Caballo de guerra
Secuencias impresionantes, hermosa fotografía y una historia conmovedora.
Aunque resulta inusual seguir las penas de un animal en un conflicto que provocó el sufrimiento de millones de personas, el mayor logro de Caballo de guerra es mostrar los horrores de la Primera Guerra Mundial a través del equino Joey, quien deberá dejar atrás su pacífica vida campirana tras ser vendido a la caballería británica. Esta situación no será tomada con indiferencia por Albert, el joven dueño del caballo que buscará alistarse lo antes posible en un intento por reunirse con su amigo e intentar sacarlo con vida del campo de batalla.
Aunque el filme va dirigido a una audiencia juvenil, Steven Spielberg nunca vacila en mostrar las brutales vivencias que experimentaron los soldados en las trincheras, pero tampoco duda en mostrar el sufrimiento equino en una guerra que le costó la vida a más de 8 millones de caballos. Sin embargo, aunque el largometraje tiene numerosas secuencias que pueden resultar impresionantes, el realizador nunca utiliza la violencia explícita que caracterizó a Rescatando al soldado Ryan y en su lugar recurre a elegantes tomas que hacen más digeribles –aunque no menos dolorosas– las numerosas bajas a lo largo de la historia. Sin embargo no todo es dolor, ya que la película también incluye momentos emotivos a los que nos tiene acostumbrados Spielberg, los cuales se ven apoyados por un excelente trabajo musical de John Williams y una hermosa fotografía de Janusz Kaminski.
Por otro lado vale la pena destacar el impresionante trabajo de los caballos, los cuales son capaces de llevarnos por la alegría de la vida rural en Inglaterra hasta el peor de los miedos en medio de una guerra sin precedentes. Por si esto fuera poco la producción realizó un gran trabajo de maquillaje con los equinos, los cuales muestran heridas al rojo vivo que se intensifican conforme se desarrolla el conflicto. Esta labor en conjunto será fundamental en el desarrollo de la historia, ya que permitirá mostrar todos los ángulos de una guerra a gran escala a partir de una mirada neutral, que no toma partido, ni sataniza ningún bando y que únicamente busca la manera de sobrevivir.
El filme también está plagado de breves, pero buenas interpretaciones, destacando la labor de Tom Hiddleston y Niels Arestrup en sus respectivos personajes. Lamentablemente el excelso trabajo de los animales y de algunos miembros del elenco se ve afectado por la irregular labor del protagonista Jeremy Irvine, ya que el joven actor nunca es capaz de reflejar de manera convincente su infinito cariño hacia Joey. Esta situación perjudica directamente la base de la historia, pues las motivaciones del muchacho para ir a la guerra resultan poco creíbles, y esto termina afectando de manera negativa el desarrollo de la trama.
Tristemente este error hace que Caballo de guerra sea una historia conmovedora y un muy buen trabajo de Steven Spielberg, pero que se queda corto ante los grandes clásicos a los que el director nos tiene acostumbrados.
Ve el trailer de Caballo de guerra.
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Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.
