Aliens

Aliens tenía muchos factores en su contra para convertirse en un vehículo que únicamente aprovecharía el éxito de su antecesora. Los productores optaron por el joven James Cameron quien anteriormente había presentado Terminator con resultados favorecedores. Sin embargo, era muy claro que la secuela de un naciente clásico del sci-fi iba a ser un reto completamente diferente.

Mientras que Alien, el octavo pasajero se mueve dentro de los terrenos del horror y el suspenso, aquí Cameron decidió tomar otra vía –y así evitar que la cinta fuera una simple copia que repitiera la misma fórmula– donde toma la acción militar y la lleva al planeta LV-426. Aquél lugar donde Ripley y la tripulación del Nostromo habían tenido el primer encuentro con el Alien.

Han transcurrido 57 años de los eventos del filme de Ridley Scott, Ellen Ripley (Sigourney Weaver en una actuación con múltiples matices, mucho más madura) es rescatada y entrevistada por las Industrias Weyland quienes no creen, pero quedan intrigados por su historia. Ella se entera que el planeta LV-426 es ahora una colonia que busca ser poblada. Sin embargo al enterarse que han perdido comunicación con la gente del lugar, decide –sabiamente, porque de hacerlo no habría película– acompañar los militares que irán a la misión.

Es así que Cameron introduce a los nuevos elementos que, de seguir la tradición de la primera película, irán cayendo uno por uno. Sin embargo el director les da una dimensión y una psicología como lo hiciera Scott, pero va un nivel más allá y les da armas, muchas armas.

Anteriormente habíamos visto a Ellen Ripley como una mujer que por su instinto de supervivencia logra escapar del terrible monstruo, pero ahora se convierte en un personaje con mucha más vitalidad, coraje y conocimiento de la situación. Y no sólo es ella en Aliens, lo importante es que Cameron le da a todas las mujeres de la cinta un peso fundamental y en muchos casos de mayor valor que al hombre, algo que normalmente no sucedería en un filme bélico.

Tenemos entonces a la soldado raso Vasquez, Ripley y a la pequeña Newt, quien no escapa del terreno hostil y le da un equilibrio al carácter del personaje de Sigourney Weaver. Aquí Ripley no sólo busca proteger a los militares, sino que adopta a la pequeña niña, en el instinto maternal más puro. Por otro lado, están los roles básicos masculinos de un equipo militar, con los soldados ávidos de sangre y destrozar extraterrestres, hasta los de mayor rango que nunca han visto la guerra, y un nuevo androide: Bishop, de quien no sabemos si dudar o confiar ciegamente.

Al momento de llegar a LV-426, la acción no se detiene, y cuando con Alien, el octavo pasajero una sola criatura era más que suficiente, aquí Cameron nos entrega decenas de estas máquinas de matar y hay bajas, muchas bajas. Lo peor –y lo mejor– de todo es que nos sentimos en medio de la acción, con efectos especiales totalmente adecuados para la situación y un trepidante score compuesto por James Horner.

Llegando el tercer acto, el espectáculo está preparado y los conocimientos sobre la raza Alien y las industrias Weyland son cada vez más reveladores, dejando así lo necesario para un derroche de sólida acción y mucho suspenso que sorprende por la naturaleza con la que está filmada.

Aun cuando Aliens sea una secuela, logra momentos que llegan a igualar y en algunos casos superar a la original –en términos de acción– con personajes multidimensionales que pocas veces se pueden ver en una película del género. El diseño de H.R. Giger va un paso más allá y se vuelve aún más aterrador, con todo ello se percibe una frescura que deja muy alta la estafeta para continuar la franquicia del organismo más perfecto que haya visto el universo.

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.