Al borde del abismo

Tal y como el título deja en claro, Al borde del abismo parte de una premisa arrojada, o que se antoja aventurada de menos para un filme que se quiere thriller de acción: tras registrarse en un hotel de lujo en Nueva York, un hombre ordena una también opulenta comida y deja una más que generosa propina… sólo para salir por la ventana, pararse en la cornisa y quedarse ahí por el resto de la cinta.

La apuesta intriga sobre todo porque el hombre –un expolicía llamado Nick Cassidy, quien ha escapado de prisión tras ser acusado y convicto por un crimen que no cometió– es interpretado por el australiano Sam Worthington, quien de cintas como Terminator: la salvación al remake de Furia de Titanes o Avatar, está por supuesto empeñado en hacerse de un lugar en el cine de acción más trepidante y, sí, genérico. La idea no carece de atractivo: ya películas como Enlace mortal o Atrapados, de Rigo Castañeda se han aventado a confinar la acción a espacios cada vez más restringidos –Sepultado, la película de Rodrigo Cortés, consigue en particular un thriller delirante en el espacio de un par de metros cuadrados. Aquí, sin embargo, la acción no se limita al vértigo del abismo frente al fugitivo, para quien la atención de la policía, los medios y el público resultan ser tan sólo una distracción de su objetivo real: el atraco a la bóveda de máxima seguridad en el edificio de enfrente, propiedad del déspota magnate interpretado por Ed Harris –el responsable de que Cassidy esté preso.

Afortunadamente para Worthington –y para el director Asger Leth, cuya única experiencia tras la cámara se encuentra en el documental–, la película consigue momentos de genuino suspenso no sólo en esa cornisa, sino también en aquellas secuencias en las que sus cómplices –Genesis Rodriguez y Jamie Bell, pareja en una subtrama romántica simpática, pero que de pronto se siente ajena al filme– ejecutan el plan, del cual no damos más detalles ya que, para ser sinceros, la manera en que se va revelando la trama resulta de lo más logrado en la cinta.

El reparto de la película lo completa la actriz Elizabeth Banks, en el papel de la policía encargada de persuadir al supuesto suicida de tirarse al vacío –y tal vez la única en tener a su cargo un personaje algo complejo, obsesionada como está con aquél otro suicida al que no pudo salvar. Y tal sería, quizás, el veredicto final de una cinta culpable de no llevar esa premisa hasta sus últimas consecuencias… pero que se sale con la suya a la hora de entretener.

–Antonio Camarillo

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Mary Carmen Albarrán Mary Carmen siempre ha sido una ñoña... incluso antes de que se considerara cool. Fue editora de Cine Premiere 5 años y posteriormente saltó a las compañías de tecnología pasando por Comunicación en Google, siendo el Tío Netflix en Netflix y ahora ayudando a los famosos a usar Instagram, Facebook y Threads en Meta.