la prisión era parte de una decisión artística e ideológica. “Queríamos sacar a los internos de la prisión y que fueran el rostro de la historia, porque habla de gente encarcelada a finales de los 70 y de las cosas que viven y vivieron. Al ser ellos mismos y sus rostros quienes lo cuentan, adquiere un poder y un valor significativo”, resaltó Vanessa.

Su vigencia

“Las cárcel de hace 35-40 años a la de ahora poco ha cambiado, también le da una vigencia particular a un problema de corte social”, explicó Galván. La 4ª compañía recuerda los problemas que aún existen al interior de las prisiones, como el autogobierno, que es uno de los temas del filme, sólo que en la actualidad está controlado por el narco en varios estados. “El sistema penitenciario nacional es uno de los cinco peores en todo el mundo”, complementó.

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Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!